En la búsqueda por encontrar una solución al turismo masivo y a la creciente contaminación en la ciudad, una mayoría del consejo municipal de Ámsterdam respaldó una moción para impedir el ingreso de los cruceros de turistas a su puerto.
La líder del partido progresista D66 en el ayuntamiento de Ámsterdam, Ilana Rooderkerk, instó durante la reunión del Consejo a “acabar con los cruceros contaminantes en el corazón” de la ciudad, y aseguró que “la contaminación del aire a diario que causan los cruceros en el puerto es equivalente a 31.000 camiones dando una vuelta en la carretera de circunvalación”.
La moción la presentaron D66, la izquierda verde GroenLinks y el socialdemócrata PvdA, y su principal argumento es que se debe acelerar la reubicación de la terminal de pasajeros porque su situación actual no encaja con los objetivos sostenibles de la ciudad, lo que incluye mejorar la calidad del aire y reducir "este tipo de turismo" que "no aporta mucho" a la ciudad.
"Los cruceros contaminantes no se corresponden con las ambiciones sostenibles de nuestra ciudad", declaró en un comunicado el partido de centro-derecha D66.
Por su parte, el partido de centroderecha neerlandés, Llamada Democristiana (CDA), propuso buscar una forma “menos drástica” para reducir las emisiones. En ese sentido, recordó que el puerto neerlandés firmó un contrato para construir una instalación eléctrica en tierra a la que puedan conectarse los cruceros a partir de 2025, y se espera que el 75% de estos barcos que visitan Ámsterdam puedan tener acceso a esta instalación. A partir de 2030, la conexión a las tomas de tierra será obligatoria para los cruceros marítimos en la Unión Europea.
El planteamiento de la reubicación de la terminal de cruceros de Ámsterdam no es algo nuevo: desde 2015 se debate la idea de trasladar la terminal a la ciudad de Coenhaven, pero nunca se dieron pasos concretos hacia esa dirección.
La actual terminal de pasajeros en Ámsterdam está abierta desde 2000 y su construcción costó 40 millones de euros.