Fin de año. Las jugadoras de la Selección se preparaban para recibir el 2023 cuando les llegó un mensaje al grupo de WhatsApp. Era de Germán Portanova. ¿Felices Fiestas? Sí, después. Antes, información precisa sobre las jugadoras italianas, primer rival de las argentinas en el Mundial que arranca el jueves.
El entrenador del seleccionado femenino, de 49 años, está hace meses enfocado en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y estudiando minuciosamente a todos los equipos, en especial para el debut. “Pobre Dalila (Ippolito, la única del plantel en el fútbol italiano) la volvió loca”, bromean las jugadoras.
Portanova habla tranquilo y en primera persona del plural en femenino: "Nosotras nos vamos a jugar los tres partidos de nuestras vidas. No marcamos mucho el resultado porque si ganamos no vamos a ser mejores, pero hay que competir de la mejor manera, seguir el proceso y, si Dios quiere, quedar en la historia".
Además, el 'Flaco' se emociona por lo que están por vivir sus jugadoras. "Cuando me enteré de que cada una iba a cobrar 30.000 dólares por participar se me llenaron los ojos de lágrimas porque se lo merecen. Cada chica, cada mujer que está acá tiene una historia de vida que no fue fácil. Atravesaron mucho con una perseverancia y profesionalismo admirable. Que suceda esto es muy bueno y lo celebro", cuenta el DT de Argentina desde mediados de 2021 en una entrevista con Télam en el predio de la AFA.
–¿Qué significa para vos dirigir a la Selección femenina?
–Cuando me asignaron fue increíble, es lo máximo que te puede pasar. Hace 10-12 años que trabajo en el fútbol femenino y que te llamen para estar en este lugar, para representar a tu país, poder clasificar a Argentina a un Mundial. Fueron cosas inesperadas y únicas pero la carrera continúa y quiero crecer con la Selección. Todo el día pienso en cómo mejorar.
–El objetivo o sueño es ganar por primera vez un partido en un Mundial. ¿Cuán cerca lo sentís?
–Estas jugadoras quieren jugar bien desde el primer día. Fuimos de menor a mayor y estos tres partidos del Mundial son difíciles y parte del proceso. Dios quiera que podamos quedar en la historia. Heredé un grupo con una grieta muy importante que todos saben y es el día a día. Tienen personalidades fuertes, el psicólogo nos dice que no hay que forzar situaciones de querer unir pero la convivencia es cordial y adentro de la cancha están muy unidas y vamos para adelante.
–El grupo del Mundial es bastante complicado...
–Sí, Italia juega a un ritmo increíble, tiene mucho ida y vuelta, transiciones rápidas. Las sudafricanas, con su velocidad arriba, capaz que se sienten mejor de contragolpe. Y Suecia es una potencia a la que le intentaremos jugarle dentro de lo que nos dejen sin perder nuestra esencia. 'Nosotras' queremos mostrar que no somos la Argentina que solo tiene garra sino que también tiene talento, protagoniza y juega.
–¿Hay más presión después de la tercera estrella del masculino en Qatar 2022?
–La diferencia la marcamos con el masculino porque obviamente somos argentinos, tenemos ese ADN y queremos ganar. Al masculino lo disfrutamos con la familia, fue emocionante y festejamos la tercera como hinchas. Pero el femenino nació de otra manera, estamos muchos años atrás de varias selecciones. De 100 argentinos, 99 quieren ser jugadores de fútbol. De 100 argentinas 3 quieren ser jugadoras. Mujeres a las que les gusta el fútbol hay muchas, pero jugadoras quieren ser pocas. La historia es bien diferente pero tenemos fe de competir y de lograr lo que queremos.
–¿Cómo es el nivel de las futbolistas que juegan afuera en comparación a las que lo hacen en el medio local?
–Las de afuera marcan diferencia, es una realidad. Es muy difícil que te contrate un club de afuera, vas a jerarquizar, a crecer y a pagar un derecho de piso. Acá sos protagonista y goleadora pero afuera vas al banco y tenés que adaptarte, hacer un proceso, pero muchas se mantuvieron en el profesionalismo y están jugando en Madrid, Atlético de Madrid, México...
–¿Cuánto creció el fútbol femenino en la Argentina?
–Recién ahora se ven más chicas jugando al fútbol, hace pocos años atrás era raro, pero hay una apertura mental del país. En el masculino capaz que el Sub 20 tiene tres equipos buenos para armar, levantás una piedra y sale un jugador de fútbol con talento. Tenemos que seguir trabajando en edades tempranas, muchas de las jugadoras no han tenido esos procesos y estímulos desde chicas y eso a la hora de competir es una falencia.
–¿Cuáles son los candidatos en este Mundial?
–No sé si candidatos pero las que creo que mejor juegan son España y Japón, me encanta cómo juegan. Capaz que se les cierran bien y les contragolpean a ese nivel y no llegan a la final, pero me quedo horas observando esas dos selecciones.
–¿Qué lugar ocupa la fe en tu vida?
–El cien por ciento, todo depende de Dios y estoy acá gracias a él, más allá de mi trabajo y de lo que me esmeré para estar acá. Para mi los momentos adversos de la vida son su voluntad y hay que aceptarlos, y seguramente nos dejarán una enseñanza.
A Chacarita. Allí lo mandó Carlos Bianchi a Portanova cuando peleaba el puesto de defensor en Vélez con jugadores como Trotta y Sotomayor. Y allí fue el hoy DT de la Selección. "Era limitado pero luchador", se describe. Como futbolista pasó además por Tristán Suárez, Cerro Porteño de Paraguay, Chile y equipos regionales de Italia.
Cuando dirigía las inferiores en UAI Urquiza, llegó el ofrecimiento de conducir al equipo femenino, donde encontró su espacio y tuvo éxito: ganó tres campeonatos argentinos (2014, 2017/18 y 2018/19) y jugó Libertadores (2015, 2018 y 2019). Ahora, más de 20 años después de irse del Vélez del 'Virrey', está ante el desafío más grande de su carrera: su primer Mundial.