La esgrima mundial se convirtió en noticia, por un hecho extradeportivo que recorrió el mundo y que llegó hasta esferas gubernamentales. Es que la competidora ucraniana Olga Jarlan se negó a saludar a la rusa Anna Smirnova tras derrotarla en el mundial de la disciplina que se disputa en Milan, por lo que los organizadores decidieron descalificarla. Tras la resolución, el gobierno de Ucrania calificó la decisión de "absolutamente escandalosa" en el marco de la guerra que lleva ya más de 17 meses.
Jarlan es la primera ucraniana en enfrentarse a una rusa en cerca de un año y medio, gracias a la modificación de un decreto del Ministerio de Deportes que prohibía a los atletas de sus delegaciones oficiales participar en competiciones en las que figurasen pares de Rusia y Bielorrusia.
El texto ahora precisa que el veto es para participar en competiciones en las que haya "deportistas que representen a la Federación de Rusia o a la República de Bielorrusia", lo que deja afuera a quienes participan con bandera neutral, en una flexibilización que parece alejar la perspectiva de un boicot de Kiev a los Juegos Olímpicos que se realizarán en París el año próximo.
El miércoles, previo a este cambio, el esgrimista ucraniano Igor Reizlin no había podido entrar a la pedana para medirse con el ruso Vadim Anojin, pero con la modificación, Jarlan obtuvo el visto bueno para enfrentar a Smirnova, que se presentó al mundial bajo bandera neutral. Sin embargo, su descalificación, tras negarse a darle la mano al final del duelo, demuestra que la situación todavía está lejos de resolverse.
Después de haber derrotado con claridad a Smirnova, Jarlan, cuatro veces medallista en Juegos Olímpicos, se limitó a un saludo protocolar con el árbitro y evitó hacerlo con su adversaria. Ante esa negativa a un apretón de manos, Smirnova protestó y se negó a abandonar la pista durante casi una hora después del final del duelo. Negarse a saludar es sancionado con una descalificación en el reglamento de la Federación Internacional de Esgrima.
La decisión de los organizadores de dejarla afuera del certamen fue tachada de "absolutamente escandalosa" por Mijail Podoliak, asesor cercano al presidente ucraniano VolodImir Zelenski.
A excepción del tenis, donde los jugadores no forman parte de una delegación oficial, no había habido otros enfrentamientos entre deportistas de los dos países desde la invasión rusa. "Estoy realmente orgullosa de nuestros jugadores de tenis y me imagino en su lugar, enfrentar a gente cuyo país bombardea y mata a nuestros compatriotas", había afirmado hace unas semanas Jarlan a la agencia de noticias AFP.
La esgrima fue el primer deporte en reabrir la puerta a los rusos y bielorrusos en marzo. Tenis de mesa, canotaje o remo también siguieron las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional, que había promovió su regreso en marzo, bajo bandera neutral y a título individual. En esgrima, 30 rusos y 51 bielorrusos recibieron en abril la catalogación de "deportista individual neutral" después del examen de sus dosieres y de la aprobación por el comité ejecutivo de la Federación Internacional de Esgrima.