La beba recién nacida, que había sido robada este viernes de la sala de maternidad del hospital de Tartagal, Salta, fue hallada esta madrugada, abandonada en un descampado de esa ciudad y con síntomas de hipotermia por el frío. Tras ser reconocida por sus padres, se hicieron exámenes clínicos que determinaron que se encuentra en buen estado de salud. En tanto, continúa la investigación para determinar quién la robó.
"La niña se encuentra internada en el servicio de Neonatología, su estado de salud es estable y evoluciona favorablemente del cuadro de hipotermia con el que ingresó y en espera de resultados bacteriológicos de rutina", comunicó el hospital Presidente Juan Domingo Perón, este mediodía.
Por su desaparición, el Ministerio de Seguridad de la Nación, en coordinación con el Sistema Federal de Búsquedas de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu), había emitido ayer por la tarde el Alerta Sofía.
Cómo la encontraron
Un vecino del barrio Roberto Romero llamó a la Policía alertando sobre llantos en un descampado. Era la 1 de la madrugada de este sábado. Al llegar al lugar, la Policía encontró a varias personas y una mujer se acercó con la nena en brazos, con prendas de color rosa con un aplique de oso, y manifestó que era la beba desaparecida. Y la entregó a los oficiales y la trasladaron urgente al hospital.
Una vez en el centro médico, la beba fue reconocida por sus padres y atendida por los médicos de guardia.
La búsqueda había comenzado a las 7 de este viernes, cuando sus padres fueron al baño, y al regresar, apenas cinco minutos después, la niña no estaba en la cuna.
La médica de guardia del hospital avisó al personal de seguridad del lugar y reportaron el hecho al Sistema de Emergencias 911. Inmediatamente, intervino la Policía y se presentó la denuncia formal a la fiscalía de turno.
El diario El Tribuno informó que la nena había sido encontrada en un baldío y que la investigación apunta a una pareja cuya imagen fue tomada por las cámaras de seguridad de la vía pública, con las que se hizo un identikit.
El fiscal Rafael Medina, a cargo del caso, había asegurado que se trabajaba con "un identikit realizado con base en el testimonio de testigos" que vieron personas sospechosas en los pasillos del Hospital.
Por la cercanía de Tartagal con la frontera de Bolivia, a 50 kilómetros, se habían dado directivas a efectivos de seguridad de ese país ante la posibilidad de que quienes robaron a la menor hubieran cruzado la frontera.
Se activó un protocolo en las fuerzas policiales, provinciales y federales, así como en el cuerpo de Gendarmería, para encontrarla.
Una búsqueda dramática de 19 horas
Diecinueve horas duró la búsqueda de la beba robada. El abogado de la familia, Rambert Ríos, durante las horas de búsqueda, contó que "la policía requirió perros entrenados de sus pares de la provincia de Tucumán y de todo el equipamiento para poder determinar de qué manera y a través de qué lugar del hospital sacaron a la bebé de la habitación".
"Lo verdaderamente preocupante es que los que somos de la zona sabemos que en media hora podemos estar en la frontera y salir del país por cualquier paso ilegal hacia Bolivia", analizó.
También había apuntado contra la seguridad del hospital: "Hay un sistema de seguridad que ha fallado. Los padres fueron al baño y en esos minutos le robaron la criatura. No sé si (hubo) una participación del personal, pero sí una responsabilidad".