¿Es la naturaleza la que invade, por estos días, la fotogalería de un espacio cultural en el centro de la ciudad de Buenos Aires? Esta es la pregunta que deja en el aire la muestra de Sofía López Mañán, con imágenes, video e instalaciones dialogando en esas paredes blancas. Lo que a la artista le interesa es la "construcción" que se arma alrededor del concepto de naturaleza, del cual el humano "se fragmenta"; el "velo que impide percibir el ecosistema". El libro de la Naturaleza. Caos y antropoceno es un "súper proyecto" que abarca esta exposición en el Centro Cultural Rojas y la edición de un libro de más de 300 páginas alrededor del tópico.
Desde hace tiempo y de distintas maneras, López Mañán está muy cerca de animales y metida en paisajes ¿naturales? -como deja en claro la muestra, poco queda del planeta sin intervención humana-. Fue guía de montaña, documenta derivaciones de cóndores y elefantes, estudia naturalismo. También estudió Bellas Artes. Si bien trabaja con la fotografía, no se encasilla: se dedica también al dibujo, al cine y es micóloga por afición.
"Este proyecto nació hace siete años, cuando empecé a trabajar en el ex Zoológico de Buenos Aires y su transformación en el Ecoparque, filmando derivaciones de animales. Pensé que sería una especie de Arca de Noé, pero enseguida me dijeron que a los animales no se los libera. Ellos van a algún lugar donde pueden tener lo que se llama un bienestar animal, mejores condiciones ambientales. Dialogando con muchas personas -biólogos, cuidadores, políticos-, empecé a pensar en esa construcción de libertad que tenemos", cuenta la artista e investigadora de la Beca National Geographic y la Beca Pulitzer, de 41 años, en la charla con Página/12.
Continúa, con una idea que remite al cine de Herzog: "Hay un deseo de libertad, de un estado prístino, de la naturaleza como un ambiente romantizado donde no estamos nosotros, los malos humanos. Pero no existe. Eso va acompañado de un concepto también fantástico de que los bichos son felices y viven en armonía. En cambio, ellos se morfan y mueren de hambruna. Por ejemplo: la gente ve un pajarito y dice 'liberalo'. No sabe que cuando abrís la jaula el corazón le bombea por demás y cae muerto".
Entonces, el espíritu de este proyecto tiene que ver con indagar en "la construcción de 'naturaleza' que tenemos" y en "cómo este velo nos impide percibir el ecosistema". La artista realizó una encuesta. El 30 por ciento de los encuestados -550 personas- respondió que considera que la naturaleza es "un lugar donde no están los humanos". "Nos fragmentamos. Si la naturaleza es donde no está el humano, ¿qué es el humano? Disociamos 'naturaleza' de humano, 'cultura' versus 'naturaleza', 'cultura' versus 'barbarie'. La naturaleza la tomamos como nuestras vacaciones o un recurso", analiza. Sus preguntas van más allá del tiempo pero cobran relevancia en un momento atravesado por la crisis climática y otro tipo de urgencias socioambientales.
En el centro cultural dependiente de la Secretaría de Relaciones Institucionales, Cultura y Comunicación de la UBA se pueden ver obras ubicadas en la frontera entre el registro documental y el arte. Con curaduría de Fabiana Barreda, la propuesta es interactiva: todo se puede tocar e incluso hay una invitación a opinar. A la izquierda de una tele que muestra un breve documental sobre la orangutana Sandra -declarada por la Justicia como "persona no humana"- hay unas fotos a las que se les puede colocar un sticker de color verde o rojo, respondiendo a la pregunta de si eso que se ve es naturaleza o no.
Algunas de esas fotos fueron tomadas en el subsuelo del área de Fauna del Ministerio de Ambiente, donde hay "bichos allanados de la época de María Julia Alsogaray"; es decir, rescatados del tráfico ilegal. La cabeza de una cebra, un hombre posando con los restos de un tatú carreta, una postal de un estacionamiento de Dallas invadido por pájaros, un representante del pueblo Günün a küna junto a tres taxidermias de cóndores dentro de una vitrina en el Museo de Ciencias Naturales, una mujer siendo evaluada con instrumentos de medición craneal y Sandra arman el collage. "¿El tigre es real?", cuenta la artista que le consultan, respecto de un felino que camina sobre una cama en una de las fotos de la serie. Esta imagen vuelve a aparecer en otra de las obras de El libro de la Naturaleza, integrada por un conjunto de impresiones sobre tela que aporta belleza al recorrido.
"La pregunta por el tigre encierra todo el sentido de la muestra. Y sí: es real. El que era el director del Zoológico de Luján lo llevaba a pasear y daba vueltas alrededor de todo su cuarto", revela López Mañán. Tampoco es posible saber si son reales esos bosques, esas montañas que aparecen en fotografía en lija o impresiones 3D. No hay un solo epígrafe en ninguna parte.
De una de las paredes irrumpe una rama de algarrobo intervenida, puesta para ser acariciada. El trabajo más antiguo pertenece a los tiempos en los que hacía corsetería de pelo de caballo y se abocaba a la performance. En la foto está ella de espaldas, desnuda, rapada, luciendo pelo del animal. "El tema de la animalidad está desde siempre. Pero antes trabajaba con temas personales. Este proyecto surgió de una crisis que me llevó a preguntarme por qué hago lo que hago. Significa trascender mis mambos personales", dice López Mañán.
El libro formó parte del Joops Swart Master Class 2019 y fue premiado en PhMuseum Grant, Vogue Italia y Sony Award. Con citas de autores que han tocado el tema a lo largo de la historia, los resultados de la encuesta, textos de investigadores de las ciencias sociales (filósofos, antropólogos, sociólogos, entre otros) y más de 300 imágenes ampliará esta exploración de la construcción del concepto actual de naturaleza.
"Al final, pienso que todo este trabajo no trata de qué es la naturaleza, sino de qué somos nosotros. En la medida en que no empecemos a incluirnos en esta idea de que somos naturaleza, biósfera, animales, seguiremos sin entender lo que está pasando. Esta es la era del caos: estamos rompiendo edificios conceptuales de siglos y siglos. Es un momento increíble para reconstruir", concluye la artista.
*La muestra se puede visitar de lunes a viernes de 8 a 22 hasta el 10 de agosto.