El voto es obligatorio y quienes no concurran a emitir su sufragio deberán pagar una multa, no podrán hacer gestiones o trámites ante los organismos estatales nacionales, provinciales o municipales por un año y no podrán ejercer cargos públicos durante cuatro años. El texto no es más que la transcripción de lo establecido por la ley y por el Código Nacional Electoral, pero fue recordado por la jueza electoral María Servini ante lo que percibe como una merma en la participación en los comicios. Servini lo dice explícitamente: realiza el recordatorio dada la baja de presentismo en la provincia de Córdoba. Al mismo tiempo, la jueza dispuso hacer una prueba sobre cómo va a funcionar el sistema de elección concurrente en CABA: elección nacional en una urna, cargos de la ciudad en otra urna, en este último caso con voto electrónico. La prueba se habrá en la escuela Nicolás Avellaneda, a metros del Palacio de Tribunales, donde la jueza tiene la sede del juzgado electoral. 

En la última década empezó a percibirse que no concurrir a votar no tiene costo. O sea que el sufragio, de hecho, dejó de ser obligatorio. Es más, Juntos por el Cambio (JxC) amagó más de una vez con presentar un proyecto para que el voto sea voluntario, algo siempre rechazado por el peronismo: en general, cuando el voto no es obligatorio, los que no concurren suelen ser humildes, de las franjas más necesitadas. La marginación pasa a ser no sólo económica, sino también política. La realidad es que la sanción económica es baja -suele ser de 50 pesos- y la sanción de no poder hacer trámites no se aplica. Frente a ese cuadro de situación, Servini empieza a tomar medidas.

Aunque se menciona que hubo más ausentismo en las elecciones provinciales realizadas hasta ahora, el fenómeno obedece a distintas razones.

* Hay bastantes diferencias entre unos distritos y otros. En algunos se mantuvo el presentismo de hace cuatro años y en otros distritos hubo una baja. 

* Hubo provincias en las que se utilizó la boleta electrónica o la boleta única. Muchos ciudadanos no entendieron bien la mecánica y marcaron el voto en una categoría y no en otra. Es lo que ocurrió en Santa Fé o Tierra del Fuego, por ejemplo.

* En general, hay que decir que las PASO suelen tener menos drama que una elección general en la que verdaderamente se juega una especie de semifinal. Ni hablar del ballottage. En las generales o en la segunda vuelta pesa lo que se llama el voto-útil, “tengo que votar sí o sí a tal para que no gane tal otro”. En las PASO hay ciudadanos que creen que el voto no es obligatorio y que es una especie de precalentamiento, no un verdadero partido en el que se definen cosas. 

El director Nacional Electoral, Marcos Schiavi, sostuvo en diálogo con Página/12 que “hay que ser cautelosos al evaluar el presentismo. Es cierto que después de la pandemia aumentó el porcentaje de personas que no votan, pero depende mucho de cada caso. En Tucumán y San Juan, por ejemplo, votó la misma proporción que hace cuatro años. En dos provincias donde los resultados estaban como cantados, Río Negro y Corrientes, la participación bajó, mientras que en Neuquén, donde era muy pareja la competencia, se mantuvo. También el instrumento de votación es importante: en algunos casos la gente no supo cómo marcar en distintas categorías de voto. Hay un hecho que es verdad: antes, la cuestión de que la gente vaya a votar no era un tema de campaña, ahora es un tema de campaña”. Es decir, antes la mayoría tenía conciencia absoluta de que debía concurrir a las urnas y ahora hay que convencer a los que están dudosos, decepcionados o muy lejos de la política.

Comicios porteños

Además del texto recordando que el voto es obligatorio, Servini emitió otra resolución específicamente para CABA. La magistrada decidió hacer una prueba en la Escuela 8 Nicolás Avellaneda, sita en Talcahuano 680, desde este miércoles 26 hasta el viernes 28 de julio, de 9 a 16. “A modo de prueba -explica Servini- y a fin de que el electorado del distrito tenga una primera aproximación a los dos sistemas, se evaluarán las distintas circunstancias que condicionan el desarrollo de la jornada electoral”. Se trata de una aproximación al sistema que regirá el 13 de agosto, boleta de papel para las cuatro categorías nacionales y boleta única electrónica para las tres categorías de CABA. Servini invita a los ciudadanos que quieran concurrir en ese horario -9 a 16- para participar de la prueba. Según se sabe, el ciudadano arranca por el voto nacional, con el sistema que todos conocen. Una vez introducido el sufragio en la urna, las autoridades no le devuelven el documento, sino que tiene que pasar detrás del biombo a la máquina electrónica en la que deberá decidir su voto para elegir jefe de gobierno porteño y los demás cargos del distrito. 

Como señala Schiavi, hay un ingrediente nuevo en el cuadro electoral: que la gente vaya a votar es un tema de campaña. Antes todos lo daban por obligatorio y punto. Después de la pandemia las cosas cambiaron. Los encuestadores suelen decir que la baja concurrencia es una mala noticia para el peronismo que, justamente, tiene mayor intención de voto en los sectores humildes, menos politizados, que son los que suelen ausentarse. Más todavía en estos tiempos porque están enojados por la baja en sus ingresos. Para Unión por la Patria es todo un desafío movilizar a los votantes. Y una clave será que los gobernadores y especialmente los intendentes se metan de lleno en la campaña y pongan a todas sus estructuras a pelear el voto.