La jueza María Isabel Fulgheri, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nro. 1, hizo lugar a una medida cautelar impulsada por la municipalidad de San Nicolás para que IOMA acepte como afiliados voluntarios de su sistema médico a los agentes municipales y sus grupos familiares a cargo que optaron por continuar con esa cobertura. Se trata de una cautelar, de cumplimiento efectivo, que no resuelve ni define la cuestión de fondo.

La medida fue celebrada por el intendente Manuel Passaglia, responsable de la situación, desde que en marzo enviara un proyecto de ordenanza municipal, votado en el Concejo Deliberante, para desadherir a los trabajadores municipales del convenio con el instituto provincial que les brinda cobertura de salud. La norma local entra en contradicción con la ley número 6.982, lo que la convierte en inconstitucional.

En diálogo con BuenosAires/12, el titular del IOMA, Homero Giles, sostuvo que “la decisión judicial de hacer lugar a la cautelar, por lo menos, permite no dejar a esos trabajadores desamparados". La ley establece que pueden asociarse en calidad de directos o individuales aquellas personas que, por el motivo que fuera, han cesado su relación laboral, figura en la que claramente no se encuadra este caso. De todas maneras, cada afiliado que se encuentra en esta situación, debe concurrir a la oficina más cercana a realizar un trámite personalmente y completar el pago correspondiente.

“De alguna manera legitima una ordenanza que es ilegal, así determinada por la Asesoría General de Gobierno de la provincia en un dictamen y también por el Tribunal de Cuentas provincial”, agrega Giles, que también sostiene también que “la decisión judicial no resiente el equilibrio financiero de IOMA, porque la cápita de los municipales de San Nicolás era deficitaria (N de la R: en 2022, IOMA cubrió prestaciones por 140 millones de pesos más de lo que recaudó), pero es claramente un ataque a los principios del sistema solidario de salud". "De todas maneras, esto es una cautelar y esperamos que se expida sobre la cuestión de fondo”, advierte. 

Descreme

Desde el inicio del conflicto, al que muchos intendentes de JxC se asomaron pero no imitaron a Passaglia, la pregunta que flota en ámbitos políticos y sanitarios es, ¿quién va a poner la plata que perdía IOMA en San Nicolás? La cautelar brinda la respuesta: IOMA.

El estado actual de las cosas legitima el proceso que los expertos llaman “descreme”. Los afiliados jóvenes y sanos, más rentables y apetecibles para las prepagas, serán tentados para firmar con Avalian, que acaba de conveniar con Passaglia. Pero esa empresa se rige por otro marco jurídico: la ley nacional Nro. 26.682, que no la obliga a cubrir a los pacientes crónicos o con enfermedades preexistentes, en la jerga del sector “caños” o “chocados”.

Hasta la cautelar, unos setenta grupos familiares de trabajadores municipales nicoleños se encontraban en estas condiciones y eran -son- potenciales demandantes de su empleador. Esto explica las recientes presiones relatadas por este medio para que aceptaran un retiro voluntario. La reciente decisión judicial trae un alivio transitorio a esta situación.

Sin embargo, no sería la primera vez que una medida cautelar se eterniza en el sistema de salud argentino, especialmente en cuestiones vinculadas a la salud y las obras sociales. Es una práctica habitual que los pacientes judicialicen decisiones de cobertura médica, donde la mayor parte de las veces obtienen lo esperado, resintiendo así el equilibrio del sistema, que se ve obligado a incorporar más prestaciones o coberturas, sin que se especifique con qué fondos.

Política

Manuel Passaglia fue el pionero de la “cruzada Pro antiIOMA”, una jugada electoral que no le rindió como esperaba. A pesar de que ganó mucha visibilidad en el plano provincial en el corto plazo, se acercó a Patricia Bullrich, quien lo elogió, y hasta se imaginó a sí mismo como candidato a vicegobernador de Néstor Grindetti. Pero, finalmente, “Manu” esta vuelta no será candidato a nada.

El aspirante a la intendencia es su hermano mayor, Santiago. Fuentes locales sostienen que la decisión, como todas las referentes al clan, fue tomada por Ismael, quien estaría preocupado por la cantidad de frentes abiertos en simultáneo por su hijo Manuel. Los Passaglia esta vez tendrán hasta un rival interno, el radical Agustín Barba, algo impensado hace apenas un par de años.

La guerra contra IOMA tiene similitudes con la guerra contra la caja previsional del Bapro desatada por la ex gobernadora Vidal hace unos años. Ambas apelan a una retórica a favor de la “eficiencia”, “contra los privilegios”, para atacar derechos legalmente consagrados, con estrategias legales y políticas, que se exponen de manera endeble. 

Tienen como consecuencia un importante malestar de los involucrados y generan un conflicto judicial de proporciones. El del Bapro escaló hasta la Suprema Corte, el de IOMA acaba de iniciar su camino. Y sus autores, a cambio de una transitoria visibilidad mediática, pagan con ostracismo político. María Eugenia Vidal, sin futuro en la provincia, debió volver a la Ciudad de Buenos Aires. Manuel Passaglia no figura en ninguna lista.