Es "ambiciosa" la propuesta de Aquella tarde de agosto: con dramaturgia y dirección de Daniel Cinelli, y las actuaciones de Ernesto Larresse y Gabriela Spezzano, la obra teatral es una precuela de Hamlet. Es decir que pone en escena los acontecimientos previos al asesinato del rey. "Es la historia de Gertrudis, la reina, madre de Hamlet, y de Claudio, su tío. Contamos por qué ambos deciden matar al padre de Hamlet. La obra habla de una lucha por el poder, de una venganza infantil, del vínculo entre el hermano poderoso y el disminuido, no tomado en cuenta. Habla de la envidia, y también de un gran amor, de una pasión oculta, clandestina, de 20 años entre Claudio y Gertrudis", resume Larresse en diálogo con Página/12.
La dramaturgia toma la obra de Shakespeare y la historia danesa como excusas para invitar a una reflexión, también, en torno al patriarcado y la violencia de género. El rey Hamlet regresa de la última de sus exitosas campañas contra Fortimbrás, príncipe noruego, quien amenaza con romper la frágil unión de Escandinavia. Gertrudis lo espera sabiendo que volverá a ser ultrajada como ocurre en cada período invernal de entreguerras. Claudio, por su parte, espera a su hermano para la venganza. La obra, que se presenta los jueves a las 20 en Border, Comunidad de Arte (Godoy Cruz 1838), tiene música de Gerardo Amarante.
Para Larresse, el autor y director se la "jugó" al imaginar la previa de una historia tan central del teatro universal. "Eso fue lo que me entusiasmó. El texto tiene una calidad dramática, una altura en el lenguaje, en la forma de hablar de los personajes... pero no hablamos de 'vos tenéis', lo llevamos al lenguaje de ahora. Nos tratamos de 'vos'. Cinelli rompió con esa convención y unas cuantas más. Lo importante es el hueso de la historia", explica el intérprete de larga trayectoria teatral, en la que se cuentan títulos como Orquesta de Señoritas, El violador, Máquinas divinas, Trescientos millones, Taxi, La señorita de Tacna, Drácula, Chicago, Todos somos stars, Zarabanda, Gasalla for export y Las mil y una Nachas.
"El director hace un juego. Los personajes no pierden su esencia de gente del alto medioevo. Se mantiene el comportamiento de los personajes pero se lo mezcla con el habla de hoy. Además, la obra está ubicada en la época en que Dinamarca estaba dejando sus dioses por la palabra del maestro Jesucristo. Es una de las cosas que atraviesa mi personaje: está en medio de las dos creencias, entre sus dioses antiguos y esto que viene. Ella (Gertrudis) lo convence de que su marido se va a ir al infierno porque nunca se confesó. Aparece una cosa que tiene que ver con el momento religioso en que suponemos transcurre esta historia", contextualiza Larresse.
El proyecto surgió en la pandemia. Spezzano había iniciado los ensayos por Zoom junto a otro actor que debió abandonarlos por problemas de salud. En febrero de 2022 Larresse fue convocado. "Leí la obra y quedé re loco: tengo unos monólogos impresionantes que serían el gusto de cualquier actor", expresa, con entusiasmo. Su relación con Shakespeare incluye la puesta de Cardenio (2016, en el Centro Cultural 25 de Mayo), con adaptación y dirección de Patricio Orozco, y un elenco integrado por Arturo Bonín, Felipe Colombo y Pablo Mariuzzi, entre otres. Además, al terminar su carrera estudió con Augusto Fernandes, especialista en el autor inglés. "Soy actor de conservatorio, hice toda la carrera. Lo transcurrí en muchos cursos, tomábamos escenas de sus obras para analizar y prepararlas como trabajo", cuenta.
"Shakespeare siempre tiene algo nuevo para decir. Es impresionante. Eso convierte a una obra en un clásico. En este caso lo tomamos como excusa para desarrollar una idea. Da un piso interesante, importante, sólido", dice Larresse. Consultado por las resonancias de la obra en la actualidad, responde: "Habla de la ambición por el poder. La ambición desmedida, por la que llegás hasta a matar. Podemos pensar en una cantidad de políticos que mueren por la política y la ambición, como Kennedy. Políticos que han sido asesinados, como le podría haber pasado a Cristina (Kirchner). La ambición es fuerte, está en el alma humana, no hemos podido evolucionar. No pasa por ser hombre o mujer, ser de aquel siglo o de este. Somos yin y yang, negativo y positivo, blanco y negro. Tenemos nuestras zonas densas, oscuras, también las luminosas y brillantes. Donde haya luchas por el poder y competencia entre grupos va a estar presente la palabra de Shakespeare".
A nivel actoral el principal desafío pasó por trabajar en un escenario vacío, sin muebles ni utilería alrededor. "Están solamente la plataforma y el trono. Todo ocurre alrededor de eso, que es como un imán de atracción. El trono es el símbolo del poder al que queremos llegar", explica el actor. Junto a su compañera pusieron el acento en la relación que une a sus personajes, que llevan dos décadas viviendo un amor a escondidas. "Hubo que recrear todo eso en un escenario en el que no hay ni una copa para servirse ni una silla donde sentarse. Es una gran prueba", añade. Con experiencia también en cine y en televisión --su participación más reciente fue en Argentina, tierra de amor y venganza--, Larresse considera que el teatro "tiene una magia que no se reemplaza con nada". Esta tragedia no es la excepción.