El grupo World Weather Attribution (WWA) divulgó este martes un estudio en donde afirma que las olas de calor extremo que sufrieron Europa, Estados Unidos, México y China en las últimas semanas no habrían sido tan intensas de no haber sido por el cambio climático producido por la humanidad.
Las temperaturas de distintos puntos del hemisferio norte, como el suroeste de Estados Unidos y algunas ciudades de China, superaron holgadamente los 50 grados centígrados algunos días de julio. En casos puntuales, como el de Irán, la sensación térmica escaló al récord de 66,7 grados.
Por eso, los científicos de WWA evaluaron en qué medida el cambio climático inducido por la humanidad alteró la probabilidad y la intensidad del calor extremo de julio. En ese sentido, el informe advirtió que “estos eventos ya no son raros en la actualidad” y que, por el contrario, son cada vez más frecuentes a causa del calentamiento global.
La organización afirmó entonces que “sin el cambio climático inducido por el hombre, estos eventos de calor habrían sido extremadamente raros”. Y resaltaron que en el caso de los países de Norteamérica y el sur de Europa, este calor extremo “habría sido prácticamente imposible de ocurrir”.
Además, tanto en China como en todas las regiones afectadas, los investigadores definieron que este tipo de ola de calor habría sido significativamente más fría en un mundo sin cambio climático. En rigor, la de este julio fue 2,5 grados mayor que la que habría sido en Europa sin el perjuicio ambiental, y 2 grados y 1 grado en el caso de América del Norte y China, respectivamente.
Los gases de efecto invernadero hacen cada vez más frecuentes las olas de calor
“A menos que el mundo deje de quemar combustibles fósiles rápidamente, estos eventos serán aún más comunes y el mundo experimentará olas de calor aún más calientes y duraderas”, advirtió el estudio. En concreto, prevén que en caso de continuar con estos niveles de emisión de gases de efecto invernadero, “una ola de calor como las recientes ocurriría cada 2 a 5 años en un mundo 2°C más cálido que el clima preindustrial”.
"El mundo no ha dejado de quemar combustibles fósiles, el clima continúa calentándose y las olas de calor continúan volviéndose más extremas. Es así de simple", expresó la experta en cambio climático Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente, quien admitió que el resultado de este estudio “no es sorprendente”.
La experta señaló que estas olas de calor no implican necesariamente un colapso climático aún. “Todavía tenemos tiempo para asegurar un futuro seguro y saludable, pero necesitamos urgentemente dejar de quemar combustibles fósiles", subrayó.