La obra de la planta procesadora de residuos de Luján, destinada a sanear el basural a cielo abierto más grande de la Argentina, sigue parada, desde hace casi tres meses, por decisión del juez Elpidio Portocarrero Tezanos Pinto, medida sobre la que ahora debe pronunciarse la Cámara de Apelaciones de San Martín. El tribunal de alzada no tiene plazo establecido para pronunciarse al respecto, pero el enojo entre los lujanenses crece día a día.
El proyecto reúne el apoyo casi unánime de la comunidad, desde cooperativistas y recicladores de barrios populares a habitantes de countries de la zona, que se congregaron recientemente en una misa. La única opositora visible a la obra es su denunciante, Viviana Novelle, dueña de una de las mayores fortunas del país y, desde hace un par de semanas, candidata a concejal de Juntos por el Cambio.
El basural a cielo abierto de Luján tiene más de medio siglo de antigüedad y, con una superficie de alrededor de siete hectáreas, es considerado el más grande del país. Nacido de los socavones que dejó una tosquera, originalmente recibía sólo residuos sólidos, pero en la última década también los camiones atmosféricos empezaron a descargar residuos cloacales.
El predio es también el medio de subsistencia de unos 220 recicladores, muchos de ellos cooperativizados a través del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que trabajan en condiciones precarias y viven al día. En algunos casos, son segunda y hasta tercera generación dedicada a la misma tarea. Entre ellos son frecuentes los problemas respiratorios, gástricos y epidérmicos.
En los últimos años, la ciudad experimentó un importante crecimiento demográfico y edilicio, haciendo que la mancha urbana se extendiera en distintas direcciones. Al hacerlo también hacia el noroeste, hacia la zona de Sucre, se acerca peligrosamente al vertedero.
En octubre pasado comenzaron las obras, en el marco del Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto impulsado por la cartera de Ambiente, con una inversión de 10.731.820 dólares financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El proyecto contempla no sólo la reconversión ambiental y sanitaria de La Quema, sino además la inclusión social de sus trabajadores y fue adjudicado a la empresa Evasa. Incluye saneamiento, cierre técnico del basural, reconversión en ecoparque y construcción de un centro ambiental con relleno sanitario con 20 años de vida útil.
La obra es permanentemente resistida por Viviana Novelle, una influyente vecina de la zona. Novelle, una de las herederas de la familia Terrabusi, es propietaria de varias empresas -la productora de alimentos orgánicos “Tallo Verde”, la ganadera “TerraGarba” y el haras “La Picaza”-, de muy buenos vínculos con la oposición política local y nacional.
Novelle judicializó el conflicto, inicialmente patrocinada por el ex director de la Administración de Parques Nacionales durante la gestión de Mauricio Macri, Emiliano Ezcurra. En enero, con los trabajos en marcha, la causa pasó de los tribunales de Quilmes a los de Mercedes, donde el juez Portocarrero Tezanos Pinto volvió a detenerlos en abril. Desde entonces, pasaron cosas.
Viviana Novelle se integró, como candidata a concejal, a la lista local que encabeza Susana Busso, docente y concejal de la Coalición Cívica. Las relaciones de Novelle con ese espacio no son nuevas: “La Picaza” fue cedido pa ra el festejo por los 20 años del ARI. Existen testimonios gráficos de ese encuentro, en el que anfitriona y máxima dirigente posan juntas, muy sonrientes.
La de Busso y Novelle es apenas una de las cinco listas que competirán en la interna de JxC, junto con las de Héctor Griffini por el larretismo, Marcelo Musso por el bullrichismo, Juan Carlos Juárez y la Unión Vecinal. Pero al armado de Novelle le faltó rosca y todo indica que irá con boleta corta.
El tema del basural es una bomba que hace peligrar la continuidad de la alianza. Las veces que se trató en el concejo deliberante, el comportamiento del bloque no fue homogéneo. Grifini una vez votó con el oficialismo, para sorpresa de sus compañeros, y otra se ausentó para favorecerlo.
También a fines de abril, el mismo juez federal de Mercedes que detuvo las obras, emplazó al municipio para que deje de descargar residuos en el basural en un plazo de 60 días hábiles, medida que fue leída en la comunidad en clave de provocación. La respuesta de la municipalidad no se hizo esperar. En ella se declaraba que la medida dispuesta es "de cumplimiento imposible" y se solicitaba un plazo mayor, a la espera de que la cámara destrabara la cautelar que impide la prosecución de las obras de la nueva planta.
Novelle abrió, además, un frente de conflicto muy similar en la localidad de Chascomús, donde también posee campos y se opone a una planta de saneamiento que sustituirá a un basural a cielo abierto. Pero su influencia allí parece ser bastante menor que en Luján. Los vecinos, que la recuerdan por una fumigación ilegal con agrotóxicos en 2018, manifestaron su rechazo al intento de bloqueo de las obras en una reciente audiencia pública.
Como contrapartida, la semana pasada los vecinos de Luján realizaron una peregrinación hacia el basural, que culminó con una misa en ese predio, encabezada por el padre Sergio Gómez Tey. Asistió una multitud, representativa de distintos barrios, clases sociales y fuerzas vivas de la ciudad, incluyendo al intendente Leonardo Boto, junto con funcionarios del gabinete y concejales de Unión por la Patria.
Gómez Tey, un sacerdote de estrecha relación con los pobladores de los barrios aledaños, integra el grupo de Curas en Opción por los Pobres. El año pasado publicó un libro dedicado al "negrito Manuel", como se conoce popularmente a Manuel Costa De Los Ríos, un esclavo devoto de la virgen, que vivió en la zona en el siglo XVII, que fue ganando visibilidad y fieles entre los sectores populares.
También se manifestó públicamente, con una carta, el arzobispo de Mercedes, Jorge Scheinig. “Cuando fui me encontré con verdaderos trabajadores del reciclaje. Mujeres, niños, hombres, algunos de ellos ya de segunda generación. Te confieso que no me gusta llamarlos basureros porque suena a descartables. No. Son verdaderos trabajadores y de muchas horas, que además, colaboran para hacer más habitable a nuestro mundo. Los vi trabajar en condiciones inhumanas, de tremendo abandono a la propia suerte. Pensé en las enfermedades que debían contraer, en el esfuerzo de trabajar agachados, levantando pesadas cargas, en fin, creo que pude experimentar tu dolor por esas personas y por esa lamentable situación”.
Los basurales a cielo abierto constituyen uno de los mayores desafíos, desde las perspetivas ambiental, urbanística y de salud pública. Según la plataforma colaborativa Waste Atlas, en el mundo este fenómeno involucra a 1800 ciudades de 164 países. Son comunes en las localidades de la llanura bonaerense donde, a diferencia del conurbano, el servicio no es provisto por CEAMSE y cada municipalidad debe resolver por su cuenta. Además de Luján, existen situaciones similares en el partido de La Costa, Chascomús, Baradero y Chivilcoy, entre otros distritos.