“Cuando yo era chico vivía en un barrio donde la gran novedad o logro era tener un auto. Cuanto más lujoso era el auto más reconocimiento para la familia que lo había obtenido. Pero había una distinción para nosotros: el reconocimiento a la familia era en función de qué había hecho para conseguir ese auto. Había familias que trabajaban padres e hijos y se compraban un Seat. Y había familias que se ganaban la lotería y se compraban un Mercedes Benz. Y nosotros valorábamos al que trabajaba mucho y se había comprado el Seat. Doy ese ejemplo porque a partir de ahí aprendí que no se evalúa lo conseguido sino lo merecido”.

 

(Marcelo “Loco” Bielsa, quien cumplió 68 años el viernes pasado)