El asesinato del músico callejero Jimi Altamirano tiene dos nuevos detenidos en prisión preventiva hasta el juicio:  se trata de Daniel Mateo Bommer, quien fue detenido la semana pasada en el partido bonaerense de San Martín, y Alexis Oscar Romero, un joven que está preso desde el 6 de mayo pasado por una tentativa de robo a un automovilista e imputado como parte de una banda llamada “La Mafilia”, cuyo líder es Leandro “Gordo” Vilches, un lugarteniente de Los Monos que cumple condena en el penal de Rawson. El fiscal Matías Edery de la Agencia de Criminalidad Organizada fue quien los acusó y el juez Héctor Nuñez Cartelle quien resolvió su detención. La audiencia sirvió también para sumar un nuevo capítulo dentro del conflicto entre el fiscal y el presidente rojinegro Ignacio Astore por la investigación sobre la bandera de “Los Monos”. Es que a la hora de describir la actividad de la banda del “Pollo” Vinardi y el Toro” Escobar -hacia quienes fue dirigido el crimen en las puertas del estadio leproso- Edery remarcó que los negocios ilegales en torno al Coloso se desarrollaban “con conocimiento de las autoridades dirigenciales del club”.

El artista callejero fue ejecutado el 1 de febrero pasado frente al estadio de Newell’s Old Boys, luego de secuestrarlo “al voleo” con el fin de enviar un mensaje mafioso a los jefes de la barra brava de ese club.

Bommer quedó ayer acusado del delito de “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con amenazas coactivas calificadas por el uso de armas y ser anómicas en carácter de partícipe primario y en grado de consumado en concurso real con miembro de asociación ilícita”.

En tanto, Romero recibió la acusación del delito de “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con amenazas coactivas calificadas por el uso de armas y ser anónimas y robo calificado por el uso de arma todos en carácter de autor y en grado de consumado”.

El hecho que se les imputa ocurrió el 1 de febrero pasado cuando el músico fue levantado “al voleo” en inmediaciones de la avenida Intendente Morcillo al 2000, por delincuentes que se lo llevaron en un automóvil denunciado como robado.

A los cinco minutos, dos personas bajaron del auto y arrastran de los pelos a Altamirano, y cuando cae al piso le disparan en la cabeza, en el acceso a la puerta 6 del estadio “Leproso”, dejando en uno de los bolsillos del pantalón de la víctima un mensaje mafioso.

De acuerdo a la investigación de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, Bommer formaría parte de la banda liderada por Pablo Nicolás Caminos, un joven que está preso en la cárcel federal de Rawson y que en los últimos meses disputó con otros dos condenados en Ezeiza el control de la barrabrava de Newell’s.

Días atrás, los fiscales imputaron a Caminos por ser considerado el instigador del crimen de Altamirano, luego de ordenar desde su celda de la cárcel de Rawson una serie de asesinatos y balaceras – entre ellas la del supermercado que el suegro de Lionel Messi tiene en Rosario- como mensajes internos a la barra de Newell’s.

Camino también está procesado en la Justicia Federal local por narcotráfico junto al jefe de la narcobanda “Los Monos”, Ariel “Guille” Cantero, y a Leandro “Pollo” Vinardi. 

De acuerdo a la investigación de los fiscales Edeery y Luis Schiappa Pietra, Bommer y Romero “tuvieron en la noche del crimen un rol muy activo. A uno de ellos, su teléfono celular impactó en el lugar del homicidio, con lo cual si no fue quien lo ejecutó a Altamirano, estuvo ahí o fue el que manejaba el auto. El segundo imputado aparece en una causa que investigó la Unidad de Crimen Organizada, a cargo del comisario Bertolotti y la fiscal Pairola. Está imputado de tres homicidios en el marco de este hecho. Esa una persona muy violenta y no nos queda duda de que está vinculado al crimen de Altamirano”.

“Para la hipótesis que manejamos, falta una persona identificar en ese auto, por la secuencia del hecho. Pudieron haber dos, pero creo que hubo tres personas en ese auto”, agregó el fiscal Edery.

Los investigadores revelaron que Daniel Bommer admitió haber pertenecido a la banda de Pablo Nicolás Camino. Lo hizo después de una semana alojado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde se recuperó de un ataque a balazos, y del zafó despues de recibir diez disparos, por "hacerse el muerto". Mientras estaba internado por el intento de homicidio, el padre del joven le entregó su celular a la Justicia. La Fiscalía descubrió que la víctima se había comunicado con una línea agendada a nombre de “Trotro” el día del asesinato de “Jimi”.

La conexión telefónica se produjo poco antes del secuestro del músico en 27 de Febrero e Iriondo. Según la Fiscalía, Bommer se contactó con Camino en la cárcel de Rawson para coordinar el plan criminal, pero no fue su único contacto. Esa misma noche, el joven habló con otra persona agendada bajo como “Tete”. Los investigadores determinaron que era Alexis Oscar Romero, cuyo apodo real es “Tata”.

Edery sostuvo que Romero,  como sicario de la banda del “Gordo” Vilches fue uno de los secuestradores de Altamirano. En su celular encontraron fotos con una bermuda negra y una remera amarilla que decía “Spy Limited”. Las prendas son similares a las del ladrón del Renault Sandero que emplearon los asesinos de “Jimi”.

El MPA sostuvo que Romero robó el auto el domingo 29 de enero en Cochabamba y Chacabuco y la secuencia quedó filmada. Pasadas 48 horas del asalto a mano armada, lo usó para cometer el crimen frente a la cancha de Newell’s junto a dos personas más. Luego de la ejecución, los delincuentes abandonaron el coche muy cerca de la casa de Bommer.

Tres días después, el “Tata” le escribió a su cómplice para pasarlo a buscar. Le propuso ir a “levantar” otro auto, pero el joven de 21 años recibió una lluvia de disparos mientras lo esperaba. “Evidentemente, lo querían sacar del medio”, deslizó el juez Héctor Núñez Cartelle en la audiencia.

El intento de homicidio falló y se convirtió en la punta del ovillo para esclarecer el asesinato de Altamirano. Edery concluyó que Bommer era un “cabo suelto” del plan e insistió en que “Jimi” fue una víctima “inocente”, elegida de manera “azarosa” para perjudicar a Leandro Vinardi y su actividad como jefe de la barra brava de Newell’s.