Desde el escenario montado frente a la Casa de la Provincia del Chaco en el barrio de Congreso, Gloria Romero --la madre de Cecilia Strzyzowski--gritó “justicia” como consigna definitiva frente a una concentración de unas cientos de personas que se acercaron desde distintas provincias del país. Fue la primera marcha nacional, fuera del territorio chaqueño, para reclamar por el esclarecimiento y castigo en ese caso, pero que también buscó unificar la lucha en todos los puntos del país.
“Acá tendrían que venir todos los padres y madres porque hoy es mi hija, pero mañana podría ser la tuya”, decía Gloria al comenzar su discurso. En el escenario acompañando a Gloria se encontraban las organizaciones Madres del Dolor, Madres Víctima de Trata, Juan Carlos Blumberg, Mujeres Barrios del Sur, Graciela Sosa y Silvino Báez (los padres de Fernando) y Patricia Ortiz, entre otras madres y padres que uno tras otro, tras tomar la palabra denunciaban la impunidad, la desidia y la incapacidad del sistema judicial de garantizar un proceso ajustado a derecho.
“Sentimos la necesidad de venir, es difícil estar en este lugar, lo sabemos, lo hemos vivido y por eso quisimos estar presente y acompañar a Gloria, para darle fuerza, para que no decaiga. Deseamos que cada día tenga más fuerza para luchar y conseguir justicia. Nosotros también necesitamos y deseamos justicia para Cecilia”, decía a Página 12 Graciela Sosa y a su lado Silvino Báez agregaba: “Tanto la violencia de género como el racismo están a flor de piel, día por medio, por eso necesitamos condenas ejemplares, para que nunca más tengamos que lamentarnos así”.
El caso de Cecilia Strzyzowski se inscribe en el marco de los 151 femicidios cometidos en el primer semestre del año. La joven chaqueña de 28 años fue asesinada el 2 de junio por la familia Sena, según la hipótesis de los investigadores. A 45 días de su desaparición, el abogado de la familia, Fernando Burlando, señaló: “Está todo muy claro, se va consolidando el camino hacia una condena ejemplar para el clan Sena, los presos están bien presos”, dijo, en referencia a la detención de César Sena, Emerenciano Sena, Marcela Acuña, y los tres empleados de la familia. Y continuó: “Es fundamental la figura de femicidio en el caso, en la investigación está claro que la perspectiva de género es una de las bases más sólidas. La situación de los Sena es muy complicada, es difícil que se pueda complicar aún más”.
El colectivo Mujeres Barrios del Sur denunciaba a su turno: “Necesitamos una justicia con perspectiva de género, que se comprometa con los derechos fundamentales de mujeres y de todo el colectivo lgbtiq+. La aplicación de la Ley Micaela en cada uno de los fueros. Es urgente, queremos una reforma judicial transfeminista ya. Gloria, no estás sola, no tengas miedo, la voz de Cecilia va a estar en cada madre, en cada amiga de este país. Y vamos a estar acá apoyándote hasta que se haga justicia”.
Entre las y los asistentes que llegaban tanto desde el conurbano como de diferentes puntos del país se destacaban madres y mujeres de barrio que, conmovidas por la impunidad del caso, tomaron sus banderas y decidieron concurrir solas o con sus organizaciones.
“Vine a apoyar a esa mamá por lo que está sufriendo, debe ser tremendo perder una hija en estas condiciones. El caso me generó un dolor muy grande, me puse en el lugar de Gloria, agarré mi bandera argentina y vine, por ella y por tantos femicidios que no se saben, que estan tapados”, contó Elsa, de 82 años.
Rosa, integrante del comedor Jorge Mondongo, de Soldati, a su vez, decidió asistir junto a sus compañeras: “No queremos ni una muerta más, siempre somos las mujeres las que estamos poniendo el cuerpo. Lo de Cecilia me da mucha tristeza y además no es ella sola, desaparecen todos los días y nos da miedo, desde el barrio venimos trabajando en reuniones y en la lucha para que se entienda que 'no es no'”.
Las lágrimas brotaban en los ojos cada vez que la figura de Cecilia aparecía en la pantalla y se entonaba “Canción sin miedo” y luego “Venceremos” de Jairo. En su mayoría, asistentes mujeres con su pañuelo rosa atado al cuello como símbolo del pedido de justicia y de ponerle un freno a una justicia plagada de impunidad. “Dónde está Cecilia, justicia por Cecilia, basta de corrupción”, era el canto que entre oradora y oradora se escuchaba, sacudiendo banderas argentinas y pancartas con fotos y nombres de cada una de las víctimas que aún esperan reparación y una condena a los culpables.
La voz de Gloria cerró el acto tras ceder el micrófono a todos: “No existen desaparecidos, existen asesinos. Y si se los permitimos van a seguir matando. Yo voy a seguir luchando hasta que se pudran en la cárcel”.