Independiente se volvió de Tucumán rojo de la bronca. Por un lado, porque el único gol con el que Atlético se impuso 1-0 llegó una jugada cargada de polémica, por un penal que el árbitro Pablo Echavarría cobró luego del llamado del VAR. Y por otro, porque su actuación dejó mucho que desear y nunca se pudo recuperar para al menos inquietar en busca del empate. Antes del clásico ante Boca que cierra el torneo, el balance no pudo ser más desafortunado.

El triunfo dejó a los tucumanos, que ganaron cuatro de los últimos encuentros bajo la coducción de la dupla Favio Orsi y Sergio Gómez, en la decimocuarta posición con 34 puntos, mientras que Independiente se mantiene con 28 unidades y en el vigesimoprimer lugar.

Es difícil analizar el partido y la actuación del equipo de Ricardo Zielinski sin la jugada clave de la tarde: tras un centro desde la derecha, Braian Guille anticipó a Ostachuk y cayó en el área. El árbitro Echavarría interpretó que no había pasado nada y dejó seguir. Sin embargo, ante el llamado del VAR manejado por Jorge Baliño, revisó la acción y pitó el penal para el conjunto local, que todo Independiente reclamó. A Marcelo Estigarribia no le importaron las discusiones y puso el 1-0, que en función de lo que sucedió después, resultó decisivo. 

Es que Independiente mostró todas sus limitaciones para atacar y resultó casi inofensivo ante un equipo que se agrupó bien y mantuvo el control del juego, más allá de darle el balón al conjunto de Zielinski. Con poco, al equipo tucumano le alcanzó para ser más peligroso que su rival y asegurar el triunfo sin pasar demasiados sobresaltos, más allá de algunos remates desde afuera del área.

La impotencia de Independiente quedó expuesta con el correr de los minutos y, para colmo, su bronca con el arbitraje aumentó por una falta de Romero, que estando amonestado bajó a Barcia, y Echavarría no lo expulsó. "El penal que cobró fue una vergüenza, pero también no expulsar a Romero en el foul Barcia", se quejó Zielinski tras el encuentro. "No tengo mucho más que opinar. No me gusta hablar de los árbitros, pero hoy fue una vergüenza y nos condicionó más allá de que fue un partido parejo", añadió el entrenador, que también tuvo tiempo para hacer autocrítica de la actuación de sus jugadores, que mostraron muy poco juego para revertir ese fallo polémico que selló la suerte del partido.