Un abogado no vidente que por las noches se viste de demonio y sale a patear malvivientes por las calles de Hell’s Kitchen. Una investigadora privada con menos pulgas que el tiburón de Spielberg y una fuerza extraordinaria a pesar de su marcada afición por la botella. Un morocho descomunal con turbio pasado, una trompada feroz y la piel acorazada a las balas. Un millonario heredero criado en un templo místico que cuando enfoca su chi enciende el puño y puede tirar abajo una pared. Son personajes bien diferentes y en algún punto hasta opuestos, pero comenzarán a formar equipo para, como suele suceder en estos casos, combatir el mal en todas sus formas. He ahí la premisa de Defenders, la nueva gran apuesta de Marvel que debuta hoy en Netflix, tras el precalentamiento que significaron Daredevil (dos temporadas), Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist. El multiverso y el crossover estilo Avengers tienen ahora su versión televisiva.
De hecho, el equipazo que explota taquillas en la gran pantalla desde hace unos años flota sobre esta nueva ficción superheroica: en más de una ocasión, en las series indidivuales se hace alusión a algún personaje o al “incidente”, e incluso en un pasaje de Defenders hay un vendedor callejero ofreciendo DVD’s truchos con imágenes de Iron Man, Hulk, Capitán América, Thor, Hawkeye y Viuda Negra luchando contra la invasión Chitauri... y demoliendo medio Manhattan en el trámite. La escala de destrucción de los Defensores es bastante menor, pero sus propósitos son similares. El demonio de Hell’s Kitchen ya se las vio con Wilson Fisk (a) Kingpin y The Punisher (que tendrá, cómo no, su propia serie), y perdió a su amada Elektra; Jessica tuvo que lidiar con Kilgrave, el tipo al que le bastaba dar una orden para que quien escuchara obedeciera en el acto; Cage se metió con el crimen organizado por el mafioso Cottonmouth y terminó en la cárcel; Danny Rand (a) Iron Fist se cruzó en el camino de la Mano, poderosa organización a vencer en la nueva serie, una de cuyas líderes, Alexandra, es nada menos que Sigourney Weaver.
Lo que se verá a partir de hoy es el modo en que los caminos de esos cuatro personajes signados por pérdidas varias –de algún modo, el leit motiv de todo superhéroe– terminan confluyendo, hasta una escena deliciosa en un restorán chino que disipa toda posible duda sobre el proyecto. Hay química entre Charlie Cox (Matt Murdock / Daredevil), Krysten Rytter (Jones), Mike Colter (Cage) y Finn Jones (que llegó al papel de Danny tras saltar al estrellato como Ser Loras Tyrell en Game of Thrones). De algún modo, ayudan a tender el puente personajes como Claire Temple, la enfermera que termina siempre en el medio de las andanzas de los superhéroes –a la que Rosario Dawson da el tono justo–, y el enigmático Stick (Scott Glenn), mentor de Daredevil que, sin vueltas, informa al cuarteto: “Si no se unen, la Mano destruirá todo”. Pero, sobre todo, la serie de Marvel/Netflix tiene aquello que también distingue a sus superheroicos colegas de la pantalla grande: un buen humor que la diferencia de la aplastante gravedad de experimentos de la rival DC como Batman V. Superman-Dawn of Justice. Sin necesidad de caer en la comedia hecha y derecha, en Defenders hay momentos de acción y tensión, pero también grandes cruces verbales entre sus protagonistas que agregan encanto. PáginaI12 participó del encuentro de un reducido grupo de medios latinoamericanos con Finn Jones y Charlie Cox; aquí se ofrece un extracto de la charla.
–Es interesante ver a estos personajes juntos por primera vez. Pero a la vez no confían uno en el otro, al menos no del todo. ¿Cómo se irá construyendo esa confianza?
Finn Jones: –Creo que ese es uno de los puntos centrales de este show, cómo hacer para que estos individuos a los que les gusta andar solos, que no son muy buenos en confiar en la gente, consigan coincidir en una misma habitación y permanecer juntos y confiar unos en otros. Creo que el desarrollador Marco Ramírez hizo un trabajo fantástico en manejar eso. Se trata de tomar estos personajes, sus tonos individuales, y hacerlos funcionar como una unidad.
–Es curioso porque a la vez se produce una buena química entre ustedes. Esa escena en el restaurant... tiene sentido del humor, algo no tan común entre los superhéroes.
F. J.: –Sí, es divertido, y es que se trata de una celebración. Charlie ya ha trabajado en su personaje durante dos temporadas, y los otros dos actores y yo tuvimos una temporada completa, y la combinación, el momento en el que finalmente se juntan, es realmente algo divertido. Es una celebración de los cuatro superhéroes. Hace tiempo que estos personajes se están acercando, y cuando finalmente se juntan es explosivo. ¡Me alegra que se transmita en la pantalla!
–¿Qué valores de la humanidad se proyectan sobre estos personajes?
F. J.: –Yo creo que cuando se lo ve a Danny se ve a un hombre joven que está tratando de llevar sobre sus hombros una gran responsabilidad, tratando de conciliar con su pasado y a la vez tratando de ser un poco menos cabezadura, con él y con el ambiente que lo rodea.
Charlie Cox: –En esta serie en particular el salto que Daredevil debe hacer exige que tenga la mente más abierta: él suele tener la mente más cerrada particularmente en el área de trabajar con otros, en reconocer la necesidad y el beneficio de obtener ayuda. No tiene ningún deseo de trabajar con otras personas, de algún modo es forzado a esa situación, y no es capaz de reconocer inmediatamente que necesite ayuda, pero resulta beneficioso en términos de productividad y a la vez porque es bueno para su espíritu... termina haciéndole bien cruzarse con estos individuos y ser capaz de ligarse a ellos.
F. J.: –Danny es un eterno optimista, que quizá no es algo tan habitual en un superhéroe. Es un tipo feliz, que siempre trata de encontrar lo bueno en la vida. Tiene sus demonios, sus complejidades, pero va oscilando entre ambas facetas.
–Quizá lo que une a estos personajes es que de algún modo están definidos por sus pérdidas. Todos han perdido algo o a alguien.
F. J.: –Es cierto, Danny ha perdido a sus padres y estuvo fuera quince años, pero a la vez conserva el optimismo. A pesar de todos los pronósticos, a pesar de que parecen tener todo en contra, puede encontrar optimismo en su interior, que es lo que le permite ser Iron Fist. Si no, no podría canalizar toda esa fuerza. Me encanta esa faceta de Danny, esa fuerza de espíritu.
–Los superhéroes suelen ser estereotípicos, sus pérdidas, sus problemas en el uso del poder... Habiendo tantos superhéroes en pantalla, ¿sienten como actores que tienen más material para trabajar, para evitar esos estereotipos?
F. J.: –Sí, sí. Es decir, en el comienzo de Iron Fist Danny no sabe que es un superhéroe, no sabe qué significa serlo; en el curso de esa serie y de Defenders empieza a entender qué es. Muchas horas de televisión permiten hacer crecer un personaje, entender cómo funciona: es buenísimo que Netflix permita tener tanto tiempo para poder contar una historia.
–Usted, Cox, ha estado desarrollando a Matt Murdock durante dos temporadas: hay más información de este personaje.
C. C.: –Creo que solo recientemente entendió la tentación de ser un superhéroe, y se ha enfocado en la habilidad que da el poder. Creo que una de las razones del interés que encontró y el éxito de este show es que durante varias horas pudimos ver cómo este personaje se vincula con lo que es capaz de hacer, el modo en que vuelve a su casa y se sienta en el sillón y reflexiona sobre eso y sobre lo que ha hecho. Para mí eso es muy interesante, porque cuando sale se dedica a llevar a la justicia a la gente que cree que debe ir ante la justicia, pero entonces vuelve a casa y vemos su cara, las dudas reflejadas en su rostro, el miedo y la vergüenza por lo que está haciendo. Esa es la clase de cosas con las que la gente normal se puede relacionar, lo realmente interesante de lo que ofrecemos con estos shows.
–Iron Fist recibió muchas críticas, pero ahora reaparece en Defenders y tiene confirmada una segunda temporada. ¿Qué opina Finn hoy de esas críticas?
F. J.: –Creo que fue algo raro, porque cuando aparecieron los primeros episodios de Iron Fist yo solo recibí comentarios favorables, con amor y admiración hacia la serie y el personaje. Creo que tres veces por semana escuché a gente de Netflix que me decía “no escuches lo que están diciendo, nosotros amamos el show, lo apoyamos y nos gusta lo que pasa con el personaje”. Sé que hubo algunos comentarios negativos pero que no representaron lo que opinó el público en general. Y el personaje tal como lo vemos en Defenders está embarcado en un viaje honesto, no se lo ve a como un superhéroe perfecto: en eso no hay diversión. La diversión es tomar un personaje con sus fallas, volátil y por momentos frágil, y hacerlo crecer, que se convierta en alguien con un propósito, un objetivo y una responsabilidad. Una de las grandes cosas de Defenders es que conoce a estos otros héroes, gente con sus habilidades, y se asombra, lo maravilla el modo en que usan sus habilidades con responsabilidad. Va a ser algo muy satisfactorio ver a Danny interactuando con ellos y entendiendo en qué se puede convertir. Me encanta que tengamos un largo trecho para darle forma a esa historia.
–¿Cómo se hace para conformar al fan cuando el comic Daredevil lleva más de cincuenta años publicándose? Para colmo, el público comiquero no es fácil...
C. C.: –Creo que si uno se pone a leer todos los comics de Daredevil, de 1964 a la fecha, se encuentra con un amplio rango del personaje de Matt Murdock, que cambia mucho según quién escribe la historia. En lo visual, en el tono de los comics, cambia dramáticamente si es material de Stan Lee y Bill Everett, de cuando empezó, o el de Brian Michael Bendis o el de Frank Miller. Es como un comic diferente. Es imposible complacer a todos. Habrá quien prefiera a un Daredevil de corazón menos recargado, otro que lo prefiera más gracioso. Cuando leí los guiones y volví al comic, mi trabajo fue ver todos esos trabajos de escritores e ilustradores y ver cuáles de ellos estaban mejor representados en el show. Me enfoqué en ellos y empezó a tener sentido, cosas de Bendis y de Alex Maleev, algo de Ed Brubacker.
–Es algo que le dio libertad, ¿no? La posibilidad de elegir entre todas esas opciones...
C. C.: –Sí, pero a la vez es importante ser específico, es algo peligroso tratar de complacer a todos. Yo a menudo hablo de “este Matt Murdock”, no de “Matt Murdock” a secas. Es este Murdock, de este modo.
–El personaje de Stick, que parecía lateral, empieza a parecer importante.
F. J.: –Es muy importante en su rol de hacer que se junten, y es importante para Danny porque le da mucha información necesaria. Stick es esencial para el crecimiento de Danny, para que ponga los pies sobre la tierra y entienda su lugar y su rol como Iron Fist. Stick le da información que hace que diga “Oh, este soy yo, esto es lo que significa”.
–Antes de Wonder Woman estuvo Jessica Jones. ¿Qué opinan de tener una superheroína encabezando una historia?
C. C.:–Es una pena que Krysten no esté aquí porque contestaría muy bien a esa pregunta, pero hay algo que ella siempre dice y que me encanta, que es que en Defenders nadie puntualiza que ella sea una mujer, nadie hace ninguna referencia a que sea una mujer entre hombres. Que a los escritores ni se les haya ocurrido que haya una escena en la que se hable de eso es una evidencia de un gran progreso: aquí no hay tres superhéroes y una chica, hay cuatro superhéroes, y me parece una gran muestra de respeto. Yo vi Wonder Woman y me pareció fantástica; Krysten podría hablar mejor que yo de esto, pero cuanto menos referencias haya a ese elemento más fácil será hacer progresos en la igualdad de género.
J. F.: –Por otra parte, Jessica no es la única mujer fuerte, hay en esta serie varios personajes asombrosos: Alexandra, Claire, Misty Knight, Karen Page, Madame Gao, Colleen, Elektra... son muchas, y me hace sentir orgulloso estar en un show con tantas mujeres maravillosas.