“Creo que es un acto de justicia espectacular y además lograrlo en un contexto tan difícil como el actual, es para celebrar por partida doble, ¿no?” Ignacio Varchausky está por las nubes de alegría. El contrabajista es uno de los rostros más emblemáticos de la generación del tango actual y gran parte de eso se debe a su trabajo con (y para) la Orquesta escuela Emilio Balcarce que este viernes, a veintitres años de su fundación, fue finalmente institucionalizada por la DGEART –Dirección General de Educación Artística- de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El nuevo estatuto no sólo significa un reconocimiento simbólico, sino también mejoras concretas para su funcionamiento, explican tanto desde la Dirección como desde la orquesta.
Para empezar, supone ya no tener que sentarse con cada nuevo funcionario para defender el proyecto. Ahora la Emilio Balcarce forma parte del universo educativo oficial porteño y sus docentes tendrán mejores condiciones laborales. Carolina Calejman, desde las oficinas porteñas, destaca que con el pase a planta cada profesor tendrá “un recibo de sueldo sujeto a aumentos, aportes a la seguridad social y especialmente la tranquilidad para seguir trabajando muchos años mas”.
Varchausky –también pilar de la seminal Orquesta El Arranque, una de las que refundó el tango a fines de los ’90- respira más liviano. “Ahora yo puedo no estar y la orquesta va a existir igual”, celebra. “A pesar de todo el tiempo que llevó y todo el desgaste, es un estímulo enorme para también quienes observan como con perseverancia y tenacidad, cuando vienen de la mano de un proyecto valioso, un proyecto que se defiende desde la excelencia, tiene premio, y eso puede inspirar y alentar el trabajo de muchos otros”. Hasta el momento la Balcarce ya formó a más de 300 músicos de tango y confía en seguir formando muchos más.
Tanto Calejman como Varchausky destacan la voluntad de la DGEART –a cargo de Alejandro Casavalle- para apoyar a la orquesta de distintas maneras. “Desde que asume Casavalles en 2018 –cuenta el contrabajista- empezaron a buscar distintos caminos para ver cómo lograr esta institucionalización. Finalmente, este año se confirmó el diseño de un decreto que firma el jefe de gobierno con los ministros de Hacienda, de Cultura y el jefe de gabinete, que crea la planta con horas cátedra, un trabajo amparado por un programa propio del Ministerio de gobierno de la Ciudad y no la lógica tan informal de contratos artísticos”.
Varchausky lo siente un triunfo enorme. “Se logró ampliar un poquito el Estado”, señala, consciente de vivir tiempos donde tantos piden ajuste. “Claramente es un acto de reconocimiento a todos los que pasaron por la Orquesta Escuela, desde el mismísimo Emilio Balcarce, hasta todo el equipo de profesores que pasaron a través de los años, al actual sobre todo, que lo deja todo con un nivel de calidad, y seriedad, y amor pocas veces visto. También a todos los chicos y chicas que se sumaron, que confiaron a través del tiempo, porque finalmente es un logro verdaderamente colectivo”.