Uno:En un principio, cuando los hombres aún no cazaban dinosaurios, tampoco había nacido la semilla del primer pino del pinar de Antonia, en Misiones, Provincia de Tierra del Fuego, Segundo Virreynato del Río de la Plata, tercer planeta a la derecha del Sistema Solar.
Dos: Pero todo esto estaba prefigurado, de alguna manera. El Verbo, heredero del Caos, apenas pudo balbucear un discurso inconexo cuando creó la luz, el gas y el agua, y hubo que pagar las tarifas en dólares que había que devolver a sus legítimos dueños.
Pero el Verbo supo que eso estaba mal. Y creó el tiempo y la entropía, y entonces reparó a medias el error -lo hecho no podía ser deshecho‑ y por una temporada el hombre disfrutó de la luz, el gas, los viajes al exterior y salir a comer afuera sin preocuparse.
(Y el Verbo fue ideología, luego discurso, más tarde relato, posteriormente cuento, eslogan, sintagma y acabó en onomatopeya)
Tres: El Universo fue creado por el Verbo. Palabra por palabra. Bosón por bosón. Pero solamente el tiempo fue infinito, o tal vez circular. Y en un tiempo infinito -o circular‑, todas las posibles combinaciones de todas las partículas elementales de la materia y la energía se agotarán, y entonces estaremos haciendo estas mismas cosas. Habré escrito este texto, estarás leyéndolo.
Esta idea se conoce con el nombre de Eterno Retorno. No es nueva. Platón y su Año Perfecto e incluso otros antes que él ya especulaban. Borges la establece muy bellamente. Nietzsche, con un poco más de crueldad. Dice, en alguna página del Zaratustra, algo más o menos así : "Vive cada instante como si fuera a repetirse eternamente. Piensa que cada cosa que hagas con tu vida va a repetirse por siempre, tu risa o tu dolor resonarán por toda la eternidad".
Cuatro: La idea del tiempo circular se opone a la concepción teleológica del mismo. No existe un principio como tal. Cualquier momento -este mismo, incluso‑ puede tomarse como punto de partida. Tampoco hay un fin (una finalidad o un propósito) de la historia. Lo efímero del instante es eterno. Mejor aún: lo único eterno es este preciso instante.
No hay, para los creyentes de la circularidad, Parusía, Armagedón y Juicio Final. No habrá salvación en el Paraíso. Solamente un discurso balbuceado y falaz, pronunciado con esfuerzo, vacío de contenido, confuso en geografía, Palabras infantiles, chatas y tropezadas. Un discurso eterno y sin sentido.
Lo interesante de esta idea es que abre la puerta a la posibilidad -la obligación‑ de vivir cada instante sabiendo que vamos a repetirlo para siempre, y por lo tanto de nosotros -solamente de nosotros‑ depende "lo que vendrá". Personalmente, prefiero vivir una eternidad de calidad, un universo donde pueda pagar la luz y el gas y el agua y el vino sin dejar de vestirme, de comer, de leer o de viajar. Un presente sin los cosos esos de los jesuitas de Tierra del Fuego ni pinares para evadir impuestos. ¿No le parece, eterno lector?
Cinco: Hay una presa política a pesar de los reclamos internaciones. Hay un desaparecido por las fuerzas de seguridad nacionales, a pesar de todas las imposibilidades. Hay conocidos que repiten que Milagro Sala y Santiago Maldonado habrán hecho algo para que le pase lo que les está pasando. Habrá, intuyo, un día de éstos, un titular noticioso anunciando que Santiago murió en un enfrentamiento. Maldita sensación de estar despierto cuarenta años atrás.
Seis: Digresión final: otro nombre del concepto del tiempo circular es el de "recursión". Un notable ejercicio de este concepto lo podemos experimentar buscando en Google esta palabra (recursión). El primer resultado será.: "Quizás quisiste decir: recursión".
Hasta siempre.