"Pongámonos de pie, salgamos a decirles a los que están en sus casas y perdieron la confianza que vuelvan a darnos una oportunidad, que estamos dispuestos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas, pero sobre todo a pelear por nuestra patria”, exclama un Sergio Massa todavía trajeado de ministro de Economía, pero con el tono de un candidato presidencial que atisba que la carrera electoral será más de resistencia que de velocidad. “Esto es a 90 días, no a 30”, suele repetirles a sus colaboradores. Adelante suyo, bajo un sol que apenas logra calentar la fría mañana, están las 500 familias de Paraná que acaban de recibir la llaves de su nueva casa como parte del programa Reconstruir. El ministro candidato encabeza así, en Entre Ríos, la segunda actividad de campaña en el interior del país desde que se oficializó la fórmula presidencial de Unión por la Patria y, al hacerlo, opta por enfatizar una de las mayores preocupaciones que tiene hoy el peronismo de cara a las PASO: el ausentismo. Un factor que, a menos de 24 horas del resultado de las primarias en Santa Fe, es moneda corriente en el balance de daños oficialista.
“Vamos, próximo presidente”, provoca, risueño, el diputado Marcelo Casaretto mientras le saca fotos a Massa posando con familias que acaban de recibir su título de propiedad. El ministro está acompañado por el titular de Aduana, Guillermo Michel, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, el gobernador Gustavo Bordet y el intendente de Paraná (y candidato a gobernador), Adán Bahl: todos entrerrianos. Entre foto y foto, los funcionarios desgranan comentarios sobre el panorama electoral de Entre Ríos y Santa Fe, dos provincias peronistas donde la gobernación amenaza con cambiar de color. En el caso de Entre Ríos, según las encuestas que maneja el oficialismo, Bahl estaría 5 puntos debajo del candidato de Juntos por el Cambio, el exministro macrista Rogelio Frigerio. “La diferencia con Santa Fe es que acá juega Milei”, advierte, sin embargo, uno de los dirigentes, haciendo referencia a la candidatura de Sebastián Etchevehere.
La alusión a Javier Milei como amortiguador que evita que más votos se filtren a JxC se traslada, inmediatamente, a la especulación nacional. Y es que la fórmula Massa-Rossi sigue pensando la elección presidencial en términos de tercios, rechazando la hipótesis de que la candidatura del "libertario" se desinfló (debido a las derrotas de sus candidatos en las provincias, por un lado, y a la ola de denuncias de venta de cargos por parte de sus ex aliados, por otra). "Milei solo se desinfla en los medios. En las recorridas lo mencionan siempre, especialmente los más jóvenes", dicen en UxP y repiten, casi como un mantra: "Esta es una carrera larga".
Ya sea subido en el escenario o en diálogo con los medios locales mientras reparte puños y palmadas entre los hijos de las familias que acaban de recibir su vivienda, Massa insiste en la necesidad de que la gente vaya a votar. "Porque si no, cuando no eligen, son otros los que eligen por ustedes", explica. La insistencia no es casual, responde al diagnóstico que el oficialismo hace de las últimas elecciones (y derrotas) provinciales: el problema del elevado ausentismo. Más de un dirigente peronista explicará luego, bajo esta misma clave, la derrota en Santa Fe, en donde solo el 60 por ciento de la población fue a votar. "El peronismo siempre es el más perjudicado en esos casos", reflexiona uno de los principales armadores de la campaña oficialista e insiste en que, de cara al 13 de agosto, el objetivo principal de UxP tiene que ser consolidar los votos del peronismo.
Además de apelar al votante frustrado, Massa hará hincapié en el rol social del Estado, buscando resaltar la diferencia de modelos económicos entre el peronismo y la oposición cambiemita y libertaria. "Cuando algunos hablan de ajuste, de eliminar el Estado, de que la universidad sea paga o de que el que no aportó no tenga derecho a una jubilación, lo que están planteando es quitar la igualdad de oportunidades", describe en Paraná, anticipando un discurso que luego reforzará junto a Cristina Fernández de Kirchner en un acto por el 15º aniversario de la recuperación de Aerolíneas Argentinas. Si bien el mensaje de Massa tiene como destinatarios tanto a Milei como a Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, el equipo de campaña de UxP trabaja hace varios días para que los dardos del oficialismo se direccionen principalmente contra Milei. La estrategia oficial es polarizar con el libertario y dejar, en cambio, que Larreta y Bullrich continúen haciendo el trabajo sucio de despedazarse mutuamente en público.
Dos horas después de haber llegado a Entre Ríos, Massa volverá a subirse al avión militar para ir al hangar de Ezeiza a encabezar el acto con CFK y, una hora después, se subirá a una de sus camionetas para presentar, junto al ministro de Transporte, Diego Giuliano, un mecanismo de alerta para la SUBE. El ministro candidato suele mantener reuniones hasta la madrugada -el domingo a la noche, por ejemplo, había mantenido una extensa conversación con la titular del FMI, Kristalina Georgieva- y comenzar al día siguiente temprano a la mañana. "Es pesado el doble sombrero", admiten en su entorno, aunque reafirman que la voluntad de Massa es continuar al frente de Economía hasta el 10 de diciembre.
Su agenda se la arma el equipo de campaña encabezado por Eduardo "Wado" de Pedro e integrado también por Juan Manuel Olmos, Juan José Álvarez y Julián Domínguez. Este martes, por ejemplo, hará una larga recorrida por el conurbano -Bernal, Merlo, Quilmes y Lomas de Zamora-, aprovechando que es el último día en el que la ley permite inauguraciones proselitistas. El miércoles se reunirá con la CGT, encuentro en el cual se esperaba que hubiera anuncios sobre una posible suma fija, pero desde Hacienda aseguran que lo ven difícil: "Es la propia CGT la que no quiere". El viernes tiene agendadas varias reuniones "de cercanía" en el territorio. Es decir: encuentros que pueden ser fácilmente reprogramados si, a último momento, tiene que viajar a Estados Unidos a firmar el nuevo acuerdo con el FMI.