Intelectuales, científicos y referentes de la cultura de diversos ámbitos convocan a apoyar la fórmula presidencial de Unión por la Patria que integran Sergio Massa y Agustín Rossi. A través de un documento que están difundiendo para sumar adhesiones, destacan la importancia de defender una "democracia siempre ampliada, más justa y soberana", al tiempo que advierten sobre la “receta del neoliberalismo” que pretenden restaurar candidatos de la oposición. La convocatoria culminará con un acto el próximo jueves, en el que estarán presentes los precandidatos a presidente y vice. Desde la organización esperan replicar estos encuentros en otros lugares del país y ampliar la convocatoria a sectores que apoyan a Juan Grabois tras las PASO.
"En las próximas elecciones se dirimen dos proyectos antagónicos de nación", afirman los convocantes. “El que nosotros/as defendemos -aseguran- representa a las grandes tradiciones políticas populares que se sintetizan en el peronismo, el kirchnerismo y en esas otras fuerzas herederas de las izquierdas y el amplio espectro del progresismo que forman parte de Unión por la Patria, el que logró sacar a la Argentina de la tragedia social y económica del 2001 a partir de mayo de 2003 inaugurando 12 años de reparación de un país devastado por el neoliberalismo”. Del otro lado, advierten, está “la oposición de derecha que ya no oculta sus intenciones”, y que buscará aplicar “la receta del neoliberalismo”, que ya fue impulsada durante el gobierno macrista con el “endeudamiento desastroso” contraído con el FMI, sumado a “una brutal caída del salario real, a una virtual parálisis del aparato productivo y a un vaciamiento del Estado”.
La iniciativa comenzó a tomar forma durante el último mes, con una serie de reuniones en las que participaron intelectuales referenciados en distintos espacios de UxP, con el aval del propio Rossi. Según pudo reconstruir Página/12, la solicitada fue impulsada desde el comienzo por Ricardo Forster, Eduardo Jozami, Nahuel Sosa, Mercedes Marcó del Pont, Eduardo Rinesi, Hernán Brienza, Florencia Saintout y Dora Barrancos. Luego se sumarían al armado sectores del Frente Renovador, como Marina Salzmann, y otros con contacto con el presidente Alberto Fernández, como Cecilia Todesca.
El documento comenzó a circular el jueves y ya reunió más de mil firmas, entre las que no solo destacan personalidades de la ciencia y el mundo académico, sino también artistas y referentes de la cultura como Mex Urtizberea, Rita Cortese y Cecilia Roth. Los convocantes esperan superar ampliamente esa cantidad para el próximo lunes, día en que publicarán oficialmente el documento con todas las voluntades que se hayan sumado. Asimismo, para el jueves 3, a las 17, está previsto un acto con la presencia confirmada de Massa y Rossi, y la participación de los adherentes al documento. Aunque aun no hay una locación definida, se especula con que puede ser en el CCK o el teatro El Picadero.
"Estamos convencidos de que es la fórmula encabezada por Sergio Massa y Agustín Rossi, la única que expresa el espíritu de unidad de las fuerzas populares que integran Unión por la Patria y que puede llevar adelante este desafío, por eso cuenta con nuestro apoyo, acompañamiento y compromiso militante en las próximas elecciones", afirma el documento. Con el foco puesto en contribuir con el desempeño electoral del frente oficialista, los organizadores planean replicar el encuentro del próximo jueves en otros puntos del país y, en caso de ganar las PASO, ampliar la convocatoria a los sectores que respaldan la candidatura de Grabois. El objetivo, aseguran, será unificar la campaña de cara a las elecciones generales de octubre.
El texto completo:
La democracia por venir para una patria justa, libre y soberana
Nos encontramos en apoyo a la fórmula encabezada por Sergio Massa y Agustín Rossi que expresa el espíritu de unidad de las fuerzas populares que integran Unión por la Patria.
Una vez más los argentinos y las argentinas nos disponemos a ejercer nuestro derecho a elegir a quienes serán los depositarios de nuestras esperanzas, de nuestros deseos y de nuestros sueños. Y lo hacemos en un año emblemático en el que festejamos las cuatro décadas de recuperación y consolidación de la democracia después de haber vivido la más tenebrosa noche de nuestra historia. Sin embargo, algunas señales ominosas nos recuerdan que nada está garantizado para siempre ante las embestidas de fuerzas de derecha que buscan condicionar derechos históricos al tiempo que reintroducen políticas del odio que parecían desterradas.
Si algo aprendimos en estos años es que la democracia es un proyecto colectivo en permanente construcción que atraviesa, como las personas y la sociedad toda, ilusiones y desilusiones, grandes expectativas y encrucijadas, apuestas arriesgadas y retrocesos, oportunidades y peligros.
La democracia es el tejido que se entrelaza con los hilos de la memoria y las propuestas de futuro, como un espacio y una forma de construcción colectiva permanente —no solo al momento de celebración de las elecciones— para lograr mejoras en las condiciones de vida de todas y todos. Saber escuchar las nuevas voces, las frustraciones, los miedos y los enojos es siempre el desafío de la democracia que debe ser capaz de reinventarse y solidificarse ante las amenazas de aquellos que utilizando palabras y símbolos propios de tradiciones democráticas las reconvierten en favor de una profunda regresión social, política, económica y cultural.
Construir democracia también es garantizar el derecho de todos y todas a la educación, a la salud, al trabajo digno, a la vivienda y a una convivencia sostenida en la diversidad y el pluralismo político, cultural y de estilos de vida. Es garantizar derechos laborales y jubilatorios y apostar por un desarrollo económico en base a una transformación de la estructura productiva, en todo el territorio nacional y para todas las personas que lo habitan. Este desarrollo supone la utilización sustentable de los recursos naturales, y su transformación a través de empleos dignos, con derechos y buenos salarios, y capacidades científico-tecnológicas, que se componen no solo del conocimiento de las y los científicos sino también del saber aplicado de cada trabajadora y trabajador, en una articulación virtuosa entre la educación pública de calidad y el entramado productivo. Estos procesos productivos y creativos deben tener en cuenta el manejo sustentable de los recursos y su aprovechamiento con justicia social, íntimamente relacionado con las comunidades en donde los mismos se encuentran y con sus formas de vida. Es garantizar a las generaciones futuras el derecho a vivir en una naturaleza cuidada.
En paralelo, la ampliación de las capacidades productivas debe considerar la “economía del cuidado” de forma tal que las mujeres y diversidades —sobre quienes recaen cotidianamente las múltiples tareas de cuidado— puedan integrarse al mercado de trabajo en los sectores dinámicos y con buenos salarios. Es estar abiertos al mundo sin perder nuestro horizonte latinoamericano y sin jamás renunciar a nuestra soberanía dejando que nuestros recursos naturales se conviertan en botín de intereses poderosos ni en prácticas extractivistas que los depreden. Es asumir una política exterior multilateralista que nos permita eludir el abrazo de oso del imperio estadounidense y de su instrumento ejecutor: el FMI. Es, también, terminar con el dominio patriarcal, con toda forma de racismo, de xenofobia y de exclusión.
Constituye, la democracia, aquello que hemos sabido construir bajo la forma de la libertad reconquistada desde diciembre de 1983, que se consolidó cuando en 1985 se juzgaron a los responsables del Terrorismo de Estado, que se profundizó con los derechos sociales y civiles que deben ser continuamente ampliados y defendidos en tanto fundamento de la genuina vida compartida allí donde amenazas de regresión han intentado, ayer y hoy, debilitarla y vaciarla de sentido. Pero que también es expresión de la persistente búsqueda de una sociedad más equitativa e inclusiva en consonancia con esa ampliación de derechos sostenida por tres palabras propias y originales de nuestra travesía histórica y que le han dado una nueva significación al sentido de patria y de pertenencia: memoria, verdad y justicia que siendo patrimonio compartido por amplias mayorías hoy busca ser deslegitimada por discursos negacionistas que intentan destruir uno de los pilares de una Argentina que se ha convertido en ejemplo mundial de defensa irrestricta de los derechos humanos.
Le tocó primero a Raúl Alfonsín tomar la decisión histórica del juicio a las juntas militares y, cuando se retrocedió primero con las leyes de impunidad y luego con los indultos, fue Néstor Kirchner quien, bajo su gobierno, posibilitó la derogación de esas leyes y de los indultos del menemismo para rehabilitar los juicios por crímenes de lesa humanidad.
Democracia que también se vacía cuando reaparece la violencia encarnada en el intento de asesinato de la ex Presidenta de la Nación -expresión de uno de los mayores liderazgos de la historia argentina-, que no ha suscitado un repudio masivo del conjunto de las fuerzas políticas ni una genuina investigación judicial que logre llegar hasta el hueso de los ideólogos del intento de magnicidio. Democracia es verdadera justicia independiente y un poder judicial que no responda a intereses corporativos ni actúe como si fuera una rémora monárquica. La continua y persistente persecución a Cristina Fernández de Kirchner no es otra cosa que el intento de proscribirla y de impedir que siga jugando el rol de liderazgo del campo popular. Su compromiso y su perspectiva estratégica han permitido que la fórmula integrada por Sergio Massa y Agustín Rossi sea la que pueda llevar adelante el sueño de una sociedad con una democracia siempre ampliada, más justa y soberana.
La democracia es una poderosa fuerza que nace de lo profundo de la nación y que también sabe de dificultades, fragilidades y desafíos. La democracia, siempre incompleta y por hacerse, es la irrenunciable amalgama hecha de libertad, igualdad y soberanía.
Democracia es la conjunción de todos los derechos individuales y colectivos en consonancia con el fortalecimiento de una economía distributiva y un Estado social que se constituya en garantía de la efectiva realización del bien común; sabiendo que para alcanzar esas metas se tuvo y se tiene que enfrentar a intereses corporativos poderosos que, desde el fondo de nuestra historia, siempre han buscado impedir una más justa distribución de la renta. Es contra este núcleo central de la vida democrática contra el que se alzan las fuerzas reaccionarias de matriz neoliberal que buscan horadarla hasta vaciarla de todo contenido emancipatorio. No hay libertad genuina sin igualdad ni democracia real sin una economía puesta al servicio de las mayorías.
Enfrentamos la amenaza de la derecha contra las conquistas del feminismo y de las diversidades sexo genéricas. La represión desencadenada contra el pueblo jujeño por el gobernador Gerardo Morales constituye el laboratorio de aquello que están dispuestas a hacer esas fuerzas de derecha a la hora de implementar un proyecto regresivo y antidemocrático. Lo que pretenden es mutilar la democracia restringiendo derechos y acallando las protestas de los más diversos sectores populares que no aceptan someterse a ese proyecto depredador de nuestros recursos.
En las próximas elecciones se dirimen dos proyectos antagónicos de nación. El que nosotros/as defendemos, el que representa a las grandes tradiciones políticas populares que se sintetizan en el peronismo, el kirchnerismo y en esas otras fuerzas herederas de las izquierdas y el amplio espectro del progresismo que forman parte de Unión por la Patria, el que logró sacar a la Argentina de la tragedia social y económica del 2001 a partir de mayo de 2003 inaugurando 12 años de reparación de un país devastado por el neoliberalismo. Reparación que supuso alcanzar una distribución del 50 por ciento de la riqueza a favor de los y las trabajadoras, que se enfrentó al poder mediático defendiendo la democratización de la comunicación, que recuperó el sistema previsional en un tiempo de reparación que incluyó también la reestatización de Aysa, de Aerolíneas argentinas y la recuperación de YPF que hoy hacen posibles realidades como Vaca muerta y la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Que tuvo que enfrentar desde diciembre de 2019 las consecuencias del endeudamiento desastroso generado por Mauricio Macri con la complicidad del FMI sumado a una brutal caída del salario real, a una virtual parálisis del aparato productivo y a un vaciamiento del Estado que siempre termina siendo la receta del neoliberalismo y que hoy vuelve a ser esgrimida por la oposición de derecha que ya no oculta sus intenciones; que tuvo que hacerse cargo del tremendo impacto de la pandemia que azotó al planeta reconstruyendo el sistema de salud pública degradado por el macrismo y garantizando con diversas políticas sociales y económicas la continuidad de la actividad productiva, de los subsidios a quienes viven en la informalidad y de la mitad de los salarios de los y las trabajadores de decenas de miles de empresas de todo tipo y tamaño; de las consecuencias calamitosas de la guerra ruso-ucraniana y de la peor sequía del siglo sin renunciar a sostener y a ampliar los derechos al tiempo que se reconstruyó el Estado.
Sabemos que todavía queda una deuda fundamental con las grandes mayorías populares en términos de recuperación del poder adquisitivo de los salarios, de una mejor y más equitativa distribución de la riqueza y de un mayor crecimiento del empleo para que todos los trabajadores tengan acceso a los derechos que nuestra constitución nacional establece. Deuda que nuestro próximo gobierno tendrá que resolver sabiendo que deberá enfrentar intereses poderosos de afuera -el FMI y sus condicionamientos- y de adentro -los grupos económicos y mediáticos formadores de precios y grandes responsables de la inflación-. Ese es el desafío: profundizar la potencia democrática en consonancia con un proyecto de nación soberana y federal que sea capaz de poner la economía al servicio del pueblo. Estamos convencidos de que es la fórmula encabezada por Sergio Massa y Agustín Rossi, la única que expresa el espíritu de unidad de las fuerzas populares que integran Unión por la Patria y que puede llevar adelante este desafío, por eso cuenta con nuestro apoyo, acompañamiento y compromiso militante en las próximas elecciones.
Firmas: Taty Almeida, Mex Urtizberea, Cecilia Roth, Dora Barrancos, Ricardo Forster, Eduardo Rinesi, Daniel Filmus, Florencia Saintout, Nahuel Sosa, Maria Seoane, Tristán Bauer, Juano Villafañe, Rocco Carbone, Glenn Postolski, Daniel Rosso, Eduardo Jozami, Cynthia García, Rita Cortese, Cecilia Todesca Bocco, Diego Hurtado, Juan Carlos Junio, Juan Sasturain, Jaime Sorin, Hernán Brienza, Edgardo Mocca, Cecilia Rossetto, Alejandro Apo, Ignacio Copani, Graciela Morgade, Mariano Hamilton, Fernando Peirano, Osvaldo Santoro, Emilia Faur, Bernarda Llorente, Artemio López, Mercedes Marcó Del Pont, Marina Salzmann, Gustavo Garzón, Jean Pierre Noher, Carolina Papaleo, y siguen las firmas.