Entre tractorazos y verdurazos, partiendo desde Parque Lezama hacia el Congreso Nacional pasando por la Secretaría de Agricultura, las organizaciones de la Mesa Agroalimentaria Nacional se movilizaron el miércoles 5 de julio para presentar un “Programa Agrario para el Alimento”.
El plan incluye medidas como la ley de Acceso a la Tierra, la ley de Arrendamiento Rural, la ley de Protección de Territorios de Familias Campesinas e Indígenas, la ley de Segmentación Impositiva Agraria, la creación de una Empresa Pública de Alimentos, un Plan Nacional de Abastecimiento Alimentario, un Plan de Financiamiento Cooperativo, un Programa Nacional de Impulso a la Agroecología y un Plan Nacional de Creación de Mercados de Cercanía.
Muchas de estas iniciativas ya fueron presentadas o fortalecen procesos que desde las organizaciones campesinas se vienen llevando acabo. Sin embargo, la falta de avance en estas leyes y la crisis que vive el campo que alimenta tras la sequía, la concentración económica y el recorte presupuestario, hacen urgente su implementación.
“Otro día histórico para la lucha de los pequeños y medianos productores del país. Es imprescindible avanzar con los nueve puntos del programa para transformar la matriz agroalimentaria de nuestro país. Hay que construir una Argentina más justa de la mano del campo que alimenta”, afirmó Nahuel Levaggi, coordinador nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y ex director del Mercado Central.
La concentración es inflacionaria
“Necesitamos con urgencia incorporar en la agenda política, la implementación de políticas públicas que incluyan a miles de pequeños agricultores, campesinos, chacareros, en la producción de alimentos diversificados en la Argentina. Ese es el debate: quién va a producir de aquí en adelante los alimentos en el país. Si un puñado de megaempresas que tienen de rehenes a los consumidores o los pequeños y medianos agricultores que garanticen una alimentación sana y el cuidado del ambiente”, sostuvo Omar Príncipe, referente de Bases Federadas, un desprendimiento de la Federación Agraria Argentina, ahora dentro de la MAA.
Tras la sequía, sin capital para afrontar una nueva cosecha, con tasas de interés por las nubes y muchos insumos dolarizados, los pequeños y medianos productores ven en riesgo su superviviencia. Sobre todo porque las ganancias del dólar soja o la especulación con los precios a través de estructuras oligopólicas de producción y comercialización de alimento, han generado una mayor desigualdad entre estos productores y los grandes pooles de siembra o fondos de inversión, aumentando el precio de los arrendamientos y acelerando el procesos de concentración de la tierra.
Hasta 2018, según el INDEC, se pierden 5700 unidades productivas de alimento por año. Sin dudas un proceso que se viene acentuando y también alienta los procesos inflacionarios. La última encuesta del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) mostró una vez más que la inflación en los espacios de comercialización de la Economía Social, Solidaria y Popular (ESSyP) fue mucho menor a la que se registró en los supermercados. En estos almacenes la canasta básica estuvo 8 por ciento más barata en marzo, 6 por ciento en abril y 4 por ciento en mayo.
Comparando los precios de los 42 productos que se venden en estos locales en comparación con las grandes cadenas, el ahorro asciende a más de 5000 pesos por mes. Existen algunos casos como los huevos (la docena) o las naranjas (el kilo) donde el precio es un 65 por ciento y un 48 por ciento más baratos respectivamente. Esto sin tener en cuenta que los productos de la ESSyP son de mayor calidad y estimulan procesos de trabajo digno, regional y con un cuidado del medio ambiente.
Un modelo para ampliar
“Como Federación de Organizaciones Nucléadas de la Agricultura Familiar y parte de la Mesa Agroalimentaria Argentina sostenemos un Programa Agrario para el Alimento, basado en precios justos, acceso a la tierra y créditos blandos. Es de vital importancia construir una Empresa Nacional de Alimentos”, afirmó durante la movilización, Ricardo Sirotiuk, presidente de esta entidad.
Según explican los referentes de la Mesa Agroalimentaria Nacional, la concentración de tierras lleva a la concentración de la producción, que a su vez redunda en la concentración en la comercialización, elevando el precio de los alimentos que llegan a la mesa de los argentinos. Si bien desde las organizaciones se han llevado adelante numerosas iniciativas para saltar los intermediarios y llevar alimento sano y barato del productor directamente al consumidor a través de ferias y locales, es muy difícil ampliar estas políticas sin ayuda del Estado.
“El programa legislativo propuesto por la Mesa Agroalimentaria Argentina es la primera propuesta integral para el verdadero desarrollo de la ruralidad en el territorio. Tierra, semillas, matriz impositiva, agroecología, cooperativismo, soberanía alimentaria, arraigo e inclusión, son todas dimensiones indivisibles para un futuro de justicia social", explica Ricardo García, referente de la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE) y de la MAA.
* Licenciado en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella y master en Periodismo de la Universidad del País Vasco.