La guerra entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se traslada a las encuestas. Los partidarios de la dirigente citan una serie de encuestas públicas donde ella lo aventaja a Larreta (en algunos casos, muy notoriamente). Señalan que la clave ahora es no cometer errores hacia las PASO. Y preparan spots para contraatacar a los ataques de Larreta, que se enfocan en el carácter violento de la candidata. Del lado de Larreta, niegan que ella esté aventajándolo y sostienen que todas las encuestas los dan en un empate técnico. Sostienen que la dirigente viene operando encuestas para instalar una ventaja que no es tal. Larreta seguirá enfocado en su "eje de propuestas", mientras sus aliados demuelen todo lo que se pueda demoler de su adversaria.

El momentum de Bullrich

Hay una disparidad en las encuestas que circulan actualmente: algunas los muestran a los candidatos del PRO muy emparejados, mientras que otras la vienen dando a Bullrich como clara ganadora. Si se le pregunta al equipo de campaña de la exministra de Seguridad de Macri, piden no fijarse en la foto sino en la película. "Si nos vamos un año atrás, Patricia estaba 20 puntos abajo de Larreta y no tenía posibilidades. Hoy está muy competitiva, ganando en muchos de los escenarios. No es una proyección buena para Horacio", dicen. Dicho de otra manera, Bullrich tiene un momentum: viene creciendo y con chances de pasar al adversario interno. O al menos esto analizan en su entorno.

En su equipo, vienen analizando cada pocos días los cambios en el humor del electorado con Focus Groups, lo mismo que hace Larreta. Aunque en la semana que pasó fue  comparada con Fernando de la Rúa, señalan que en los Focus la gobernabilidad y la posibilidad de llegar al final del mandato no figuran como puntos flacos. "Ella no tiene el ADN radical. La gente no imagina que no llega al final del mandato. Más bien identifican que si llega, no la sacan con nada", aseguran.

En cambio, ven que la estrategia del larretismo en esta etapa de la campaña es asociarla a la idea de violencia. Por eso, Elisa Carrió recordó su pasado en Montoneros, imaginan. Y a su vez Larreta se trata de asociar a la idea de paz y tranquilidad, "casi como si fuera Ghandi", acotan.

Si bien advierten que no habrá volantazos en la campaña electoral y que los spots ya vienen grabados, los dos que se vienen buscarán responder a esto. Se enfocan en explicar la frase "Si no es todo, es nada". Buscarán trasmitir la idea de que si no es todo, seguirá habiendo pobres. Y también debaten qué es la violencia. "Violencia es la inflación. Es la inseguridad", insistirán.

De todas formas, la principal estrategia de campaña es no cometer ningún error. "Los errores propios nos pueden costar mucho más que cualquier cosa que haga Larreta. Si nos mandamos algún moco, ahí se puede revertir la tendencia", admiten. Por eso, toda comunicación intenta ser lo más cuidada posible.

Para Larreta, no hay ventaja

En el equipo de Larreta aseguran que todas las encuestas que la muestran excesivamente arriba a Bullrich son falsas o están operadas. "No tienen ninguna rigurosidad técnica", sostienen. "No hay ninguna ventaja de Patricia, esas encuestas están todas operadas", aseguran. Incluso, dicen que muchas de las encuestas no las está promocionando Bullrich, sino el oficialismo "al que le conviene que ella sea la ganadora en las PASO".

El larretismo maneja sus propias encuestas que, según dicen en su comité de campaña, lo que están dando es un empate técnico. En algunas ella está levemente arriba y en otra Larreta la aventaja, pero todo dentro del margen de error, por lo que no pueden ver un ganador claro.

En ese escenario, Larreta buscará seguir sobre su eje de propuestas y de no agresión. Ya corrigió algunos errores, como cuando criticó lo que fue el gobierno de Mauricio Macri. Eso se resintió en las mediciones, por lo que no lo volverá a hacer.

Por otro lado, los aliados de Larreta tienen a su cargo recordar quién es Bullrich. El mejor escenario es que algunas de las cosas que se digan la lleven a reaccionar. Por eso, las respuestas a la comparación con De la Rúa de esta semana ya no corrieron por cuenta de la candidata, sino de todo su séquito de seguidores. Ella se preservó.

Mientras tanto, la guerra de encuestas seguirá, sin que ninguno de los candidatos se pueda poner de acuerdo en una base fáctica. Recién las PASO ordenarán el panorama.