Catorce policías de la Ciudad de Buenos Aires enfrentarán este martes el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal N°25 en el cierre del juicio por el crimen de Lucas González. Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva, los oficiales de brigada acusados por el asesinato del chico de 17 años, podrían recibir la pena de prisión perpetua. Por el lado del encubrimiento, la escala jerárquica llega a la cúpula de la Comuna N°4, con cuatro comisarios, dos subcomisarios, un principal y cuatro oficiales imputados. Ellos se enfrentan a penas de entre 3 y 30 años de acuerdo a los pedidos de la querella y del fiscal. El veredicto se leerá a las 10 de la mañana en los Tribunales de Comodoro Py.
Isassi, López y Nieva están acusados por el homicidio de Lucas agravado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas, por haber sido cometido por integrantes de fuerzas de seguridad, y por placer y odio racial. El 17 de noviembre de 2021 los integrantes de la Brigada N°6 de la comuna ocupaban un Nissan Tiida no identificable e interceptaron en Barracas al Volkswagen Surán en el que Lucas volvía de entrenarse junto a Julián Salas, Niven Huanca y Joaquín Zuñiga. En Iriarte y Luzuriaga, los oficiales bajaron armados. Sin ver identificación en el Nissan ni escuchar voces de alto, los chicos pensaron que les robaban y Julián pegó el volantazo. A las 9.40 de la mañana, los tres oficiales dispararon y cuatro balas llegaron al auto.
Dos impactaron en la cabeza del chico: una le surcó la mejilla, la otra entró por su frente, de adelante hacia atrás. Aunque el peritaje no pudo establecer de qué arma partió, sí descartó las de Isassi y López. En su alegato, el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente sostuvo que, por descarte, la bala tuvo que salir del arma de Nieva. Más allá de eso, tanto el fiscal como el abogado de la querella, Gregorio Dalbón, consideraron a los tres como coautores del homicidio por lo que pidieron para ellos la prisión perpetua.
La acusación argumentó que los oficiales perpetraron un "plan criminal" guiados por prejuicios de clase y raciales. Aseguran que la brigada "eligió" a los chicos al verlos salir del barrio y los siguió para "cazarlos". Al ver que se escapaban, abrieron fuego para matar. Según la versión de la defensa, que aseguró que los oficiales se defendieron de una embestida de la Surán, la brigada vigilaba por orden judicial una casa en la que se vendía marihuana y creyeron que los chicos salían de ahí cuando en verdad se retiraban del predio. El exministro de Seguridad de la Ciudad Marcelo D'alessandro declaró en el juicio, sin embargo, que la orden judicial no indicaba actuar en esa zona.
Lo siguiente ocurrió en Alvarado y Perdriel, donde los chicos fueron detenidos. Niven logró huir; Julián y Joaquín quisieron explicar que venían de jugar a la pelota, pero no les creyeron y los esposaron. Estuvieron 24 horas detenidos. El primer comisario en llegar fue Rodolfo Ozán, de la 4A. Veinte minutos después de la balacera llamó a Fabián Du Santos, comisario de la 4D. La llamada es una de las pruebas principales del proceso. "Lo llamo a Santana. ¿Por qué no lo llamas al 'Perro' y le decís que venga para emprolijar esta cagada?", dice Ozán, que menciona que "le dije a Inca que está como subcomisario que vaya y busquen lo que tengan que buscar para justificar esto".
Inca era subcomisario de Brigadas, superior en el lugar de los oficiales de brigada. Fue quien hizo las consultas judiciales, la primera a las 10.47, a más de una hora de los hechos. Es, también, uno de los señalados por el principal Héctor Cuevas, el "quebrado" que puso hora, nombres y apellidos al hecho clave del encubrimiento: el momento en que plantaron un arma de juguete en la Surán para instalar versión del enfrentamiento. Cuevas dijo que sucedió a las 10.30 y que Isassi plantó el arma. Agregó que se lo ordenó Inca, con la frase "andá a poner eso". Además, acusó al oficial Facundo Torres de ser quien trasladó a Isassi a la comisaría para darle el arma de juguete y luego lo llevó al lugar del encubrimiento. Torres no estaba imputado pero luego de la declaración de Cuevas quedó detenido en la causa que continúa en paralelo.
El "Perro" mencionado por Ozán es el comisario Juan Romero, jefe de la brigada. Según declaró, al momento de los hechos estaba en Padua y regresó cuando le avisaron del "enfrentamiento". En ese lapso mantuvo comunicaciones con otros comisarios. Du Santos parece haber aceptado la recomendación de Ozán, ya que llamó cuatro veces a Romero entre las 10.01 y las 10.20. El restante subcomisario es Ramón Chocobar, de la 4D, que hizo los primeros partes elevando la versión del enfrentamiento. Daniel Santana, comisario inspector a cargo de las dependencias de la comuna, estaba esa mañana en el festejo del quinto aniversario de la fuerza. Allí, refirió en su indagatoria de la instrucción, recibió la noticia del "hecho de sangre" ocurrido en Barracas y le ordenaron que se dirigiera allí. Santana aseguró que sólo fue en carácter "administrativo".
El fiscal pidió 11 años para los comisarios y subcomisarios. La querella, en tanto, solicitó 20 años para todos los imputados por el encubrimiento salvo para Cuevas, para quien requirió 3 años y seis meses, y para el oficial Sebastián Baidón, para quien pidió 30 años. Baidón fue acusado por Joaquín como uno de los que le gritó insultos racistas mientras estaba detenido. Por esto, la querella y la fiscalía le imputaron el delito de torturas y Pérez de la Fuente pidió 20 años para él. Los oficiales Ángel Arévalos, Jonathan Martínez y Daniel Espinosa son los otros imputados. Fueron de los primeros en arribar a Alvarado y Perdriel, y Espinosa fue de consigna en el traslado de Lucas al hospital. Pérez de la Fuente pidió cinco años para él y seis para Arévalos y Martínez.