La construcción de la memoria en las aulas, así como también la búsqueda de los nietos y las nietas, siguen sumando herramientas. Es el caso de una nueva antología dentro de la colección "Las Abuelas nos cuentan", cuyo fin es aportar al abordaje educativo de las temáticas de la memoria, los derechos humanos y la identidad. "Muchas veces las cosas que uno quiere transmitir --los valores, historias y recorridos-- llegan desde la sensibilidad, el arte, la palabra. Pero dicha no como una moraleja o con intención adoctrinante, sino con la simple movilización de la fibra humana", sintetizó Irene Strauss, responsable del área de Educación de Abuelas de Plaza de Mayo, respecto del espíritu de la publicación, presentada en el CCK.
La charla ocurrió en el Salón de Honor en el marco de la 31° Feria del Libro Infantil y Juvenil. En los alrededores del edificio se desplegaba la marcha por el aniversario de La Noche del Apagón, y resonaba con este encuentro. Estuvieron la escritora Paula Bombara y las coordinadoras del Plan Nacional de Lectura y del Programa Educación y Memoria, Natalia Porta López y Cristina Gómez Giusto, respectivamente. La colección, elaborada por Abuelas y el Ministerio de Educación, abarca una selección de relatos y cuadernillos con orientaciones de lecturas, sugerencias de actividades, recursos y materiales complementarios, destinado a docentes de los niveles inicial y primario.
"Tiene la idea de llegar a un lugar donde sean los niños los que puedan preguntar, movilizarse, sentirse convocados a ampliar sus horizontes y seguir una línea en la construcción de derechos", planteó Strauss. La iniciativa surgió en 2006, en respuesta a una demanda de los maestros. Ese año se publicó una primera antología, a la que en 2012 se añadieron títulos que fueron prohibidos en la dictadura. En octubre de 2022, en el 45° aniversario de Abuelas, se publicó otra recopilación en formato digital, que está siendo distribuida ahora en las instituciones en papel y que se repartió entre quienes asistieron a la charla. “¡Canta, Nakin!”, de Liliana Bodoc; "Yo, ratón", de Laura Devetach; "El caballo que perdió la cola”, de Javier Villafañe; "Lección de piano", de María Teresa Andruetto; y "El reencuentro", de Rafael Urretabizkaya son algunos de los 20 relatos incluidos en la edición, que tiene también ilustraciones.
“Las Abuelas siempre armaron colectivo. Desde el principio decidieron que cada una iba a buscar los nietos y nietas de todas. La gran mayoría que los encontró siguió activa. Y a lo largo de su historia fueron abrazadas por montones de colectivos: los del arte y la cultura fueron los primeros. Hay una comunión entre ambas partes", definió Strauss.
Para el primer libro las Abuelas eligieron los cuentos que les hubiera gustado contar a sus nietos si hubieran tenido la oportunidad de conocerlos desde pequeños. Ambas antologías están disponibles para ser descargadas en el portal educ.ar. "La colección que hicimos en esta oportunidad tuvo varios objetivos. El primero es que hable de identidad en una forma amplia, no solamente referida a la búsqueda de las Abuelas. Y quisimos que incluyera escritores de una generación posterior a la dictadura, es decir, que se hayan hecho escritores durante la democracia. Pensamos que iba a ser lindo que tuviera una mirada de los autores que recibieron la posta de seguir sensibilizando a las niñeces", detalló Strauss, quien leyó "El gato verde", de Iris Rivera. Nicolás Schuff (con "La canción más corta y más larga del mundo"), Ángela Durini ("Abuela de trapo") y Marina Elberberg ("La frontera") son algunos de los que entran dentro de aquella categoría. Otra característica de la publicación es que representa a "todo el país".
Bombara expresó: "En Abuelas buscamos ahora familias. Estimamos que muchos nietos y nietas han tenido hijos e hijas. Esos niños, niñas, jóvenes también tienen su derecho a la identidad. Es probable también que sean ellos y ellas quienes vean dudas en sus padres y madres. Tal vez ellos ya no quieran buscar y necesiten de ese hijo que los empuje". La escritora repasó otras iniciativas que conectan las letras, la educación y la identidad y que dialogan con la colección. Por ejemplo, "Ovillo de trazos", proyecto en el cual 12 autores y 12 ilustradores tejieron microrrelatos que se plasmaron en libros, cortos y una exhibición que puede descargarse para montarse en cualquier lugar. La nueva antología, en efecto, reúne la colección desarrollada por Abuelas en 2015 con ese nombre. Bombara nombró además los libros Identidades encontradas e Historias de Abuelas.
En la sala se sintió la conmoción cuando contó cómo le surgió la idea de publicar biografías de Abuelas. "A partir de una experiencia que viví en un jardín donde habían armado la exhibición, en Villa Lugano, decidimos hacer Historias.... Una nena de cuatro, cinco años me preguntó si cuando fuera viejita quería ser una Abuela de Plaza de Mayo. 'No', le dije. Después le conté cómo se había creado la institución. Volví a la siguiente reunión con Abuelas y dije que era importante contar sus historias, explicar que no llegaron a ese lugar porque lo eligieron."
En la antología presentada homenajea a Bodoc, "entrañable amiga" a la que extraña "muchísimo". "A partir de distintos fragmentos, con la autorización de la familia de Liliana, compuse una historia centrada en el personaje Nakin de los Búhos (de La saga de los confines), joven mujer que se ocupa de atesorar la memoria", contó.
"No todos los relatos aluden directamente al período histórico al que queremos remontarnos", aclaró, a su turno, Porta López. "Pero de alguna manera abren conversaciones. Durante este año los fuimos probando con un montón de grupos por todo el país. La lectura de cada uno de estos textos genera lo que hace la buena literatura: una muy buena conversación que no tiene por qué cerrar ningún sentido, ser unívoca, y que sin embargo nos deja a todos pensando", concluyó.
Gómez Giusto definió: "La literatura permite pensar en el proceso de construcción de la memoria de una manera distinta. Abre mundos, sentidos, propone una comprensión abierta, sensibiliza, ayuda a construir empatía. Nos brinda herramientas simbólicas para procesar de distintas maneras, cada generación a su modo, el pasado reciente".