Ariel Sujarchuk transita su segundo mandato como intendente de Escobar y aspira a un tercero. Oriundo de Flores, vive en el distrito desde hace más de 15 años, se formó profesionalmente en comunicación y periodismo, fue funcionario de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y pasó por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación de la mano de Alicia Kirchner.
En conversación con Buenos Aires/12, plantea la importancia de lo que se define en las próximas elecciones. "Son dos modelos, dos experiencias, yo los viví los dos y elijo este”, dice y reivindica su confianza en la voluntad popular. "Después de 40 años de democracia, cada vez más, la gente elige”, asegura y cuenta en detalle el plan estratégico que acordó con las instituciones y la sociedad civil.
Ubicado al noreste del conurbano, con 255 mil habitantes, Escobar es una de los distritos que ha experimentado el mayor crecimiento de la provincia. Tenía 213 mil habitantes en 2010 y su tasa de crecimiento casi duplica la media provincial. Integra la primera sección electoral.
-- Su relación no es la natural de otros intendentes con los partidos que gobiernan ¿Cómo fue construyendo su relación con el territorio?
--Cuando Subsecretario de Relaciones Institucionales y Comunicación de la UBA, siempre tenía interés en desarrollar proyectos en Escobar y no encontraba el espacio. Por esos años, junto con un grupo de amigos, armamos el centro cultural Macacha Güemes. Más tarde, cuando Alicia Kirchner me convocó para hacer política con ella y pase a ser subsecretario de Comercialización de la Economía Social del ministerio de Desarrollo Social, a ella le planteo mi vocación de construir acá. Y así empezamos. Como fruto de esa construcción, en 2013 me propusieron para la lista de concejales, pero yo preferí que ese lugar lo ocupara otro compañero. Ese gesto llamó mucho la atención. Entonces nació HACE, que significa Hay Alternativa de Cambio en Escobar. Se empezó a instalar “Ariel HACE” y definimos el trípode de valores sobre el que se basaría nuestra gestión: honestidad, capacidad y trabajo. El resultado fue que en 2015 sacamos más votos que cualquier candidato a Presidente.
--Ganaron en el contexto de la peor elección del peronismo desde 1983. ¿A qué lo atribuye?
--Ya tenemos 40 años de democracia y creo realmente que la gente elige, elige cada vez más, y esto es así cuando ganás y también cuando perdés. En 2015, a nivel local, nosotros sacamos 41 puntos y la oposición 33; a nivel presidencial, Scioli sacó 38 y Macri 35. Somos el único distrito de la franja costera que nunca perdió, que sostiene la boleta entera de punta a punta. En 2019, acá Alberto Fernández sacó el 52, Axel el 53 y a intendente obtuvimos 65.
--¿Cuál es la fórmula?
--Gobernar para todos. Este es un distrito muy grande, muy diverso, con muchos contrastes: tenemos entramado urbano, entramado rural, comercio, industria, mataderos, frigoríficos, dos ríos, las rutas provinciales 25 y 26, los dos ramales de Panamericana, la 8 y la 9. Sólo nos falta una cordillera. Y en ese sentido me parece que el desafío es construir una ciudad inclusiva.
--¿Qué aporta, en la construcción de esa ciudad inclusiva, su paso por el gabinete nacional?
--Si habláramos chino, diría que la superestructura habla chino mandarín y el territorio habla chino cantonés. La superestructura maneja grandes volúmenes de presupuesto, el territorio requiere de sintonía fina. La producción es un elemento central, en la gestión y en el cambio de paradigma sobre lo municipal. El intendente es un vecino, votado por sus vecinos, para representarlo, para solucionar problemas. A veces, la solución está a nivel local y toca ejecutar, a veces depende del nivel provincial, del nacional o del sector privado y toca articular, gestionar. Al vecino le importa que llegue la solución.
--¿Qué se siente cuando un candidato opositor reivindica a una figura como la de Luis Abelardo Patti?
--Soy el primer intendente no pattista en dos décadas. La cultura política del pattismo se basaba en dividir para reinar, en desmovilizar. El temor era para ellos una herramienta válida de gobierno, no me refiero al temor a la represión ilegal, por la que Patti tuvo tres condenas por delitos de lesa humanidad, sino el temor al otro, en general. Nosotros logramos romper con esa matriz ideológica y cultural, y los resultados están a la vista. Escobar no para de crecer. Somos segundos en crecimiento demográfico, segundos en empleo registrado, crece el turismo de fin de semana, mejoran todos los indicadores. Ese mismo candidato que reivindica a Patti critica las actividades culturales del municipio, que representan el 1,5 por ciento del presupuesto. ¿Qué le molesta? La alegría del pueblo, la gente contenta. Lo prefieren tristes, bajoneados, porque si estuvieran tristes se los llevarían puestos sin dificultad. También mejoró la seguridad, pero sin picana y sin andar a los tiros.
--¿Cuán importante es para Escobar la continuidad del proyecto provincial y nacional?
--Es importante para los argentinos y los escobarenses somos argentinos, somos parte de la argentinidad. Este año se elige entre un modelo de producción y trabajo y otro de especulación y ajuste, entre una provincia presente y otra atendida desde Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que cierra escuelas, entre otras cosas. Nosotros ya vivimos las dos experiencias. Yo, personalmente, prefiero este modelo.
--¿Qué es “Escobar del centenario”?
--Es un plan estratégico. El distrito cumple 63 años el próximo mes de octubre. Los vecinos saben que se necesitan obras, pero que esas cosas no se hacen de hoy para mañana. Por eso desarrollamos este plan, junto con todas las instituciones de la sociedad civil. Muchas cosas ya las logramos. Tienen que ver con ser ciudad verde, con reducir la huella de carbono, con ser una smart city, con la inclusión digital. Por ejemplo, tenemos una huerta municipal de cinco hectáreas, que abastece comedores e instituciones, tenemos un parque solar de dos hectáreas y media, ampliable a cinco, que nos permite conectarnos a la red y venderle la energía que nosotros mismos generamos, reduciendo lo costos operativos y la huella de carbono. Tenemos una aplicación llamada "Escobar 360" que facilita el acceso del ciudadano a los trámites en general. Cuando llegué a la intendencia, teníamos cero camas de internación, hoy tenemos 300. Actualmente contamos con los cuatro niveles educativos, con cuatro jardines de infantes propios, con el primer colegio secundario de la UBA fuera de la ciudad de Buenos Aires, el Ramón Cereijo. Para nosotros, la economía del conocimiento es un eje, porque es central para la empleabilidad de nuestros jóvenes, para su inclusión laboral, los capacitamos para eso. Y todo lo que te enumeré, genera puestos de trabajo.