Cinco policías comenzarán mañana a ser juzgados por el crimen del adolescente Joaquín Paredes, cometido el 25 de octubre de 2020 en la localidad cordobesa de Paso Viejo, durante un operativo de disuasión de un grupo de jóvenes que se había reunido en una plaza cuando estaba vigente el aislamiento por la pandemia de coronavirus, informaron fuentes judiciales.
El debate estará a cargo de la Cámara del Crimen de Cruz del Eje, que en mayo pasado había pospuesto el inicio del mismo con el argumento de que se debían realizar obras para ampliar la sala de audiencias.
El hecho que se ventilará en el debate ocurrió durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto ante la pandemia del Covid-19 en 2020.
La madrugada del 25 de octubre de ese año, un grupo de policías se trasladó hasta la plaza de Paso Viejo, una localidad de apenas mil habitantes, tras recibir llamados sobre una reunión de jóvenes en ese lugar.
De acuerdo a los datos de la causa, cuando llegaron los efectivos se produjo una discusión con los jóvenes, lo que derivó en una balacera por parte de los policías.
De acuerdo a la acusación, se produjeron al menos siete disparos: cuatro balazos correspondieron al arma del agente Alexis Luna y tres al agente Maykel Mercedes López.
Las pericias determinaron que uno de los balazos efectuados por López impactó en la espalda de Paredes (15), en la zona del hemitórax, y le causó la muerte.
Otro de los disparos se incrustó en el brazo de Brian Brandon Villada (15), quien debió ser asistido en un centro de salud pública, aunque en este caso no se pudo determinar de qué arma partió el tiro.
De los cinco acusados, López es el único que se encuentra detenido y enfrenta la acusación por "homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y coautor de lesiones graves en agresión agravadas por el uso de arma de fuego en concurso real".
Los restantes acusados son Iván Alexis Luna, por "lesiones graves en agresión agravadas por el uso de arma de fuego y disparo de arma de arma de fuego"; y Enzo Ricardo Alvarado; Jorge Luis Gómez; y Ronald Nicolás Fernández Aliendro, por "omisión de los deberes" y "disparo de arma de fuego calificado la condición especial".
"Estamos con muchas ansias de que empiece el juicio, con una mezcla de sensaciones encontradas, porque yo voy a conocer al asesino de mi hijo", dijo hoy a Télam Soledad, la madre de Joaquín, quien recordó que ella conoce a dos de los cinco acusados porque viven en Paso Viejo.
"Estamos tratando de estar fuertes para esta etapa que se viene, que es dura, porque es volver a revivir todo de vuelta, y luchando para que se haga justicia por él", continuó la mujer, compungida.
Al ser consultada por la pena que espera que reciban los culpables, respondió: "Queremos la misma condena para todos, porque de uno salió el disparo que mató a mi hijo, pero esa noche dispararon todos y ninguno fue capaz de parar esa balacera."
Además, señaló que desde que ocurrió el crimen ella y su familia no recibieron "ningún tipo de disculpa" de parte de los imputados.
"Tengo fe de que se va a hacer justicia, no quiero perder las esperanzas. Aunque la vida de mi hijo no me la van a devolver, pero por lo menos para que él pueda descansar en paz y nosotros tener un poquito de alivio en nuestros corazones, porque ese vacío que siento no se nos irá jamás", expresó.
La mujer describió que "es muy duro" todo lo que le ocurrió a la familia, pero que su hijo les "está mandando toda la fuerza" para que sigan "adelante".
El crimen de Joaquín fue apenas unos meses después del emblemático caso de Blas Correas, que murió también por un balazo policial en la ciudad de Córdoba, y por el cual fueron condenados 13 policías, dos de ellos a prisión perpetua.
Respecto de si se pueden trazar coincidencias entre ambos asesinatos, la madre de Joaquín dijo: "En el caso de Blas plantaron el arma, en el caso de mi hijo los policías tuvieron tiempo de lavarse las manos, cambiarse la ropa, para no mostrar restos de pólvora, tuvieron tiempo a eso."
La mujer consideró que el caso de Blas tuvo más repercusión que el de su hijo y, en ese sentido, analizó que "en la ciudad hay cámaras y en el pueblo no tenemos la posibilidad esa", por lo que no se viralizaron imágenes del crimen de Joaquín.
"Para mí fue un acto de locura lo que hicieron", finalizó Soledad sobre los policías acusados de matar a su hijo.
A su vez, la familia de Paredes protagonizó un documental titulado "Un pueblo sin Joaquín", dirigido por Juan Darío Almagro, el cual se proyectó en distintas salas de Córdoba en las últimas semanas.
Este documental de 16 minutos de duración contó con los testimonios de la madre de Joaquín, su tía Maribel, su abuela Beatriz y su abuelo Esteban, quienes relataron lo sucedido la noche del crimen.
En ese material audiovisual se pueden apreciar imágenes desde adentro de cómo era la vivienda, la habitación y hasta los útiles escolares pertenecientes a Joaquín, además de recorrida por el pequeño Paso Viejo, con palabras emotivas de los familiares.
"Esta es la mochila que usaba Joaquín para el colegio", muestra la abuela Beatriz, quien abre la ventana de la habitación, y entre risas dice "para que se vayan los olores", recordando la vida de su nieto.
Mientras que Soledad cuenta en ese documental que a Paso Viejo "lo tenían como un pueblo tranquilo, a donde había paz, había" y señala: "Porque con lo que nos tocó a nosotros ya no es lo mismo."
"A mí me han partido al medio", se lamenta el abuelo Esteban, quien fue policía en el pueblo durante 25 años y "nunca tuvo problemas con nadie".
Las imágenes finales del video muestran las innumerables marchas, pintadas en las paredes del pueblo, y hasta un tatuaje que se marcó en la piel alguno de sus allegados para recordar a Joaquín.
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