En el amparo colectivo, las madres hicieron constar casos reales ocurridos en distintas escuelas públicas salteñas por la aplicación de la ley de educación religiosa. En la Escuela René Favaloro, de la capital provincial, se “impuso como práctica obligatoria el rezo de la oración diaria, o que los niños ante el dictado de la clase de religión deban salir de clase –hecho que de por sí resulta discriminatorio y violatorio al derecho de no expresar el culto que se profesa– y retirarse a la biblioteca donde no se le da ningún tipo de actividad curricular correspondiente al plan de estudio”. En la Escuela Juana Moro de López, de la Caldera, contaron, una docente y madre de una de las alumnas “sólo fue llamada por el titular de la materia a una reunión de carácter informativo para saber el número de niños no católicos en el aula, sin informarles a los padres que les asiste el derecho de opción o el derecho de recibir la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. En ese establecimiento, era “costumbre el rezo inicial a la entrada efectuado de manera obligatoria todos los días, retrasando 20 minutos el ingreso a clase”. En la Escuela Bartolomé Mitre de Campo Quijano, un chico de 12 fue “forzado a permanecer en el aula y realizar distintas actividades religiosas que le impartían sus docentes,pese a manifestar que no quería permanecer en clase, y que fue calificado con baja nota”.
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