Los casos de faringitis aguda se multiplicaron en las últimas semanas en todo el país. Cuatro provincias concentran más del 50 por ciento de los afectados por esta infección causada por el Streptococcus pyogenes, una bacteria Grampositiva, cuyos síntomas son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, así como enrojecimiento de faringe y amígdalas, mal aliento y aumento de tamaño de ganglios en el cuello
Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), publicado este domingo por el Ministerio de Salud, la mayor cantidad de casos confirmados en 2023, acumulados hasta la semana 26, son Buenos Aires (35), Santa Fe (20), Chubut (10) y Tierra del Fuego (10).
En tanto, hasta el momento, se notificaron 16 fallecimientos por esta infección invasiva: Buenos Aires (4); Chubut (2); Mendoza (1); Río Negro (2); San Luis (1); Santa Fe (3) y Tierra del Fuego (3).
El Streptococcus pyogenes comúnmente causa enfermedades leves como amigdalitis, faringitis, impétigo, celulitis y escarlatina. Sin embargo, en raras ocasiones, puede presentarse como una forma grave o enfermedad invasiva, que puede causar condiciones potencialmente mortales.
La transmisión ocurre por contacto directo con una herida en una persona infectada o a través de gotitas eliminadas con la tos, los estornudos o al hablar.
El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días. La faringitis se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos, cuyo tratamiento de elección es la penicilina.
Tratamiento y prevención
El tratamiento adecuado con antibiótico transcurridas las primeras 24 horas elimina la capacidad de propagación. Ante la presencia de algunos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica.
En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente), ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.
Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños.
Además, es importante no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes. Asimismo, la higiene de las manos y la higiene personal pueden ayudar a controlar la transmisión.