“Mamás que buscan” es una campaña de difusión de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que surgió con el objetivo de convocar a las madres que se vieron separadas de sus hijas o hijos al momento del nacimiento para que se acerquen a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). Salta/12 conversó con la encargada del Programa por el Derecho a la Identidad Biológica, la psicóloga María Gracia Iglesias, quien indicó que haya 8 casos presentados de esta provincia.
El Programa Nacional por el Derecho a la Identidad funciona en el ámbito de la CoNaDI, y tiene como misión atender casos no vinculados a los crímenes de lesa humanidad. Miles las personas se han acercado en la búsqueda de conocer sus orígenes biológicos, es por ello que la campaña apunta principalmente a convocar a las madres, para que puedan registrar su caso y aportar información que permita el entrecruzamiento de datos para ampliar la búsqueda.
Gracia Iglesias se recibió de psicóloga en Córdoba en el 2000, al año se fue a vivir a Buenos Aires, y en 2002 comenzó a militar en la agrupación Hijos, donde empezó su interés por la identidad. En 2004 ingresó a trabajar en la CoNaDi como encargada del área genética, que implicaba completar el Banco de Datos Genéticos con las familias de las personas desaparecidas en la última dictadura militar y dar los resultados a quienes se presentaban. Ahí descubrió que había una gran cantidad de personas que no eran hijxs de desaparecidxs pero que desconocían sus orígenes. En 2011 comenzó a trabajar con estas historias en el programa de identidad biológica en Córdoba y ahora es la encargada del programa nacional.
De esta manera, explicó que la CoNaDi históricamente ha acompañado a las personas que buscan sus orígenes biológicos, pero en sus inicios dentro del período de la última dictadura porque "el objetivo principal era encontrar a los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo". En esa búsqueda realizaban también diversas campañas de difusión con acciones de acuerdo a las edades que tendrían lxs niñxs apropiadxs. Empezaron con "acciones en las escuelas, después en la universidad, después se nos complicó porque se desperdigó esa generación. Entonces se llegó a la difusión masiva, a los medios de comunicación".
"En esa difusión fueron solicitando la ayuda de la CoNaDi un montón de personas que a la hora de realizarse el análisis ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, daba que se excluían de las familias de las embarazadas desaparecidas. Entonces no eran hijos de desaparecidos, nosotros generalmente lo llamábamos como que dieron negativo pero claro son personas que seguían buscando los orígenes biológicos. En ese marco, nosotros nos encontramos, al tratar de encontrar un nieto de desaparecido, con la gran problemática que es el tráfico de menores", explicó Gracia Iglesias.
Esta situación también llevó a la reflexión en la CoNaDi de que "los militares que hicieron el plan sistemático de apropiación de bebés, no es que lo inventaron de cero sino que se nutrieron de esto que ya estaba realizado en Argentina, y todavía está naturalizado que era que los niños éramos vistos como objetos y como no existía el derecho a la identidad, ni el ADN, era muy factible sacar un niño de una casa, de una madre y ponerlo en otra sin necesidad ni siquiera, por parte de la persona que lo estaba haciendo de cuestionarse", manifestó.
A partir de las experiencias del acompañamiento realizado para recuperar a nietos y nietas de las Abuelas, la CoNaDi pone ahora todo lo aprendido y las herramientas adquiridas a disposición para acompañar la búsqueda de los orígenes de las personas que fueron apropiadas y de las madres que buscan a sus hijxs por fuera de aquel contexto histórico de la dictadura.
"Este es el objetivo del Programa, acompañar a todas las personas que buscan sus orígenes biológicos independientemente de la fecha y a todas las madres que en su momento fueron víctimas, que tuvieron que separarse de sus bebés, independientemente del motivo", señaló Gracia Iglesias.
La mayoría de las personas que acompaña el programa "no cuentan con un expediente de adopción" y con la posibilidad de ir a un juzgado o a las instituciones estatales a pedir información sobre su familia biológica o los motivos de la entrega. Han sido registradas "como hijos propios, hijos inscriptos como hijos biológicos de las personas que los criaron", advirtió.
Asimismo, Iglesias señaló que gran parte de las personas apropiadas espera que quien o quienes las criaron "se mueran para hacer la búsqueda", "porque tienen miedo de que les pase algo o porque en la mayoría de las familias les dicen que son unos desagradecidos. Entonces aunque no se los digan se sienten desagradecidos porque como sociedad decimos que son 'unos desagradecidos con las familias que los criaron'. Hay toda una concepción al respecto. Cuando salen a buscar, no contamos con la palabra hablada de las personas implicadas en aquel momento porque están fallecidas".
¿Por qué se convoca a las madres?
"Nos cuesta mucho llegar a la verdad del origen biológico", indicó Gracias Iglesias, ante la falta de información precisa en la mayoría de las situaciones. En ese análisis de la situación "comprendimos que la forma que tenemos de encontrar la verdad de estas personas es logrando que las madres los busquen. De ahí que dentro del programa sale la campaña Mamás que Buscan". "Porque ellas sí saben que tuvieron un hijo y no saben en donde está el hijo en la mayoría de las situaciones. Por eso hacemos este gran llamado a la sociedad, diciendo que nosotras las estamos buscando para que salgan a buscar a sus hijos y que los encuentren", sostuvo.
Son 18.550 los legajos de personas en búsqueda de sus orígenes que se han presentado en la CoNaDi (desde que se conformó) y por otro lado hubo 570 madres presentadas, se han resuelto 3.172, estos números incluyen distintas fechas, también las de la dictadura.
"Cuando se nos acerca una madre es lo más nutritivo que tenemos porque tenemos la historia desde adentro. Es como que las personas que buscan los orígenes biológicos nos muestran todo el relato de afuera, cómo llegaron sus padres ahí, quien fue el intermediario, cómo se enteraron. Y las madres nos muestran el relato desde adentro, cómo llegaron ellas y qué pasaba", añadió.
Los estigmas y prejuicios sobre las madres
Para Gracia Iglesias, la diferencia entre la gran cantidad de personas que buscan sus orígenes, y los números más minoritarios de madres que se han acercado en búsqueda de sus hijxs, "no tiene que ver con que las madres no quieran buscar o no les interese nada de sus hijos, también es otro concepto que hay de la mujer, (el) 'de madres abandónicas'".
"Ese concepto de madres abandónicas, justamente surge de las redes de tráfico", advirtió. "Las parteras que traficaban bebés les decían a las madres biológicas que sus hijos habían fallecido y por otro lado, los vendían a precio de autos, casas, literal. Por años sucedió esto, por eso lo repetimos", señaló.
"Cuando uno va escuchando a esas madres que vienen a relatar lo que les ha pasado, no hemos encontrado hasta ahora a ninguna que haya abandonado a sus hijos. Las que los han tenido que entregar los han dejado en hospitales, en juzgados, con alguna vecina, alguna amiga. Entonces no estamos encontrando el concepto del abandono en esa separación y cuando salen a buscar, van a los juzgados y les dicen que el delito prescribió, van a una institución y les dicen que por qué se acuerda ahora, que ella ya lo dejó, que lo abandonó", explicó.
Además Gracia Iglesias dijo que antes se entendía la apropiación de bebés como un delito privado, situación que ha cambiado en los últimos años, "ahora, y hace mucho ya, comprendemos que es un delito público y el Estado por omisión o acción ayudó a que esto sucediera de anotar a un hijo como propio o que alguien le pueda sacar un hijo a una madre y que nadie lo vea como un problema".
También aclaró que no todos los casos tienen que ver con tráfico, que implica dinero, "en esta problemática tenés gente que ha sido comprada y después tenés otra gente que ha sido entregada por la 'bondad de la religión' para que el niño esté mejor, por personas que se creen con derecho de pensar que una madre, es 'mala madre' y entonces le sacaban el hijo para darlo a una 'buena madre'".
Trabajo para reconstruir entramados
Cuando llega una persona en busca de sus orígenes biológicos al programa, "la herramienta fundamental que tenemos es la escucha activa y la entrevista en profundidad porque lo que nosotros necesitamos saber cuando una persona no tiene la información, es dónde nació. Si podemos llegar a saber dónde nació es la posibilidad que nos dan a nosotros de hacer difusiones dirigidas, porque podemos llamar a madres que tuvieron a sus hijos en tal lugar", explicó Gracia Iglesias.
A medida que pasa el tiempo, "vamos uniendo a la gente en función del lugar de nacimiento, nos va permitiendo a nosotros hacer una investigación más profunda", indicó. Dijo que las personas del mismo lugar aportan datos que al hilarlos se vuelven importantes cuando hubo redes de tráfico de niñxs para rearmar el entramado.
El programa brinda el ADN gratuito y entrecruza información con el Banco Nacional de Datos Genéticos. También investiga en las oficinas de registro civil, libros de parto, "cuando es posible porque casi nunca es posible", aclaró la funcionaria.
Hasta ahora el programa ha logrado reencontrar a 18 madres con sus hijxs. También consiguió 18 encuentros de hermanxs, "son personas que se han presentado en distintos momentos sin conocerse y el ADN demuestra que son hermanos entre sí. No encontramos el origen biológico en lo que es la madre pero por lo menos los vamos nucleando como para que a la búsqueda también la hagan entre ellos", dijo Gracia Iglesias.
La importancia de los orígenes
Gracia Iglesias explicó que para las personas conocer sus orígenes "es fundamental", porque también esto les permite saber sus antecedentes de salud física y psicológica, además de "poder saber de dónde uno vino, de qué hogar vino, con qué valores".
"Lo que me ha pasado con respecto a escuchar a tantas personas que buscan sus orígenes es que me encuentro con que no pueden concluir, por ahí no terminan el secundario, o les queda una materia en la universidad, ni hablar de la lucha, de las dudas, de ver qué es lo que quieren hacer de sus vidas, son personas que como toda la vida aunque nadie se los diga, saben y sienten que no pertenecen a esa familia", señaló.
"Además de ser un problema individual, un problema familiar, también es un problema social. Mientras haya una sola persona que no sepa sus orígenes biológicos es un problema de toda la sociedad porque todos tenemos derecho a saber quiénes somos y además porque estamos generando personas enfermas en el sentido del yo de las personalidades débiles, de las enfermedades físicas que se trasladan en función de ese no saber", explicó.
Cada uno de nosotros conoce a una víctima
En lo que respecta al tráfico de niñxs, "todo el mundo sabe algo", consideró Gracia, y dijo que "no es lo mismo como lo que pasa con la última dictadura que casi nadie conoce a un posible nieto. En este tema es muy diferente. Cada uno de nosotros conoce mínimo a una persona que es adoptada y no lo sabe, o es apropiada y no lo sabe".
"Toda la sociedad tiene que empezar a ayudarnos, a decir lo que saben (o) no vamos a llegar nunca a la verdad de estas personas", añadió. Además explicó que el tiempo pasa y hay casos en son los hijos de las personas apropiadas las que están saliendo a buscar sus orígenes porque también es su derecho.
"Este no hablar tiene que ver con que la problemática en general está emergida en lo que es un pacto de silencio. Tiene que ver con que hasta a las personas que eran adoptadas, que contaban con un expediente de adopción, durante años se les decía a las familias que no les contaran nunca la verdad", aseveró.
Para aportar información hay que comunicarse con la CoNaDI llamando al 0800-222-266234 o enviando un mail a [email protected].