“Hay que pensar en el rol estratégico de los Estados cuando compran para fomentar determinadas áreas de la economía.” María Victoria Anadón habla con BuenosAires/12 de sus objetivos al frente del joven Organismo Provincial de Contrataciones (OPC). Mientras se escuchan algunos spots de campaña hablar de orden, en octubre del año pasado, Axel Kicillof creó el ente que centraliza el criterio y las prioridades para que la provincia compre mejor y más rápido, y los primeros resultados empiezan a aflorar. Según su directora, se trata de la “incidencia de la política pública en las compras”.
Los primeros meses de Anadón en el gobierno provincial fueron los más agitados. Llegó al Ministerio de Salud durante la pandemia, lo que la obligó a integrar el equipo que se encargó de administrar la adquisición de todos los insumos para prevenir y menguar el contagio del COVID-19. Esa experiencia le demostró, entre otras cosas, el valor estratégico de simplificar la cantidad de actos administrativos para aminorar tiempos, gastos y burocracia al momento de adquirir lo que la provincia necesita para funcionar de manera “transversal”.
El OPC nació, explica, para reparar una resolución de la ex gobernadora María Eugenia Vidal que en 2016 decidió que la Contaduría General de la Provincia oficiara como ente centralizador de la política de contrataciones cuando su verdadero rol constitucional es el de controlar, entre otras cuestiones, los procedimientos de compras. “Había una superposición, como si se auditara a sí misma”, explica Anadón.
Con la decisión de Kicillof, el Poder Ejecutivo tiene ahora la potestad de establecer los precios de referencia para las licitaciones, administra los convenios marco para compras de grandes volúmenes, y tiene bajo su órbita el registro de proveedores de la provincia.
--¿El organismo tiene una instancia de control respecto a la Ley de Compras de la Provincia?
--Más que controlar, se trata de asesorar. Y, además, de establecer prioridades. Estando el organismo que rige las pautas de las compras y contrataciones en el marco del Poder Ejecutivo, hace que acompañe las urgencias y prioridades que establezca el gobernador. Cuanto quien tenía el rol era Contaduría, eso estaba disociado. No por una cuestión de falta de voluntad, sino por una cuestión de roles: un organismo que controla no está pensando en las prioridades del Ejecutivo, piensa en el control. Hoy, por ejemplo, si nosotros observamos que un proveedor tiene una credencial que perdió vigencia, pero está llevando la mejor oferta para una licitación, tomamos su trámite como prioridad entre los cientos de procedimientos en marcha. Además, la demora es imputable a la provincia. En Contaduría, esto no se tomaba de la misma manera justamente porque tenían sus propias prioridades.
--¿Corresponde esa intromisión del Organismo?
--Es la incidencia de la política pública en la compra. Además, los valores de referencia en materia de precios, es decir, si un precio es justo o no, permite tener parámetros a un funcionario que debe adjudicar una compra. Si no lo estableces, esto te lo manejan entre quienes están ofertando. Así, una vez que los grandes convenios marco se fueron haciendo, empezamos a mirar hacia dentro de los ministerios, y ver cómo están comprando, hacemos recomendaciones, porque también vemos que se inician muchos procedimientos y se culminan pocos.
--¿Esto significa que la Provincia puede ser un actor en la conformación de precios?
--Creo que hay que pensar en un nuevo capitalismo posible. En el rol estratégico de los Estados cuando compran para fomentar determinadas áreas de la economía. Eso permite ser incidente en los precios y discutir precios. La provincia tiene un volumen de compra que marca una referencia para todos. Incluso, puede haber un sector deprimido de la economía al cual el Estado puede salir a comprarle estratégicamente. No cualquier cosa, algo que le sirva, pero actuar contracíclicamente. Como el caso de los viajes de egresados para los pibes. Aquí había una doble finalidad: que pibes y pibas se puedan recuperar de la pandemia generando justicia social porque solo el 40% viajaba. Pero, además, inyectarle recursos al turismo que le va bien en verano e invierno y el resto del año estaba muerto. Esa contratación se hace acá con un convenio marco. Es una compra estratégica.
--¿Qué son los convenios marco y cuál es ese volumen de compra que puede marcar una referencia?
--Un convenio marco es un tipo de contratación mediante el cual se pueden adquirir o comprar diferentes bienes o servicios con la particularidad de que agrupa diferentes jurisdicciones, ministerios y organismos, lo que genera que se logre comprar en grandes volúmenes, consiguiendo por eso más cantidad ofertas y por consiguiente mejores precios. Por ejemplo, el convenio marco de alimentos en el cual se adjudicaron más de 177 millones de unidades de 90 tipos de alimentos no perecederos, como arroz, fideos, harina, legumbres, verduras y yerba implicó una inversión de 31 mil millones de pesos, que están siendo distribuidos por el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Desarrollo Agrario y el Patronato de Liberados, fundamentalmente entre población vulnerable.
--Usted mencionó que muchas licitaciones suelen caerse. ¿Tiene relación la variación de precios y la inflación?
--Cuando llegamos al Ministerio de Salud nos encontramos con un lugar vaciado. Cuando quisimos reponer los insumos nos encontramos una falta de organización respecto a los procedimientos de contrataciones y licitaciones. Cuando hay desorganización, alguien se beneficia eso. Hay veces que la desorganización se impone como método. Es lo que muchas veces genera el concepto de la provincia inviable, algo que hoy se demuestra que no es así. Sucede que si los procedimientos se demoran tienden a caerse las ofertas, ya que hoy no podemos dejar de hablar de la inflación. Por eso desarrollamos un criterio de redeterminación de precios de forma periódica, en donde si un insumo supera el valor del que se ofertó al inicio en relación a Índice de Precios al Consumidor, entra en juego un mecanismo de redeterminación de valores, logrando que los proveedores no retiren su oferta y el precio se ajuste a la realidad. Por esto logramos sostener la contratación más grande de alimentos que se había iniciado el año pasado. En otro momento decidían no hacerlo para evitar la licitación y hacer una contratación directa por urgencia o con un legítimo abono. Como decía antes, si hay desorganización alguien aprovecha.
--¿Se pudo mejorar el tiempo que demora un proceso licitatorio?
--Hoy la realidad es que algunas licitaciones duran más de seis meses. Pero nosotros hemos podido bajar sustancialmente los tiempos en una licitación de indumentaria, donde sólo tardamos dos meses y medio. Hoy las compulsas son digitales, la documentación se recibe y analiza de manera electrónico. Si hay casos como pólizas o documentación respiratoria que la ley pide que sea en papel, entonces si aceptamos digital nos lo observa algún organismo de control. Lo que suele demorar mucho es la evaluación técnica de lo que se presentó, no lo documental. Las famosas muestras de las cosas que fueron pedidas. Es el momento donde hay que decir si lo ofrecido se ajusta o no a lo que se pidió. Por eso ahí también empezamos a trabajar con los ministerios para mejorar esos tiempos.
--¿Hubo que lidiar con el típico “acá siempre se hizo así”?
--En el Ministerio de Salud me decían ‘son usos y costumbres’. A veces pasa que uno viene con ideas muy innovadores que una vez puestas en marcha visualizas el porqué de la manera que está vigente. Hay trabajadores valiosos que saben que para que algunas ideas avancen, primero necesitas otras modificaciones del sistema. Si bien nos encontramos con algunas resistencias, el trabajo conjunto hizo que mermara. La actitud también. En gran medida porque Vidal implantó un sistema para las compras que era de la Ciudad de Buenos Aires y que no tenía nada que ver con la estructura administrativa de la Provincia y sus normas. Así y todo, estamos permanentemente reacondicionándolo. Trabajar constantemente con directores de compras en implementación la implementación de este sistema, en ver como subir las ofertas, en cómo diseñar los pliegos, en cómo se modifica los valores, en cómo se actualizan los precios, hizo que cambie la actitud para con nosotros.
--En otras ocasiones dijo que la provincia tiene pocos proveedores. ¿Por qué?
--Nosotros pensamos que tenemos pocos teniendo en cuenta que hay 5 mil inscriptos activos, y no todos son de la Provincia de Buenos Aires. Días atrás, en unas jornadas que organizo el Ministerio de Producción, habían censado alrededor de 20 mil emprendimientos en la provincia. Tener 5 mil, donde no todos son bonaerenses, nos parece poco para la fuerza productiva de la provincia.
--¿En qué cambia la situación que haya más proveedores?
--Nos viene bien porque cuantos más proveedores para cotizar, mejor se regulan los precios y las condiciones. Implica más actores en la competencia y, además, nos permite ser parte de la estrategia productiva de la provincia. Hoy estamos aprovechando las rondas de negocios con empresarios que organiza Producción para contarles que hay un potencial cliente que es la provincia. A su vez, estamos haciendo pliegos que permiten cotizar de manera parcial. Quizás tu volumen de producción no te da para toda la demanda, pero si para un 5 o 10 por ciento. Hay que aclarar que ser proveedor de la provincia no amerita pagar ningún canon ni nada por el estilo, y tenes a favor que te comunican por mail sobre cada licitación que se abre tanto en el OPC como en los ministerios. La provincia de Buenos Aires tiene una producción de calzados enorme pero hay licitaciones que quedan desiertas para calzado de trabajo. Eso es también porque no había proveedores de calzado inscriptos.
--Retomando un poco el tema de tiempos licitatorios. ¿Hay proveedores que demoran en cumplir los requisitos?
--La verdad es que hay que trabajar en conjunto con los organismos, porque no es el proveedor quien más incide en los tiempos de presentación de documentación. Nos pasa que cuando llegan los expedientes a los organismos de control suelen estar mucho tiempo para analizar ese expediente. La realidad que hay un plazo fijado por el decreto que es de diez días y no se cumple. Por eso hay que trabajar de forma más aceitada. Ha quedado un diseño del procedimiento un poco desactualizado, como cuestiones que estrictamente la ley te pide en papel. Son plazos que hay que afinar.
--En el marco de la creación del organismo se habla de la inclusión de talleres protegidos y cooperativas. ¿De qué se trata?
--Lo que se reglamentó es el compre cooperativo a partir una ley impulsada por Fernanda Raverta que pide tener en cuenta a las cooperativas como un proveedor, de alguna forma, privilegiado al momento de hacer un llamado. Son los agrupados en el Inciso Q del decreto que crea al organismo. Así, los talleres y cooperativas se puedan presentar de forma directa y no en una licitación, ya que la licitación exige muchos requisitos que complejizan su participación. De todas formas, hay cooperativas que son proveedoras y se presentan en cualquier licitación. Pero con esta nueva modalidad hoy tenemos cooperativas de menor escala que pueden participar de reformas y refacciones de hospitales, reparación de baños, tuberías, pintura, aberturas. En el caso del Plan Qunita, por ejemplo, las cooperativas trabajan en la confección de las mochilas porque el Servicio Penitenciario no llego a la escalada tras la universalización de la iniciativa. Incluso, una cooperativa sumo 30 empleados más para hacer las mochilas. A su vez, se los está capacitando para presentar la documentación, así como a los directores de compras para que sepan trabajar con representantes de la economía social.
--¿Es transparente el procedimiento de compras y contrataciones en la Provincia?
--La Provincia, para mí que trabajé en el Estado Nacional, tiene un sistema administrativo que convive mucho con el control. Es una provincia que tiene, al menos, tres instancias de control previas a cualquier acto administrativo. Interviene Asesoría General de Gobierno, Contaduría General de la Provincia y Fiscalía de Estado. Por eso está bien que contaduría cumpla estrictamente su función. La realidad, es que no hay corrupción más grande que no gestionar. No hacer es inexcusable. Con la gestión anterior hubo una falta de compromiso y gestión. En Salud, después de las PASO en 2019, se cesaron los pagos de todo lo que estaba en trámite. El desafío es ser más transparente y más veloz, y eso se logra trabajando más. Más gente, más tecnología, comparar como funciona en otros lugares del mundo, pero para eso hay que venir a tu lugar de trabajo, venir a La Plata, laburar después de hora, ir al territorio para ver cómo están los municipios. No me considero genio, y sé que la brillantez que se suplanta con mucho trabajo.