El joven encontrado asesinado el martes de varios balazos en barrio Las Flores, en un arrabal llamado Ciudad Perdida, fue identificado ayer como Paulo Alejandro Maciel, de 26 años. Las pericias indicaron que recibió disparos en la cabeza, la espalda y las piernas. El Ministerio Público de la Acusación (MPA) difundió la identidad del joven asesinado, quien fue identificado a través de las huellas dactiloscópicas ya que la víctima no llevaba documentación. Tampoco sus familiares se acercaron de inmediato. En rigor, un deja vu permanente en su vida.
Paulo era oriundo de Villaguay, Entre Ríos, y de acuerdo al informe de la Red Puentes, dedicada al abordaje comunitario de consumos problemáticos, lo cobijó al menos durante un tiempo.
La ONG le informó al Juzgado de Familia y Penal de Niños y Adolescentes N°2 de Concordia, el 8 de noviembre de 2018 sobre la situación del joven que había sido privado de su libertad por la justicia entrerriana en dos oportunidades.
Cuando Paulo tenia 21 años comenzó a transitar el Centro de Día Puentes en el mes de junio de 2018. Puentes cuenta con talleres recreativos y de oficios y con un equipo interdisciplinario para la atención individual compuesto por una médica generalista, una médica psiquiatra, tres psicólogas, una trabajadora social y un abogado.
En un informe de ese tiempo al que accedió Rosario/12 se señala que "el ingreso de Paulo se produjo de manera voluntaria, es decir, sin derivación de ninguna institución de la ciudad, siendo que él mismo refirió como lugar de procedencia Villaguay, Entre Ríos. Asimismo, refirió haber arribado a Rosario a principios de año con un hombre que le ofreció trabajo de albañil. Luego de finalizar ese trabajo donde aparentemente no le pagaron lo que correspondía, queda en situación de calle, siendo su lugar de referencia la Terminal de Ómnibus. Es así que ingresa al Centro de Día el 14 de junio de 2018 y se le realiza entrevista de admisión. Cabe destacar que el mes de ingreso al centro de día coincide con la apertura del refugio municipal de invierno para personas en situación de calle, asistiendo allí a los pocos días".
Luego de un tiempo de que Paulo durmiera en el refugio, las operadoras de Puentes gestionaron otro tipo de alojamiento, por lo cual comenzó a dormir en el Centro de Noche del Programa Andrés, que es una Asociación Civil sin fines de lucro dedicada a la Salud y los Derechos Humanos, comenzando a trabajar en conjunto con el equipo que trabaja allí.
El documento reseña que Paulo asistía "con regularidad al centro de día realizando los diferentes talleres, específicamente el de herrería/carpintería y el de panificación, este último se inscribe en el Programa Nueva Oportunidad de la provincia, contando por ello con una beca. En el marco de este programa provincial Paulo comenzará a trabajar en el mantenimiento de las colonias de verano que dispone la provincia como propuesta de actividades estivales".
Según el escrito "con respecto a su salud integral, luego de su ingreso comenzamos a realizarle a Paulo varias entrevistas. No tenía controles recientes de rutina, por lo tanto, se gestiona la realización de laboratorios en el Hospital Centenario para evaluar su estado de salud, dando un resultado óptimo. Además, se encuentra realizando tratamiento específico de psicoterapia semanal en relación a su policonsumo problemático de sustancias. Se encuentra lúcido, globalmente orientado, con conciencia de enfermedad y juicio de criterio de la realidad conservado, muestra predisposición para el abordaje evolucionando favorablemente en esta temática".
En ese momento el personal que lo atendió remarcó también que "en lo que respecta a su contexto familiar, actualmente no mantiene vínculo ni contacto con ningún miembro de su familia, aunque refiere tener necesidad de hacerlo". Tal vez un calco de lo que ocurría en estos últimos tiempos, aunque en rigor la fiscalía aún no pudo tener información.