Gastón Gómez ingresó a la una y media de la madrugada del domingo a la guardia del Hospital Oller, en la localidad bonaerense de San Francisco Solano, con un diagnóstico médico erróneo –según los prestadores del Oller– de otro centro médico, se descompensó dos veces en la sala y falleció en una camilla mientras aguardaba ser trasladado a una unidad coronaria del Hospital de Quilmes. Sus familiares y amigos reaccionaron con ira contra la institución médica, tomándose a golpes con los médicos y destrozaron las instalaciones del hospital. “Nos amenazaban con prendernos fuego mientras lo atendíamos”, relató Sara, una de las enfermeras del Oller. Ambos, familiares (y el paciente) y los médicos y enfermeras, fueron víctimas de un sistema que desborda de vacíos.
“Angina de pecho”. Con ese cuadro, Gómez fue trasladado por una ambulancia de los bomberos voluntarios de San Francisco Solano hasta la guardia del hospital Oller, ubicado en el cruce de la avenida 844 y Eva Perón. Ni bien ingresó, los médicos de este centro materno-infantil se dieron cuenta que el hombre padecía síntomas muchos más graves. “El paciente ingresó sudoroso, pálido e hipertenso. Decía que no podía mover ni las piernas ni los brazos. Lo primero que se hizo fue medicarlo y luego hacerle un electrocardiograma donde se comprobó que el hombre ya estaba infartado”, contó Gabriela, enfermera que atendió, en plena madrugada, al hombre internado.
Lo que siguió después de ese diagnóstico médico fue la espera para saber a dónde iba a ser trasladado Gómez. El Hospital Isidro Iriarte, en el centro de Quilmes, fue la opción elegida pero hasta la comunicación, la posterior aprobación médica y la liberación de una cama en la unidad coronaria de ese centro de salud debían pasar un par de horas. Eran las tres de la mañana. Los médicos les avisaron la situación a los familiares que estaban en la guardia y aguardaron el traspaso. En el ínterin, Gómez sufrió un nuevo paro.
Los médicos del Oller intentaron reanimar a Gómez durante una hora en el shock room, sin éxito. “El paciente se infartó acá, pero podría haber sido en la ambulancia o en Quilmes. Nosotros hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance”, indicó la enfermera. En ese momento, y durante horas, más de veinte personas –entre familiares y amigos de la víctima– comenzaron a increpar a los médicos del hospital, las enfermeras y hasta a los estudiantes que realizaban la residencia.
“Nunca pensé la agresión de esta magnitud. Nos corrían, nos amenazaban. Nos tuvimos que encerrar en nuestro office y en los baños porque nos perseguían de manera desaforada. Pensé que nos iban a matar a todos”, sostuvo un médico del Oller. De acuerdo con la denuncia del propio personal de salud, los familiares agredieron a dos médicos (el de guardia y el de SAME) y a un trabajador de limpieza. “Una persona tenía una botella de alcohol y en la otra un encendedor. Me dijo que si no solucionaba esto me iba a prender fuego”, comentó Sara. En el hospital había cuatro policías locales, quienes no pudieron frenar las agresiones, el robo de medicamento y el destrozo de las instalaciones y los aparatos médicos del hospital.
Pero, la situación no se detuvo en ese momento. “Estamos acá escondidas sin poder hacer nuestro trabajo. Rompieron todo el hospital nos quieren matar dicen. Sin telef en el hospital”, redactó, horas después, Fran González –enfermera del Oller– en su cuenta de Facebook. Los agresores se habían quedado en las inmediaciones del hospital a la espera del traslado del cuerpo de Gómez y de la recuperación de otro familiar quien se había desvanecido en medio del caos y era atendido en el mismo centro médico que fue destrozado. “Las amenazas volvieron. En ese momento yo me acerqué a la comisaría para denunciar lo que había pasado horas atrás y explicando que mis compañeras seguían siendo amenazadas. Los de la comisaría me dijeron que no podían hacer nada y que había que esperar al ‘comando’”, agregó Gabriela. Cuando los refuerzos llegaron, los familiares de Gómez ya se habían retirado. El episodio es investigado por la Unidad Fiscal 11 de Quilmes.
“Debido a los últimos acontecimientos ocurridos hace pocas horas en el Hospital Eduardo Oller, donde terminaron gravemente afectadas las instalaciones y la aparatología, lamentamos informar que por el momento, no se atenderán urgencias en la guardia de alumnos”, indicaron, mediante un comunicado, las autoridades del hospital materno-infantil en el sur del conurbano.