Un brutal femicidio ocurrió esta mañana en Ituzaingó, cuando un hombre de 37 años mató a puñaladas a su expareja de 41 años cuando ella ingresaba a trabajar en un complejo de oficinas de Parque Leloir. Tras el crimen, el femicida intentó suicidarse saltando de la terraza del edificio, pero fue detenido.

La víctima fue identificada como Nancy Yanina López Gotta, de 41 años, y madre de  dos hijas, una de 17 y otra de 10 años, y murió cuando era trasladada al Hospital Bicentenario de Ituzaingó

El agresor, en tanto, fue identificado como José Corvalán Castillo, y según dijeron fuentes policiales a Télam la Justicia de Morón le había dictado una restricción perimetral hace dos semanas que le prohibía acercarse a la mujer.

El femicidio ocurrió cerca de las 8 de la mañana dentro de un complejo de oficinas y paseo gastronómico donde ambos trabajaban. La víctima era recepcionista en una empresa del lugar y el femicida empleado de mantenimiento y limpieza en otra del mismo complejo. 

Según el sitio Primer Plano Online, Corvalán Castillo la esperó escondido en uno de los baños del complejo y cuando la mujer ingresó a las oficinas del tercer piso la apuñaló en reiteradas ocasiones. Luego escapó hacia la parte superior del edificio donde rompió unos candados y amenazó con arrojarse al vacío

Nancy Yanina López Gotta tenía 41 años y era madre de dos hijas.

Tras un llamado al 911 llegó al lugar efectivos de la policía y personal de Bomberos que lo detuvieron. El caso es investigado por la UFI Nº 12 del Departamento Judicial Morón, a cargo de la fiscal María Alejandra Bonini.

Era un calvario constante”, contó Mayra, ex compañera de trabajo de la víctima en diálogo con Telenueve. Y detalló que “con anterioridad se presentó en la oficina con un golpe en la cara notorio. Ahí nos dimos cuenta del tipo de relación violenta que llevaba con él. Ella hizo la denuncia, tenía una perimetral que luego fue reforzada, esta información la teníamos directamente de ella, al margen de que no quería contar mucho porque esa situación la angustiaba o la avergonzaba". 

Además, relató que sus compañeros de trabajo "la acompañaban a la parada del colectivo, el que podía alcanzarla en un coche hasta la casa lo hacía, tratábamos de que todo el tiempo estuviera acompañada, pero tenía que manejarse sola también”.

Por último, contó que "le estaba pagando el viaje de egresados a su hija más grande", y que el agresor "no era el marido ni el papá de los chicos". "No se bancó que ella no quisiera que fuera violento”, culminó. 

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