Los equipos de rescate trabajan minuto a minuto para llegar hasta las personas atrapadas en un túnel inundado en Corea del Sur, donde al menos 37 personas murieron y nueve están desaparecidas tras las fuertes lluvias que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra.
Corea del Sur se encuentra en el punto álgido de la temporada monzónica de verano, y en los últimos cuatro días se han producido fuertes precipitaciones que provocaron el desborde de una importante represa.
El ministerio del Interior informó que 37 personas habían fallecido y que otras nueve estaban desaparecidas en todo el país, a causa de los fuertes aguaceros.
La mayoría de las víctimas eran habitantes de la provincia de Gyeongsang del Norte.
Cientos de socorristas continúan luchando por llegar a más de 10 coches y a un número indeterminado de personas atrapadas en un túnel subterráneo de 430 metros en Cheongju, provincia de Chungcheong del Norte, informó el ministerio.
Los socorristas intentaban drenar el túnel para llegar a las víctimas, pero el agua parecía aún demasiado profunda, lo que dificultaba las labores de búsqueda.
Según la agencia de noticias local Yonhap, un túnel subterráneo se inundó el sábado por la mañana, y la crecida de las aguas no permitió escapar a las personas que se encontraban en su interior.
Evacuación a contrarreloj
Cinco personas fueron rescatadas de un autobús en el túnel el sábado, y nueve cuerpos retirados del lugar, con los buzos trabajando sin descanso en busca de más víctimas, indicó el ministerio del Interior.
La policía recibió informes sobre la desaparición de 11 personas que se cree se encontraban en el túnel, pero aún no se conoce la cifra oficial definitiva, ya que no está claro cuántas personas viajaban en cada coche, informó Yonhap.
Las imágenes emitidas por la televisión local mostraban una torrencial corriente de agua procedente de un río cercano que se había desbordado e inundado el túnel, mientras los rescatistas se esforzaban por utilizar embarcaciones para llegar hasta las personas que se encontraban en su interior.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, que se encuentra de viaje en el extranjero, sostuvo una reunión de emergencia con sus ayudantes sobre la respuesta del gobierno a las fuertes lluvias e inundaciones, informó su oficina.
Antes, ordenó al primer ministro Han Duck-soo que movilizara todos los recursos disponibles para minimizar las víctimas.
En las zonas más gravemente afectadas, "casas enteras fueron barridas por completo", dijo un socorrista a Yonhap.
Las autoridades ordenaron la evacuación de más de 6.400 habitantes del condado central de Goesan el sábado por la mañana, por el peligro de la represa que empezaba a desbordarse y a sumergir poblaciones cercanas.
Las lluvias también provocaron la suspensión del servicio ferroviario, a excepción de los trenes bala que seguirán operativos con posibles ajustes horarios, según la Corporación Ferroviaria de Corea.