Al menos 51 ballenas piloto murieron este miércoles en las costas de Australia tras quedar varadas en la playa Cheynes. Las autoridades esperan que otros 45 cetáceos de la manada sobrevivan. Los voluntarios esperan que cuándo los animales recobren las fuerzas suficientes sean liberados.
La manada de ballenas piloto llegó a la playa el martes por la tarde y los ejemplares que murieron lo hicieron en la madrugada del miércoles. Según estiman los especialistas que se acercaron al lugar, los cetáceos se dirigían hacia aguas profundas. Los equipos que trabajan en el lugar mantienen a las ballenas mojadas, mientras se espera que un veterinario haga una evaluación integral de su estado de salud.
El plan para devolver a los animales a su entorno natural es que voluntarios en kayaks guíen a las ballenas hacia aguas profundas. El vocero del Gobierno australiano sobre Vida Salvaje, Jeremy Friend, consideró que sería preferible poner a todas las ballenas en el agua a la vez, para "intentar evitar que los animales vuelvan a varar".
Todavía se desconocen los motivos por los cuales las ballenas quedaron varadas, pero la científica especialista en marinos Rebecca Wellard resaltó en declaraciones a la agencia Europa Press que las ballenas piloto tienen "estructuras sociales cohesionadas" y si una queda varada, el resto la sigue. Eso podría explicar el encallamiento masivo.
Sin embargo, las condiciones meteorológicas complican el trabajo de los rescatistas. Además, existe una posible amenaza de tiburones en el lugar. "Somos optimistas, tenemos que ser optimistas en este juego", declaró el responsable de las tareas de rescate, Peter Hartley.
En octubre del 2022, cerca de 500 ballenas piloto murieron tras quedarse varadas en las Islas Chatham, un archipiélago remoto de Nueva Zelanda. Anteriormente, en 2020, otras 380 murieron en las costas de Tasmania.