La interpretación analítica está vinculada con el tiempo. La pregunta es saber de qué tiempo se trata. No es el que mide el reloj o el que deciden las llamadas etapas de desarrollo durante toda la vida. Lacan extrajo el psicoanálisis del imaginario del tiempo, para otorgarlo a la temporalidad del inconsciente, que, según Freud, no conoce el tiempo.
Por lo tanto, se convocará el tiempo lógico. Puntuar, escandir, cortar son todos modos de usar el tiempo como un instrumento para tocar lo real del goce parasitario del síntoma.
El momento de la interpretación se convierte en una función del tiempo lógico. El “salto del león” evocado por Freud, le pide al analista que no aproveche lo dicho demasiado tarde o demasiado pronto.
Si se trata de un análisis propiamente dicho, el analista se alinea al instante de la mirada. Se materializa, o se moterializa en el instante de la escucha (Nota de la redacción de Manuel Ramírez, editor de Psicología de Rosario12: Condensación que remite a mot –palabra en francés- a materia, y forzando quizás un poco a mother – madre. Materia también remite a mater.)
Escuchar en la sonoridad de los dichos del analizante, la percusión de un equívoco significante. El instante siguiente será demasiado tarde: la fuga del sentido habrá tomado el control.
El corte practicado oportunamente es capaz de hacer escuchar, en la retroacción de la sesión, un decir que toca el cuerpo.
*Miembro de la AMP. En Psicoanálisis Lacaniano.2023-06-05.