"Hay un punto de no retorno en la situación de la contaminación del arroyo Ludueña", dice un duro comunicado que firman organizaciones de vecinos de la zona norte y diversas entidades ambientales. Para los firmantes es claro "el estado de contaminación y degradación de esta importante cuenca”. Entre los puntos más preocupantes de la situación detallan "la contaminación detectada por la Fiscalía en tres focos: Shopping Fisherton Mall, Aeropuerto Internacional de Rosario y el Barrio Privado Rosario Golf Club". También la contaminación de los barrios "que no cuentan con red de cloacas", sumado a "las obras hidráulicas desordenadas y sin planificación integral a escala cuenca, como las canalizaciones, drenajes de lagunas y terraplenes". Además destacan la "insuficiente gestión de residuos plásticos que terminan en la cuenca", y el "uso de agrotóxicos en la cuenca del arroyo". Y denuncian que nunca se conformó el Comité de Cuenca para el arroyo Ludueña, sancionada por decreto provincial en 2010. Los firmantes agregan que cuentan con estudios sobre la calidad del agua “cuyos resultados son preocupantes”.
El arroyo Ludueña, en la zona norte de Rosario, se acerca a un “punto de no retorno” por la contaminación de sus aguas, que es permanente aunque se ponga en evidencia periódicamente ante el bajo nivel del agua o los vientos, y ni siquiera en esos casos los diferentes niveles del Estado, desde el municipal al provincial, reaccionan con una acción integral, coordinada y a largo plazo. Ese es el diagnóstico de varias organizaciones socioambientales que reclamaron la integración del Comité de Cuenca del curso de agua establecida por ley pero nunca formalizada. Y reclaman que esa instancia se amplíe con representantes de la sociedad civil.
“Los últimos días, debido a la difusión en los medios de comunicación de los videos e imágenes de denuncias de vecinos y vecinas, ha quedado nuevamente en evidencia el estado de contaminación y degradación de esta importante cuenca”, pone en contexto un comunicado firmado por Vecinos y vecinas autoconvocados de Fisherton, la Multisectorial Humedales, el colectivo El Paraná no se toca, la Asociación Civil Bocacha Orellano y el Taller Ecologista; según consigna también el diario El Ciudadano.
Las organizaciones destacan que esa exposición pública periódica del problema, con imágenes de desechos plásticos, materia fecal, coloración del agua que hace sospechar presencia de contaminantes químicos, basura de todo tipo y hasta animales muertos, remite a un cuadro de descontrol en las urbanizaciones, actividades productivas, canalizaciones y desagües cloacales que violan las normativas sin que el poder público atine a ponerle freno.
El texto detalla algunos de los elementos de una situación que sus firmantes definen como compleja. Entre ellos: La contaminación detectada por la Fiscalía en tres focos: Shopping Fisherton Mall, Aeropuerto Internacional de Rosario y Barrio Privado Rosario Golf Club. La contaminación de los barrios que no cuentan con red de cloacas. La nuevas construcciones y urbanizaciones, además de la pérdida de biodiversidad que generan en el territorio, incrementan la impermeabilización del suelo acelerando el crecimiento del arroyo y aumentando la probabilidad de inundaciones aguas abajo. Así como las obras que están tapando la desembocadura.
También las obras hidráulicas desordenadas y sin planificación integral a escala cuenca, como las canalizaciones, drenajes de lagunas y terraplenes, afectando los reservorios naturales y las vías de escurrimiento del agua, aumentando los riesgos de inundaciones. La ausencia de control y fiscalización por parte del Estado a las industrias y establecimientos privados en la zona, que estarían contaminando con sus desechos el arroyo. La insuficiente gestión de residuos plásticos que terminan en la cuenca, proveniente tanto de barrios circundantes como también a través de zanjas y canales. Y el uso de agrotóxicos en la cuenca del arroyo.
Frente a ese panorama de intervenciones que atentan contra el ambiente y afectan a quienes habitan en la cuenca, los colectivos sociambientales describen como una de sus causas “las inacciones en todos los niveles de gobierno (provincial y municipal) y el desinterés por trabajar interjuridiccionalmente entre los municipios“. Porque el Ludueña no solo atraviesa a Rosario, de la que alguna vez fue su límite norte, sino que su cuenca –superficie de aporte hídrico al curso de agua– se extiende en 720 kilómetros cuadrados que incluyen a 15 localidades: además de Rosario, San Lorenzo, Fray Luis Beltrán, Capitán Bermúdez, Ricardone, Luis Palacios, Roldán, Pujato, Coronel Arnold, Ibarlucea, Granadero Baigorria, Funes, Zavalla, Pérez y Soldini.
“Denunciamos que nunca se conformó el Comité de Cuenca para el arroyo Ludueña, sancionada por Decreto Provincial 2375 en 2010 y que se está incumpliendo el programa provincial de «Recuperación Provincial de la calidad de los cuerpos de agua superficiales»”, señalan las organizaciones. Y expresan dudas sobre los monitoreos en la zona del arroyo que comprende a Rosario por parte de la Municipalidad. También destacan el incumplimiento de la Ordenanza de Preservación de Humedales Urbanos aprobada por el Concejo local.
El comunicado aclara que, según la nueva ley de aguas 13740 de Santa Fe, el agua es un bien de dominio público, por lo que la norma establece una nueva política hídrica provincial que se apoye en una gestión participativa y garantice el derecho a la información pública tanto como la participación ciudadana en decisiones regulatorias de alcance general y de gestión.