“Muchas veces he escuchado decir: ¿Siguen yendo personas a las bibliotecas? Yo les digo que sí, que recibimos constantemente lectores que eligen el libro y que los buscan en la biblioteca porque saben que los podemos asesorar. Los libros siguen vigentes y nuestro trabajo es asegurarnos de que les lleguen a los vecinos”, afirmó Mirna Constanza Isla, bibliotecaria de la Biblioteca Municipal de Hurlingham. La institución fue fundada en 1987, cuando todavía Hurlingham no existía como municipio autónomo, y recientemente cumplió treinta y seis años llevando la literatura a todos los rincones del municipio, preservando la historias de sus habitantes, creando espacios seguros de lectura y buscando estrategias para acompañar los cambios del mundo. Ubicada en el casco histórico de Hurlingham, es una institución central para los vecinos que , como explicó Constanza Isla, “es mucho más que un depósito de libros”.

Una biblioteca para los vecinos

Según el Sistema Provincial de Bibliotecas funcionan en la provincia de Buenos Aires quinientas trece bibliotecas entre instituciones públicas, municipales, escolares, piloto y bibliotecas públicas de instituciones privadas. Todas ellas cumplen el requisito de preservar libros y dar acceso gratuito a ellos. Sin embargo, dentro de esta amplia definición, cada una responde a distintas necesidades de los vecinos bonaerenses.

“Hay toda una teoría en torno a que el libro ya no se usa, que lo digital venció al papel. Nosotros comprobamos que no es así. Lo que sí hay muchos vecinos que tienen dificultad para comprar libros por lo costosos que son. Ahí está una de las la responsabilidad de la Biblioteca Municipal: suplir esta necesidad”, afirmó Rody Rodriguez, Subsecretario de Cultura de la Municipalidad de Hurlingham. Para él, dar acceso a libros no significa simplemente disponerlos en estantes, sino trabajar en estrategias que abran la institución a los vecinos. En este proyecto, conocer a los habitantes de Hurlingham es una de las fortalezas de la Biblioteca Municipal. 

“Nosotros vamos construyendo vínculos con los que son asiduos y conociendo sus gustos. Eso nos permite elaborar secciones pensadas para sus intereses. Así, se facilita el vínculo con la institución”, explicó Constanza Isla, que lleva ocho años trabajando junto a los especialistas de la biblioteca diseñando “secciones de escritores locales, de teoría de género, de literatura romántica o de ciencia ficción”, según la demanda.

Abrir la biblioteca también significa comprender que, por diversas razones, no todos los aficionados a la literatura que habitan Hurlingham son capaces de leer los textos que ofrece la institución. Esto los llevó a fundar una de las primeras Bibliotecas Parlantes del conurbano bonaerense. Gracias a este servicio, todos los vecinos pueden solicitar gratuitamente grabaciones personalizadas de audiolibros que son realizados con narradores profesionales y en convenio con estudios de grabación del municipio. Así, la biblioteca logró ampliar su público y se volvió más inclusiva.

Otra de las tareas de una Biblioteca Municipal es preservar la historia del municipio, una historia que hace a la identidad de los vecinos y que, en muchos casos, es olvidada por el resto de las instituciones. La Biblioteca de Hurlingham posee, entre los más de cuarenta mil ejemplares que integran su archivo, “el mayor capital histórico de libros, revistas y publicaciones dedicadas a la historia del municipio”, explicó Horacio Magnacco, responsable del Centro Cultural Quinquela Martín en donde se encuentra la biblioteca. Este centro recibe diariamente escuelas de todo Hurlingham que se acercan a la institución para conocer la historia de su municipio. “Estos textos históricos no se pueden encontrar ni en Internet ni en formato digital y , en muchos casos, cumplen con la currícula escolar dedicada a la historia local”, agregó.

Acompañar los cambios

“Parte de la función del bibliotecario municipal es aportar estrategias para difundir y visibilizar la institución y su material. Por ejemplo, es importante el uso de redes sociales para difundir nuevas adquisiciones. Las bibliotecas tienen que actualizarse a las dinámicas de una época, solo de esa forma se accede a nuevos públicos” explicó Constanza Isla, que gestiona las redes sociales de la institución y comparte diariamente las nuevas adquisiciones del archivo.

Esta búsqueda de nuevos públicos lectores, también implica salir físicamente de la institución. Por decisión del Intendente Juan Zavaleta, la biblioteca municipal recientemente incorporó “mini bibliotecas”, “módulos que son instalados en plazas y donde la gente puede llevarse libros y donar”, afirmó Rody Rodriguez. Estos módulos fueron instalados en todo el municipio y se llenaron con títulos repetidos del archivo bibliotecario. “El objetivo es llegar a todos los vecinos de Hurlingham. Si vos no venís a la biblioteca, te ponemos una biblioteca cerca de tu casa y, la verdad, que se está logrando. Tenemos la intención de seguir ampliando estas unidades”, agregó el Subsecretario de Cultura.

Por último, la Biblioteca de Hurlingham comenzó a filmar sesiones musicales dentro de la biblioteca. Son “una especie de Tiny Desk con bandas de rock locales”, explicó Rodriguez. Esta decisión parte del reconocimiento de una movida rockera muy importante en el municipio. Al llevar las bandas al espacio bibliotecario se pretende “ampliar sus funciones” y “mostrar la biblioteca a un público que de otro modo no la conocería”.

Así, la Biblioteca Municipal se convierte en una política de estado que no sólo asegura un espacio de lectura, sino que reconoce la importancia de esta actividad e implementa medidas especialmente pensadas para los vecinos del municipio con el fin de fomentarla. Cuando se le preguntó a Mirna Constanza Isla sobre los preconceptos que existen en torno a las bibliotecas municipales, ella concluyó: “A veces se piensa las bibliotecas municipales como depósitos estancos de libros y eso no es así. Como instituciones públicas, buscan generar espacios para que cualquier persona, no importa quién, pueda acceder a un sinfín de historias y, así, abrirse a la lectura. Además, se amoldan a los tiempos actuales. Queremos acompañar los cambios y llegar a nuevos lectores”.