El hallazgo de un piloncito de cartas separadas con una banda elástica fue el inicio de un proyecto que se convirtió, después de arduo trabajo, en el libro Ya te llegará que la editorial Eterna Cadencia acaba de publicar. El volumen contiene la correspondencia que la escritora mexicana Margo Glanz le envió a su amiga y colega argentina Tamara Kamenszain entre 1984 (año del retorno a la democracia en nuestro país) y 1997.
Las cartas que recibió Margo están en Princeton, pero el libro las reproduce gracias al envío de fotocopias que puso Glanz en manos de Ana Negri, la mensajera entre el DF y Buenos Aires. Otras dos cartas aparecieron en Princeton, las mandó Javier Guerrero y completaron la serie. La amiga de Margo y Tamara, Paloma Vidal, se reunió con los hijos de Kamenszain, Malena y Mauro, y junto a las compiladoras leyeron y ordenaron el material. Leonora Djament, Cynthia Edul, Florencia Garramuño, Mercedes Halfon y Malena Rey fueron las responsables de que Ya te llegará esté hoy en las librerías. Estas mujeres - editoras, investigadoras y escritoras- encontraron las esquelas mientras inventariaban la biblioteca de Tamara y se entusiasmaron con la idea de reponer la conversación de papel.
La relación de pareja, la dificultad de vivir de la escritura, el humor como antídoto contra el malestar social, las críticas literarias, los encuentros con pares, son algunos de los temas que recorren con gran vitalidad las plumas de dos mujeres que criaron hijos e hijas mientras escribían textos fundamentales de la literatura latinoamericana.
Con más de treinta libros de ficción, Glantz está considerada una de las voces imprescindibles de las letras mexicanas de los siglos XX y XXI. Su obra tiene un estilo “saltarín y elegante”, en tanto que la escritura de Tamara es más “concentrada”. En 2012, con La novela de la poesía, quedaron reunidos en un tomo diez libros de Kamenszain publicados anteriormente. Entre sus ensayos se destacan Historias de amor (2000), Una intimidad inofensiva. Los que escriben con lo que hay (2016) y Libros chiquitos (2020) También había incursionado en la narrativa con El libro de Tamar (2018). Además de migración y memoria, los libros de Margarita abordan el erotismo, la sexualidad y el cuerpo. Tamara plantea que la pelea de su generación “fue mostrar que el lenguaje opacado también puede decir cosas”.
Se habían conocido en el 79 cuando la escritora de El libro de Tamar y Héctor Libertella, su compañero, se exiliaron en México. Se hicieron amigas entrañables y este volumen es el tesoro escrito que testimonia la relación epistolar que se prolongó entre ellas vía papel hasta 1997 cuando el intercambio material se reemplazó por el mail. El vínculo afectivo continuó hasta la muerte inesperada de la autora de Chicas en tiempos suspendidos.
Margotita estaba gestionando con dificultad su divorcio. Tamara, su reacomodamiento porteño luego del exilio. “Hasta ahora fue imposible escribir cartas. La adaptación -aunque sea al propio país- fue lenta y penosa. Somatizaciones de todo tipo, histerias varias, y ahora ya reflotando favorablemente. En síntesis: estamos contentos, adoramos esta ciudad puta que provoca deseos interminables de caminar. La gente está bastante caída por el drama económico, pero de todos modos se divierte”, decía Tamara en una misiva en la que elogia el libro La lengua en la mano de Glanz “ese estilo tuyo salvaje y elegante, esa manera de decir con desparpajo cosas pesadas, en fin, un verdadero homenaje a tu propia mano…”.
“Sigo con mis vírgenes, y creo que al leer tu texto (Margo se refiere a Género femenino y género poético, aparecido en la revista de la UNAM, de julio de 1984), Tamara, y tu carta, se me ocurre que es otra forma de reivindicar la escritura femenina, la del bordado y el tejido y la costura y la de la tajada de los senos, un poco gritada y sangrienta. Allí me quedo y teorizo y preparo la estructura perfecta”.
“Veinticinco días de huelga de correo nos están dando a los argentinos una visión del mundo como desde las trincheras”, escribe Kamenszain. “Es desde una de ellas que te mando unas líneas aprovechando algún mensajero artesanal que sale de nuestras lejanas fronteras”.
“Bueno querida, qué quieres que te traiga de este país fantasma, un poco menos que el tuyo, pero sin las ampulosas dramáticas secuencias de un gobierno pintoresco: el nuestro se parece más bien al que empezó el siniestro golpe que los trajo a ustedes a México y gracias al cual tuve el honor, el placer y la inefable gloria de conoceros. Les mando muchos besos y ya platicaremos largo”, suscribe Margo en otra carta que anticipa su visita a Buenos Aires.
Aunque se habían conocido en 1979, la relación entre ellas se había iniciado antes, ya que el padre de Margo, había sido amigo del padre de Tamara. "Esa hospitalidad no se olvida nunca”, le escribe Tamara a su amiga, diecisiete años mayor, quien los invitó a pasar Año Nuevo en su casa. Las cartas muestran la inspiración que cada una de ellas generó en la otra, el legado judío de ambas, la forma de enhebrar vida y escritura. "Escribir cuesta muy caro y una vive pagándolo”, dice Tamara. Y añade: “De todos modos, se sigue escribiendo y tratando de gozar de la vida”.
La complicidad, el cariño, la solidaridad y la admiración conforman la atmósfera general de estas cartas. La reproducción facsimilar de algunas de ellas coronan un ejemplar que activa el pasado y mantiene encendido un diálogo tierno y chispeante.