“Están los tipos malos, los perseguimos y los atrapamos”. Dylan McDermott explica la fórmula de FBI: Most Wanted, programa que lo tiene como protagonista y que vuelve con su cuarta temporada el próximo viernes a las 22.40 por Universal TV. En este caso, el bureau televisado se enfoca en el departamento que rastrear y capturar a los criminales más buscados. Quien comanda al equipo, desde la tercera temporada, es el temerario Remy Scott. “Es alguien que no teme ponerse al frente emocional y físicamente al frente de cada caso. Este tipo camina por el filo, y no sabés por cuanto tiempo lo va a poder mantener”, le dice McDermott a Página/12.
Creada por Dick Wolf (Law & Order y Chicago Fire), esta nueva franquicia no pretende quebrar códigos narrativos o estéticos de su tipo, y se apega al viejo formato episódico con un desparpajo inquietante. Para McDermott, sin embargo, esa sencillez le permite ser muy creíble. “Hay algo en el programa que se siente real. Yo quería que mi personaje se sintiera así y eso trasciende la pantalla. Aún estoy tratando de entender quién es este tipo”, confiesa el intérprete.
-¿Es un adicto a la adrenalina por lo que demanda su trabajo?
-Más que ese subidón lo que le pesa es la historia de su hermano asesinado. Y está tratando de corregir el karma. Hay una herida emocional que siempre se está reabriendo, piensa que las cicatriza haciendo su trabajo, pero queda claro que no es tan así.
-El primer episodio de la temporada refiere al control de armas y los tiroteos masivos en los Estados Unidos. ¿Tratar estas cuestiones eleva el handicap de la serie?
-Espero que lo haga. Creo que la serie funciona por estar bien apegada a su idea, el equipo lidia con lo peor de lo peor, los más buscados, y eso es gran material para hacer un programa. Es televisión, pero también hay un componente que nos toca con lo que vivimos. Desafortunadamente, el programa no funcionaría si no fuera por la violencia que está dando vueltas.
-“Hice una película con Clint Eastwood y sabía que no iba a poder hacerle sombra”. Esas fueron tus palabras tras hacer En la línea de fuego. ¿Creés que el filoso Remy Scott podría lidiar con alguien como Clint Eastwood?
-Nadie podría hacerlo. Ni yo pude y Remy tampoco. Es un icono, una leyenda. Y cuando trabajé con él fui muy consciente de ello, entonces hice lo contrario: me mostré lo más vulnerable posible. Como mi personaje, que estaba asustado y tuvo una muerte horrible a manos de John Malcovich en una terraza (risas). Eso fue lo máximo que alcance al trabajar con Clint Eastwood.