Fueron populares, reconocidos. Se batían en duelos de catch que eran multitudinarios. Eran “titanes”, de nombres queridos: “Arrcho”, “Rojo”, “Mamet”, “Pipino”, “Mumia”. Pero el tiempo pasó, y ahora conviven en una casa de retiro bajo los cuidados de una enfermera. Con ella ocurre una chispa y la vitalidad resurge. O eso parece. Tal es la propuesta de Perfume de Campeones (La vida es cosa seria), la obra teatral que reunirá, por primera vez, a los grandes nombres de la escena de Venado Tuerto y la región: Oscar Barotto (Asociación Amigos del Teatro Ideal), Horacio “Ñoti” Martínez (Galpón del Arte), Agustín Di Mella (Grupo La Ventana), Andrés “Colo” Pieli y Carlos “Tato” Záttara (Teatro Malandra), más la participación especial de Verónica Pipelo (Galpón del Arte). La dirección es de Roberto “Nene” Corvatta, y el texto es autoría del gestor cultural Paul Citraro, en el que es su debut dramatúrgico.
“Al mediodía tomo siempre un café con un Sub-90 integrado por tres o cuatro viejos, que tienen entre 78 y 83 años. Son tipos bien transitados en la vida, que han tenido distintas ocupaciones, alguno fue ministro, otro empresario; y siempre aparecen conversaciones muy atractivas. A veces participo, pero en mi caso se trata de ir a escuchar. Un día les pregunté qué es para ellos la vejez. Ninguno dio respuesta, nadie estaba sentado en ese sillón, en esa categoría, no se veían como viejos. Y empecé a relacionar esto de la vida como un espectáculo. Pensé en el teatro griego, en la corrida de toros y en el catch. Lo que tiene el catch es que no siente vergüenza del dolor, es una actuación de gestos excesivos, explotados. Tiene un convenio implícito con el público, y me resultó muy atractivo pensar en cuatro o cinco ‘titanes’ en un geriátrico. Pensé en la lógica del retiro, me detuve en la viscosidad de cada uno de sus perfiles y en la relación entre los personajes”, comenta Paul Citraro a Rosario/12.
“La de los Titanes es una marca registrada, pero entiendo que en la vida de cada uno hay una apropiación de cada personaje, como si fuese una forma de entenderlo; es decir, son falsos Titanes en el Ring, tipos que han vivido de ser Titanes pero que no son los reales. Hay un libro fantástico de Daniel Roncoli (El gran Martín. Vida y obra de Karadagián y sus Titanes) Es una obra monumental. Por ejemplo, hubo 16 Caballeros Rojos en el tránsito de 40 años de historia, pero el mítico es Baby Reynoso. Ahora bien, tranquilamente un tipo en Buenos Aires puede ser un ex Caballero Rojo. Tengo un amigo músico, de hecho, que me dice que hace boxeo con el nieto del Caballero Rojo. Así empecé a encontrar toda una armazón, una estructura que diera sentido, para hablar sobre la vejez, los viejos, y este absurdo de la vida”, continúa.
-Reuniste a los grandes nombres de la escena de Venado Tuerto, ¿cómo fue la propuesta?
-Tenía mis resquemores, porque no vengo del mundo teatral, soy un gestor cultural. Si bien hace unos años que estoy metido en el universo de la dramaturgia, era un desafío plantearles un texto a tipos que habían leído cientos o miles de textos. Pensé otra idea, y fue la de enhebrar esas historias, para que pudieran jugar un partido de papi fútbol por primera vez; son tipos que representan a la comunidad teatral, por su tiempo de trabajo, su experiencia y conquistas, por el afecto y prestigio ganados; cada uno con un piso de 40 años de trabajo. Y nunca habían trabajado juntos. Esto también sucede, a veces, por pertenecer a distintas escuadras, y entiendo que el recelo en algún momento también existió, porque es parte de la combustión de un joven, en un proceso formativo. Ahora están más grandes y le dan importancia a otras cuestiones. La respuesta fue unánime. Había un motivo para que hicieran algo juntos de una vez por todas. Y se selló con un asado, por supuesto.
-Tratándose de “Titanes”, ¿cómo fue la relación entre personajes y actores, consensuada o por decisión tuya?
-Fui eligiendo personajes al azar, hubo un proceso inconsciente, más refinado, que no estaba tan visible, al menos al inicio de la gestación de la obra. En la medida que fue avanzando, visualicé a los personajes con estos nombres importantes del teatro venadense, y comencé a relacionar también una filigrana más cercana, por conocerlos, a sus formas de caminar, de hablar. Creo que la resultante es un buen traje para cada uno de ellos. Todo esto no lo hablé con ellos, sencillamente fue “este personaje es el que te toca”, pero en el fondo entiendo que de a poco se van descubriendo muchas cosas en común, y voy visualizando que esta forma de signar un personaje a un nombre representativo también estuvo acertada, a partir de la ayuda de un director, Roberto Corvatta, que es también generacionalmente del mismo rango.
-¿Qué cuestiones están trabajando ahora, en cuanto a puesta en escena?
-No medimos las horas de ensayo sino los encuentros con asado, pero al tratarse de gente con mucha experiencia, rápidamente se evoluciona. Vamos muy avanzados y cada encuentro es muy fructífero, se gana mucho terreno. Todos tienen un acervo muy a flor de piel. Ahora bien, es una obra que tiene mucha exigencia, hay trabajo coreográfico, vocal, físico, por lo tanto estamos con varios instructores e incluso salió la posibilidad de un sexto titán –que será interpretado por Raúl “Moli” Paulinovich–, que va a estar en el banco por una cuestión de relevo. Uno de ellos, muy inteligentemente, señaló: “muchachos, somos hombres grandes, si se nos dobla un pie o nos pasa algo necesitamos un relevo”.
-Y todo transcurre dentro de una casa de retiro o geriátrico, ¿no?
-En un recinto especial, una casa de retiro que tiene ciertas consideraciones por tratarse de, digamos, celebridades. La enfermera sabe cómo es el juego y se presta a ello; finalmente es quien mueve los hilos de la historia, porque todo orbita alrededor de una mujer. La obra transita entre las penurias de querer hacer un programa de radio para, en algún punto, estar presente en el exterior, porque es una pelea contra el olvido; por otro lado, está de por medio la conquista de una mujer que ya no está, reencarnada simbólicamente en la figura de la enfermera. El interés por esa mujer, que estuvo con uno pero que todos desearon, vuelve a reverdecer. Ella, interpretada por Verónica Pipelo, es la elección arbitraria y no natural, porque reúne todas las condiciones que reclama el papel; una mujer con hijos, que cuida su universo inmediato, que toma las riendas a veces y que otras está dispuesta a esa lógica lúdica que propone la ficción.
Perfume de Campeones nace del Departamento de Dramaturgia Experimental del Centro Cultural Provincial Ideal de Venado Tuerto, bajo la tutela del dramaturgo Fernando Ferrer y la gestión del Ministerio de Cultura de la Provincia. Tendrá un pre-estreno el domingo 5 de noviembre y el debut para el público será el día 10, con funciones subsiguientes, para luego iniciar su gira, durante el año entrante, por toda la provincia de Santa Fe.