Acorde iba plasmando sus nuevas músicas, a Daniel Maza se le insinuaba el nombre del disco que la contendría, el noveno de su cosecha solista desde que arrancó con "Música destilada", allá por 2004. Recordaba en el trance, que cada vez que iba a un concierto de jazz, salía elogiando músico por músico, instrumento por instrumento, tema por tema, pero difícilmente se acordaba de alguna melodía. “Terminé poniéndole Melomazeando porque el disco porta melodías que alguna gente `sí` va a recordar”, enfatiza el bajista uruguayo, que acaba de presentar su flamante trabajo en BeBop. “Mientras pensaba en cómo llamarlo, quería decir algo así como ´cantando melodías con el Maza´, y Melomazeando resume eso, porque precisamente se trata de melodías que se pueden cantar”.
Pues pasa que sí. Que algo de tal intención porta el grueso de las nueve piezas que pueblan el trabajo publicado por Los Años Luz Discos, y tocado –además-- por el baterista Fabián Miodownik, el pianista Leandro Marquesano, el guitarrista Ramiro Cubilla, como banda fija, más los aportes de Agustina Bertozzi, en percusión; Patricia Zappia en coros, y la dupla Foqué-Pikiki en chico y piano. “Si bien Melomazeando puede entrar en el estilo de jazz, también tiene fusión, world music o varios otros géneros. Lo cierto es que el disco no es muy pretencioso y tiene personalidad”, sigue definiendo don Daniel Omar Correa Suárez de Montevideo.
-Vo! fue tu disco anterior, y lo sacaste hace ya ocho años. ¿Hay algo de aquel en éste o el tiempo hizo mella?
-Diría que ambos se parecen en que no hay un estilo definido, sino que tienen de todo… bolero, funk, candombe y algo latino, además de lo que decía antes. La diferencia es que, en los demás hay flauta y en este hay un guitarrista maravilloso. Los temas están grabados con cuerda de tambores, hay percu, hay coros, que en general en los otros no hay y, bueno, esas serían las diferencias”.
Pasado a rótulo estético, el candombe estaría desplegado en “La madrugada”, del Hugo Fattoruso; el milongón, en “Kandorina”; el funk en “Tema de Benja”, y la balada, en el “Tema de Astor”. “Mucha gente piensa que este tema es por Piazzolla, pero es por mi otro nieto, que así se llama”, aclara Maza. “Él es un chico muy amoroso, pero a veces también cabrón. Se ha quedado mucho en mi casa, y cuando lo veo me produce toda esa ternura, que creo que el tema pinta bien… es un tema que salió todo de una. Y Benjamín –de ahí el “Tema de Benja”— es mi otro nieto.
¿También suena a él?
-Sí. El tema está en 7/8 porque el pibe es una cosa increíble, pero también es muy tierno, súper mimoso, y creo que este tema lo define. Esto es porque a mí los temas siempre me pasan por alguna cosa, siempre algo se me dispara y hace que los componga. Nunca es que compongo y luego se lo dedico a alguien: primero viene a quién y por qué.
-¿Y cómo funcionó esto en “Kandorina”, otro de los tuyos?
-Ese tema primero lo compuse y luego lo llamé a Ricardo Nolé, que es un tremendo pianista, y le pedí un arreglo para el tema. Él le puso algunas armonías al principio y quedó así. La verdad es que el tema está súper completo. Es un milongón y acá respondo la pregunta: cuando nosotros queremos hacer algo que sea melancólico en nuestra parte candombera, tiene que ser milongón. En este caso, se trata de un tema en tonalidades menores, dedicado a una amiga que amo profundamente.
-¿Cómo funciona el factor emocional, cuando decidís recrear temas de otros? Uno de los casos aquí sería el de “Con esa voz"
-Este tema es de un grupo que yo escuchaba cuando era chico llamado Los Delfines. Es como un clásico que toda la vida me encantó y del que siempre quise hacer una versión en candombe. Así que por intermedio de Hugo Fattoruso me pude comunicar con los compositores, pedirles permiso para grabar una versión en tiempo de candombe, y ellos me autorizaron, así que le metí para adelante con todo.
-Nunca falta el Hugo Fattoruso en tus días…
-Grabé de él, "La madrugada", una de sus composiciones más bellas. Es un decir (risas) porque tiene mil temas y todos son tremendos, ya sabemos lo que es como compositor. Pero elegí ese, que me parece un temazo. ¿Cómo alguien puede, en determinado momento del tema, componer una melodía con tres notas, y que sea tan lindo? Bueno, ya sabemos que Hugo es un "crá".
-Lo tocás igual...
-Tenés que tocar el tema como él lo hizo, no hay que hacerle ningún arreglo, sencillamente porque no podés hacer versiones de temas de Hugo. Los tenés que tocar como son, porque como están, están bien.
-Formaste grupos notables con él, el Cuarteto Oriental, el Trío… ¿qué hay que tener para andar de igual a igual con el Hugo?
-Para tocar con Hugo hay que tener ese amor por la música. Él siempre dice algo maravilloso: que es un artesano de la música, que la disfruta, y eso es lo que hay que tener para estar enchufado con él. Solamente que te guste; no es necesario ser un as o un genio, simplemente entender la música como él la entiende, respirar con él. No hay que hablar, solamente se toca, y la música aparece.
-¿Y qué es lo que aparece cuando se toca, visto desde adentro?
-Que cada versión que tocamos del mismo tema es distinta, siempre pasa algo diferente… eso habla de la conexión. Y la energía que te mete Hugo que no es de taquito, siempre es en serio. El ensayo es en serio, hay que tocar bien ahí también. Los ensayos con Hugo y Osvaldo siempre fueron de verdad, como un concierto. No es solo probar cosas. En fin, esto es lo que hay que tener: te tiene que gustar la música porque es en serio. Cuando me llamó el Osvaldo para tocar la primera vez con ellos, yo no lo podía creer, porque para mí eran las ligas mayores. ¡Y estaba jugando de cinco ahí!