Las FARC, la guerrilla más antigua de América Latina, dejó ayer de ser un movimiento armado ya que la Misión de la ONU en Colombia se llevó el último de los contenedores en que almacenaban sus fusiles. El presidente Juan Manuel Santos les garantizó su seguridad y saludó la medida como “el último suspiro” de medio siglo de conflicto.
En un acto simbólico, Santos junto al jefe de la Misión de la ONU, Jean Arnault, cerró el candado del último container bajo la atenta mirada de las autoridades militares y varios delegados de las FARC en la zona veredal transitoria de normalización (ZVTN) de Pondores, en el municipio de Fonseca (norte). Ese contenedor estaba a cargo de Jose Díaz, oficial de la Marina de México y uno de los observadores de la ONU que supervisaron la entrega de 8.112 armas, que primero fueron claramente identificadas.
Posteriormente, Santos despidió al camión que lo transportaba y que llevará las últimas armas a una bodega general situada en un punto en el centro del país que no fue precisado, donde serán inutilizadas. “Hoy efectivamente es el último suspiro de ese conflicto. Con esta dejación de armas, con (la salida de) los últimos contenedores, el conflicto realmente termina y comienza una fase nueva en la vida de nuestra nación”, resaltó Santos.
Más tarde, explicó que ese fue un paso histórico y trascendental para la vida en Colombia y subrayó que la base del desarrollo y la primera ley de la República debe ser la seguridad. “El día de hoy le dijimos adiós a las armas de las FARC, hoy en efecto desapareció ya oficialmente las FARC como grupo armado, ya son ciudadanos colombianos sin armas”, subrayó el gobernante que explicó que los ya excombatientes seguirán haciendo su proselitismo político pero sin violencia.
A partir de la entrega de las armas, las 26 ZVTN se convertirán en “Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación”, a los que tendrán acceso la Fuerza Pública y llegarán distintas entidades del Estado para poner en marcha, entre otros, programas de capacitación y cooperativismo.
Luego del acto simbólico, tomó la palabra el número dos de las FARC, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, quien explicó que tras convertirse en movimiento político mantendrán sus siglas, aunque renunciarán a su tradicional denominación de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. “Dentro de poco estaremos realizando el congreso fundacional del nuevo partido político que seguramente se llamará Fuerza Alternativa Revolucionara de Colombia. No queremos romper los vínculos con nuestro pasado, hemos sido y seguiremos siendo una fuerza revolucionaria”, explicó el líder guerrillero.
También recordó a los dos milicianos (auxiliares de las FARC que no portan uniforme ni armas) asesinados recientemente tras haber sido identificados como miembros de las FARC. “No queremos que haya más destruccién de alternativas políticas opositoras”, dijo “Márquez” al recordar el exterminio de la Unión Patriótica entre finales de los 80 y primeros 90. Precisamente y en respuesta a ese temor, la Policía y Fuerzas Militares presentaron dos planes con los que garantizarán la seguridad de los miembros de las FARC ya desarmados.
Las Fuerzas Militares dispondrán del proyecto “Carpa Azul”, mientras que la Policía desplegará el plan “Irene”, en una estrategia complementaria destinada también a mejorar las condiciones de seguridad en las zonas rurales.
Por su parte, Arnault confirmó que las FARC les entregaron 8.112 armas, así como casi 1,3 millones de cartuchos que ya fueron incinerados. El funcionario de la ONU detalló que la salida de las armas de las ZVTN fue un operativo complejo para el que requirieron 16 operaciones aeroterrestres, diez terrestres, más de 50 horas de vuelo de los tres helicópteros de la ONU y medios puestos a disposición de la fuerza pública. Acerca de las caletas (escondites), detalló que hasta el momento las FARC indicaron la posición y contenido de 873 con armas y explosivos, muchas de las cuales están en zonas remotas y de difícil acceso.
Hasta la fecha, 510 fueron exitosamente recogidas a lo largo del país. En esos puntos han encontrado 795 armas, casi 300 mil municiones de diferente calibre, 22 toneladas de explosivos diversos, 25 kilómetros de cordón detonante, casi cuatro mil granadas, así como minas antipersona y municiones de mortero. El 1 de marzo pasado, la Misión de la ONU en Colombia, que estuvo al frente del proceso de recolección y custodia de las armas, comenzó la elaboración de un detallado listado de cada uno de los guerrilleros reunidos en 26 puntos rurales del país y de las armas que portan, previo a la recolección de las mismas. El armamento será fundido por la ONU para hacer tres monumentos que estarán ubicados en Nueva York, La Habana y en un lugar aún por definir en Colombia.
Por otro lado, el lunes, el presidente Santos reconoció que su gobierno no tiene recursos suficientes para reparar al mismo tiempo a las más de ocho millones de víctimas del conflicto armado interno. Durante la ceremonia de posesión de la nueva directora de la Unidad para las Víctimas, Yolanda Pinto, el mandatario detalló que en los últimos años fueron reparadas unas 690.000 víctimas con inversiones que superan los cuatro billones de pesos, unos 1.300 millones de dólares. “La reparación nos va a tomar muchísimo tiempo y ahí vamos a requerir paciencia. No hay recursos para reparar a todas las víctimas al mismo tiempo, eso es un proceso. Tal vez a las más urgentes, las más necesitadas y eso se va dando”, señaló Santos. Asimismo, indicó que en la actualidad hay 300 comunidades que avanzan en la ruta de la reparación y sostuvo que reparar a todos los afectados por la guerra es un reto monumental para su gobierno que termina en agosto del 2018.