ESPAÑA
Entregan hijos a padre violento
Juana Rivas es una mamá española, víctima de violencia de género, a la que la Justicia la obliga a entregar a sus hijos (de tres y once años) al progenitor maltratador que vive en Italia. Ella se negó y se fugó con los niños y su caso se convirtió en emblemático de las madres protectoras. El Tribunal Constitucional se negó a anular la orden de dejar a los chicos al hombre que los escupía, entre otros maltratos. Ella se encuentra fugada y sin más herramientas legales. Juana puede perder la custodia de sus hijos por negarse a revictimizarlos e, incluso, ir a prisión. Pero Juana sostuvo, en una carta: “Esconderme es la única forma de preservar sus joyas más preciadas de una auténtica pesadilla de terror”.
AFGANISTÁN
Con nombre propio
En el país del mundo donde los talibanes restringieron todos los derechos a las mujeres, un grupo de jóvenes inició la campaña “¿Dónde está mi nombre?” Los varones no llaman a sus esposas por su identificación sino como “madre de mis hijos”, “mi hogar”, “mi débil”, “mi cabra” o “mi pollo”. La idea es que se compartan los nombres de esposas y madres para que la identidad femenina no quede desdibujada. Un dirigente juvenil conservador, Modaser Islami, se opuso en Facebook a la iniciativa y escribió: “El nombre de mi madre, hermana y esposa son sagrados, igual que los velos en sus cabezas y es un indicio de su honor”.
ESTADOS UNIDOS
Víctima de la supremacía blanca
Heather Heyer murió en Charlottesville (Virginia) el sábado, atropellada por un auto, que iba a toda velocidad. Heyer tenía 32 años y regresaba de una protesta contra la marcha de supremacistas blancos. Ella era una activista por los derechos civiles y su muerte no fue un accidente. Un joven blanco de 20 años, James Alex Fields, fue acusado de homicidio y de dejar a diecinueve personas heridas por su embestida. El presidente Donald Trump fue criticado por no condenar la violencia racista que se cobró la vida de Heyer.