A menos de tres semanas para las PASO, el precandidato presidencial de Unión por la Patria, Juan Grabois, encabezó un acto con uno de los referentes latinoamericanos más estimados por el kirchnerismo: el expresidente de Bolivia, Evo Morales. En un colmado auditorio de la Facultad de Odontología, Morales y Grabois disertaron sobre el litio como recurso estratégico en América Latina y reflexionaron sobre la experiencia de nacionalización boliviana. "El imperialismo sigue existiendo. Continúa operando y tiene mucho que ver con lo que está pasando en este momento en la Argentina", afirmó Grabois, quien denunció la existencia de un "nuevo ALCA" y explicó su modelo de país en términos de lo que había hecho el ex presidente boliviano: "Lo que queremos hacer no es muy distinto de lo que hizo Evo en Bolivia". "No es tiempo de colonia. Si hay unidad entre Bolivia, Argentina y Chile, si la industria está en manos del Estado, podemos ser potencia mundial", exclamó, por su parte, Evo Morales.
El auditorio de la Facultad de Odontología, repleto desde muy temprano, estaba cubierto de wiphalas. "Abajo la reforma, viva Jujuy", cantaban tres mujeres que sostenían una foto del ex presidente boliviano con la consigna "Evo 2025-2030". Había banderas de Bolivia, de Juana Azurduy y de San Martín, así como también varias wiphalas tuneadas para la ocasión, es decir con fotos de Juan Grabois impresas sobre la tela. El público era mayoritariamente joven, aunque había varios adultos mayores y una multitud de integrantes de comunidades bolivianas (había, incluso, varias cholas con sus coloridas vestimentas tradicionales). En un momento, algunes militantes aprovecharon para repartir la boleta presidencial de UxP que lleva al líder del MTE como precandidato presidencial. El texto estaba en aymará.
"Vamos la patria grande", gritaba, de vez en cuando, Martha, una mujer oriunda de Chuquisaca cuyo tatarabuelo fue testigo en el casamiento de Juana Azurduy. “Yo lo voy a votar a Juan porque soy cristinista”, les dijo, tajante con su bastón y pulover amarillo canario, a las personas que la acompañaban, aunque les advirtió que no creía que Grabois pudiera ganar la interna. “Que poca confianza tenés. En Massa no se puede confiar”, le respondió José, militante del MAS que vive en Pilar y que, cada dos minutos, identificaba a un coterraneo del otro lado del auditorio y lo saludaba a los gritos. “Nos comeremos el escuerzo después”, contestó Martha, con el mismo énfasis, mientras a su alrededor algunos negaban la cabeza como diciendo "A Massa no".
Litio e imperialismo
"No estaremos en la Sociedad Rural, pero no tenemos nada que envidiar", arrancó la diputada Natalia Zaracho, apenas Evo Morales y Juan Grabois ingresaron al auditorio. La ironía no era inocente: solo unas horas antes, Grabois había salido a cuestionar a su contrincante interno, Sergio Massa, por haber ido a "banquetear con los amos de la oligarquía" y desde el massismo habían salido a cruzarlo con dureza. La postal con Evo Morales, quien había viajado especialmente a Buenos Aires para participar del acto con el líder social, tenía, sin embargo, a todo el armado de campaña de "Justa y soberana" exultante. No esperaban un acompañamiento explícito - no lo hubo -, pero se mostraban confiados en que la foto hablaría por sí sola. "Evo lo ve a Juan como el 'Evo' argentino", afirmaba, de buen humor, un dirigente de su entorno.
"Nos quieren hacer creer que los Chicago Boys van a resolver los problemas del país, pero en Bolivia los problemas los resolvió un indio", comenzó Grabois, explicando cómo había conocido hace 10 años al ex presidente boliviano, la reunión que habían mantenido con el Papa Francisco y el viaje que, años después, había hecho al país vecino luego del golpe de Estado que lo había derrocado. "El golpe tuvo olor a Litio. Tuvo olor a ALCA, pero no al que derrotamos en 2005. El nuevo ALCA tiene que ver con el Agua, el Litio, los Combustibles y los Alimentos", expresó, y añadió: "Hoy a nosotros el litio nos lo están robando". En esta línea, y valiéndose de las declaraciones de algunos funcionarios norteamericanos - como la de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson -, redobló: "No me joroben que no existe más el imperialismo. El imperialismo sigue operando".
Ya sobre el final, Grabois blanqueó que el objetivo de la fórmula que encabeza con Paula Abal Medina era "hacer lo que hizo Evo en Bolivia": "Eso es controlar los recursos naturales y una política de tierra techo y trabajo que implica una reforma agraria, una reforma urbana y una pluralidad del sistema laboral para que estén los cooperativistas, el sector privado y el sector público con derechos laborales", explicó.
Evo Morales, por su parte, comenzó haciendo un recorrido sobre su llegada - y la de todo un sector de la población boliviana, más pobre, más india, más relegada - al poder, sobre la reforma constitucional y, finalmente, sobre la decisión de nacionalizar el gas y litio. "El imperio no acepta que haya un modelo mejor que el neoliberalismo. Alemania, Corea del Sur, Japón nos pedían litio, pero solo como materia prima. Los países altamente industrializados sólo nos quieren a los latinoamericanos para que garanticemos materia prima", reflexionó el expresidente.
"Nuestra tarea es sentar la soberanía económica", insistió Morales, que de vez en cuando era interrumpido por José - el militante del MAS - que cantaba "Vamos a volver". "Podemos ser potencia mundial. El litio no tiene que ser ni de derecha ni de izquierda, tiene que ser política de Estado", afirmó, entre aplausos. "Evo, necesitamos que Juan sea presidente de Argentina", le gritó, entonces, un hombre en el auditorio. "No me hagas problema con Alberto. Cada país tiene su propia particularidad, pero en el fondo somos todos antiimperialistas", esquivó, risueño, el ex presidente boliviano.