Elba Selva es una exjugadora de la Selección femenina de fútbol argentino y representó al país en el Mundial de México 1971, donde durante el encuentro ante Inglaterra convirtió cuatro goles en el Estadio Azteca y consiguió el primer triunfo de nuestra Selección frente a los ingleses. Por ella, el 21 de agosto se celebra en nuestro país el Día de la Futbolista.  

En diálogo con AM750, Selva contó cómo fue representar al seleccionado nacional y celebró la actualidad del fútbol femenino en Argentina: "La AFA nunca nos apoyó, por eso pienso que es muy lindo, me encanta lo que pasa ahora con las chicas, me siento muy felíz de que tengan todo lo necesario (...) Pienso que el fútbol femenino ha avanzado mucho, todavía falta, pero ya no es como antes", manifestó la exintegrante de la Selección. 

Selva empezó jugando con varones y adquirió su gusto por el fútbol porque su padre la llevaba a La Bombonera a ver a Boca Juniors. "Me fui entusiasmando y seguí jugando hasta que un día mi mamá dijo 'no jugás más, no quiero que juegues con los varones'", contó la exjugadora. 

Y continuó: "Me anotaron en básquet. Un día, en una práctica, tiro la pelota, gira en el aro y cuando cae le pego un zurdazo que da contra la pared. Ahí me ve una compañera y me dice: 'tengo un equipo de fútbol femenino, vení a jugar con nosotras'. Yo pensé que me la había mandado Dios, porque mi mamá no quería que juegue con varones".

Entrevistada por Aquí, Allá y en Todas Partes, Selva explicó además que dejó de jugar al fútbol luego de su participación en el Mundial '71, cuando se dio cuenta del reconocimiento que las futbolistas tenían en otros países, a diferencia del recibido en nuestro país. 

"Cuando llegué de México, después de tantos reportajes, en Argentina no había periodistas, nadie esperando, entonces me pregunté por qué nadie nos reconocía y me agarró un bajón", agregó la histórica Diez de la albiceleste. 

Por último, concluyó: "Siempre es bueno que se acuerden de lo que hemos pasado (...) Ahora voy siempre al polideportivo en el que antes no había nadie y ahora está lleno de chicas de todas las edades, ¿qué más le puedo pedir a Dios?". 

Seguí leyendo: