La Corte Suprema de Justicia dejó firme el fallo contra el chofer del micro que trasladaba a los estudiantes del colegio porteño Ecos. El caso vinculado al siniestro vial de octubre de 2006, donde fallecieron 12 personas (los dos camioneros, una profesora y nueve alumnos), recorría desde hacía décadas un laberinto legal sin salida. Finalmente, Oscar Atamañuk fue hallado culpable de "homicidio culposo y lesiones culposas", y será inhabilitado para conducir por cinco años. Familiares de las víctimas expresan sensaciones encontradas: alivio por un proceso que se cerró y bronca por una justicia que llegó tarde.
“A 16 años del crimen vial en el que resultaron muertos nuestros hijos y durante más de 14 años de vericuetos judiciales, hay una sentencia firme. Lo que sentimos es contradictorio: si bien representa un alivio enorme haber terminado con este proceso que nos costó tanto trabajo, no es posible hablar de justicia. Después de tantos años no es justicia ni para nuestros hijos ni para los familiares ni amigos”, señala a Página 12 Alba Sáenz, mamá de Federico Ecker, uno de los estudiantes fallecidos en la tragedia. Luego continúa: “Oscar Atamañuk es corresponsable, con lo cual, también hay que señalar que había una responsabilidad del chofer del camión, que manejó alcoholizado”.
El máximo tribunal tildó de “inadmisible” el recurso que había presentado la defensa, una apelación a la condena de tres años de prisión para el chofer. El vehículo había chocado contra un camión en la Ruta Nacional 11 en Santa Fe, cuando retornaba a Buenos Aires al frente de un contingente de estudiantes que había viajado por una misión solidaria en el Impenetrable, en el Chaco. “No es una noticia que nos llene de alegría ni de esperanza. Como solemos decir nosotros: la justicia que llega tarde no es justicia”, expresa Diego Molina, exesposo de Mariana Boye, la docente fallecida durante el siniestro.
"El recurso extraordinario, cuya denegación motivó esta queja, resulta inadmisible (art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Por ello, se desestima la presentación directa", se puede leer en la resolución de la Corte. Con esto, ratificó la condena de 2020 que indicaba la pena de tres años de ejecución condicional y la prohibición de conducir por cinco años.
Vaivenes y un problema estructural
En 2011, Atamañuk había sido condenado a tres años de prisión condicional y siete de inhabilitación, pero sus defensores lograron anular el fallo y conseguir una condena menor en 2013. Esa sentencia también fue apelada y un año más tarde la Cámara de Apelación en lo Penal de Rafaela sobreseyó al conductor por prescripción de la acción penal. Recién en 2019 la Corte ordenó la reapertura de la causa.
El grupo de estudiantes retornaba por la ruta a la altura de Vera (a 200 kilómetros de la ciudad de Santa Fe) luego de realizar tareas solidarias en la escuela chaqueña El Paraisal-Quitilipi, de la cual eran "padrinos". En el kilómetro 689, el chofer se cruzó con un camión Iveco que transitaba por el carril contrario y avanzaba haciendo zigzag. Ante esta situación, en vez de aguardar en la banquina, Atamañuk dio un volantazo y chocó de frente. Durante el proceso, se comprobó que había invadido el carril que no le correspondía y fue hallado responsable. A partir de las pericias toxicológicas posteriores, se constató que Ángel Soto, al mando del camión, tenía 1,6 miligramos de alcohol en sangre.
Como producto de la colisión fallecieron los camioneros Ángel Soto y Hugo Albrecht, la docente Mariana Boye y los estudiantes Julieta Posilovich, Daniela D'Agostino, Julieta Giataganellis, Delfina Goldaracena, Julieta Hartman, Nicolás Kohen, Benjamín Bravo De La Serna, Lucas Levin, Federico Ecker y Mariana Boy. Además, 38 personas resultaron con heridas.
Lucila de la Serna, mamá de Benjamín Bravo, subraya la existencia de una “cadena de responsabilidades”. “La empresa de transporte que lo contrató a Atamañuk lo tenía en negro y le permitía trabajar pese a no tener capacitación profesional; también hay que mencionar las rutas con peaje desde los cuales no se controlaba nada. Aunque me hubiera gustado que la sentencia marque un antes y un después, hoy todo sigue exactamente igual”. Al respecto, Molina acuerda en la existencia de un conflicto estructural: “El problema es el sistema judicial en el que todo el país está envuelto. Siento lástima, vergüenza y la necesidad de quedarme callado. Es una pena que se hayan tomado 14 años para resolver esto”.
Convertir el dolor en acción
La “tragedia del colegio Ecos” quedó impresa en la memoria. Tanto es así que padres y amigos crearon el grupo Conduciendo a Conciencia para continuar con parte del trabajo solidario que realizaban los estudiantes y promover cambios en materia de seguridad vial. Transformaciones que eviten todo tipo de siniestros que en el presente constituyen la principal causa de muerte en menores de 35 años.
El Consejo Federal de Educación de la Nación impulsó que cada 8 de octubre sea recordado como el Día del Estudiante Solidario. En esa fecha, la organización aprovecha para organizar eventos con la presencia de reconocidos artistas como León Gieco, Teresa Parodi, Los Tipitos y Los Auténticos Decadentes. El propósito es ayudar a escuelitas, comedores y salas de primeros auxilios.
Solidaridad y trabajo social constituyen los pilares del mensaje que buscan comunicar los seres queridos de las víctimas. Un intento de convertir el terror en justicia y la justicia en acción.