17 de mayo de 1984

Querida Tamara y querido Héctor:

Aprovecho que Angélica Gorodischer (que estuvo aquí conmigo cerca de tres semanas) viaja para Argentina para mandar esta carta. Los quiero mucho y los extraño y me gustaría saber de ustedes. Alejandro Rossi me contó que recibió carta de Héctor y me dicen que están un poco confusos todavía con el regreso. Tununa me dijo que les habló y que no pudo verlos, les mandé mi lengua en la mano, título que tanto discutí con ustedes. Salió otro libro que les mando por correo ordinario, no importa que sea un naufragio y es mejor que los naufragios naveguen con tranquilidad.

Ojalá se adapten pronto, recuerden que es ahora México quien va a sufrir, recuerden a Reagan, a los nicaragüenses, a los salvadoreños, a los incidentes de la frontera con Guatemala y siéntanse tranquilos, yo voy a acabar pidiéndoles asilo en un closet de su casa, siempre que tengan una academia de ballet para Renata.

No escribo más porque Angélica sale de viaje ahora, solo quería saludarlos. Escriban unas letras.

Besos.

Margo

                                                                            ***

24 de junio de 1984

Querida, inolvidable Margo;

Hasta ahora fue imposible escribir cartas. La adaptación –aunque sea al propio país- fue lenta y penosa. Somatizaciones de todo tipo, histerias varias, y ahora ya reflotando favorablemente. En síntesis, estamos contentos, adoramos esta ciudad puta que provoca deseos interminables de caminar. La gente está bastante caída por el drama económico pero de todos modos se divierte. Ya empezamos a ubicarnos. Héctor como coordinador de la editorial francesa Hachette –sólo con el dinero extranjero se puede vivir aquí- yo dirigiendo dos “laboratorios de escritura” en el Centro Cultural San Martín ¿te acordás?

MARGO GLANTZ

De todos modos la inflación va tragándose todo lo que uno gana. Se trata de aprender una nueva forma de vida y en eso estamos.

La lengua en la mano nos fascinó. Ese estilo tuyo saltarín y elegante, esa manera de decir con desparpajo cosas pesadas, en fin, un verdadero homenaje a tu propia mano, diestra en encontrar múltiples recursos para desarrollar una escritura fragmentaria. Lo comenté por aquí y por allá con algunos amigos. María Esther de Miguel me pidió que se lo mandaras, lo mismo que Genealogías. Pepe Bianco también quiere verlo. (Estoy con él como jurado de un concurso de ensayo en el que seguramente, de haberlo mandado, te hubiéramos premiado La lengua en la mano).

Tenés que venir por Buenos Aires. La ciudad cada día está más hermosa. La gente, sin dinero, vive igual volcada en las calles. No damos abasto en ver todas las películas que están estrenando. En fin, que sería hermoso tenerte por aquí unos días. México también se extraña con locura. Es un trago fuerte, difícil de olvidar. Malena y Mauro creciendo, adaptándose, rodeados de bobes y zeides. Te queremos mucho.   


Estos textos son parte del intercambio de cartas que mantuvieron Margo Glantz y Tamara Kamenszain  entre 1984 y 1997 y que ahora Eterna Cadencia publica en el volumen Ya te llegará.