El 26,1 por ciento de las jefas de hogares monomarentales tuvo ingresos por debajo de la línea de pobreza y el 4,6% fueron menores a la línea de indigencia. Los datos oficiales correspondientes al tercer trimestre de 2022, registran alrededor de 1.600.000 mujeres a cargo de hogares con niñxs y sin presencia del cónyuge: en estos hogares viven más de 3 millones de niñxs. La información se desprende del primer Indice de Canasta Crianza (ICC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), un nuevo relevamiento que estima la valoración mensual de la canasta de crianza de primera infancia, niñez y adolescencia, correspondiente a mayo 2023.
La herramienta que promovió el Ministerio de Economía para distribuir los gastos de crianza de forma más igualitaria, especialmente en los procesos de separación de las parejas o después de la separación, se compone del costo de provisión de bienes y servicios esenciales -en base al valor mensual de la Canasta Básica Total (CBT) del Gran Buenos Aires (GBA)- para infantes, niñez y adolescencia, y por el costo de cuidados destinado a primera infancia y niñez. Según el organismo, cuidar a lxs menorxs de 1 año durante mayo costó 98.339 pesos; de 1 a 3 años, 116.050 pesos; de 4 a 5 años, 93.204 pesos, y de 6 a 12, un total de 88.659 pesos.
El titular de Economía, Sergio Massa, pidió a la Corte Suprema “que saque una acordada que establezca como obligatoria la aplicación en toda la Justicia de Familia para que nosotros como Estado asumamos la responsabilidad de dar certeza y para que los padres cumplan con sus obligaciones”. De esta manera, el indicador se convertirá en referencia para la Justicia de Familia a la hora de fijar las cuotas alimentarias. En su último informe, Unicef revela que un 50,2% de los hogares donde no vive el progenitor, no recibió dinero en concepto de cuota alimentaria en los últimos 6 meses, mientras que el 12,0% sólo pudo percibirlo algunos meses. Otro estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía, concluye que el 59% de los hogares monomarentales destina más de la mitad o casi todos sus ingresos al pago de deudas o atrasos.