Los candidatos de Unión por la Patria les encargaron a los estrategas de campaña un trabajo fino: detectar quiénes son exactamente los que dicen que no van a votar, los que dicen que van a votar en blanco o los que se declaran indecisos. La suposición implícita es que ahí podría haber votos peronistas. O sociológicamente peronistas, es decir de sectores geográficos donde en otros tiempos el voto peronista mandaba tranquilo. O sea, votos hipotéticamente peronistas.

Las instrucciones rigen para todo el país, pero el énfasis está puesto en la provincia de Buenos Aires y, dentro de ella, en el Gran Buenos Aires. Es una simple cuestión de número. Y de historia electoral. "No solo queremos saber qué pasa, sino a partir de ese diagnóstico ir casa para por casa, hablar, preguntar, convencer y señalar que se puede estar mejor", dijo un dirigente de la Provincia que pidió reserva de su nombre. "Por eso la campaña de Axel Kicillof habla de un derecho al futuro ligado a derechos sociales conquistados en su gestión."

Un análisis interno al que accedió Buenos Aires/12 da una pauta de la búsqueda en la Provincia. Trata de la disposición a votar en las PASO del 13 de agosto según sector social y edades.

Un equipo especializado llegó a tres conclusiones.

La primera, que tres de cada diez votantes expresan en las encuestas que su interés por votar en las PASO es más bien escuálido.

Segunda conclusión, que preocupa a candidatos y estrategias, es que las chances de un alto ausentismo electoral son mayores justo en franjas que tradicionalmente están más cercanas al peronismo o al kirchnerismo. Y dentro de esas franjas predomina los sectores más humildes, los jóvenes y la combinación de ambas características.

La tercera conclusión toma a quienes respondieron que en 2019 votaron por el Frente de Todos y a quienes lo hicieron en aquel momento por Juntos por el Cambio. La certeza de que el 13 de agosto irán a votar es menor en Unión por la Patria que en las distintas tribus macristas.

En rigor, las cifras matizan esas conclusiones. El 70 por ciento de las personas consultadas respondió positivamente a esta formulación: “Seguro voy a concurrir a votar”. Pero hay un 14 por ciento que adhirió a la frase “es probable que concurra a votar”, con lo cual la suma llegaría al 84 por ciento. Del resto, el 9 por ciento dijo que es probable que no vaya a votar, el 5 por ciento contestó que seguro no lo hará y el 2 por ciento que no lo sabe.

Si no se toma ese matiz sino la división entre quienes manifestaron seguridad y quienes no lo hicieron, los números varían según se tome la Primera Sección (San Martín, Tigre, San Isidro y Merlo, entre otros distritos), la Tercera Sección (la mayor de la Provincia, con La Matanza a la cabeza) o el interior bonaerense. La mayor seguridad de voto está en la Tercera y el interior, con un 72 por ciento. En la Primera es menor: 67 por ciento. 

Por sexo, están más decididas a votar las mujeres que los hombres: 72 por ciento contra un 69.

La edad es un elemento al que prestaron mucha atención los analistas. Y los números explican el porqué. Entre la gente que va de los 16 años a los 29, solo un 54 por ciento expresa seguridad de voto. De 30 a 45 años trepa a un 82 por ciento. De 45 a 59 años es un 66 por ciento, y entre los mayores de 60 el porcentaje es de 72.

Es decir, mucha atención a la franja que se ubica entre los primeros votantes y los menores de 30 años. Más de la mitad no anda con ganas de acercarse al cuarto oscuro el 13 de agosto.

La segmentación por nivel educativo marca otra señal de alerta. Entre las personas con seguridad de voto el nivel bajo muestra solo un 58 por ciento, el medio un 71 por ciento y el alto un 85 por ciento.

Otro llamado de atención, pues, y más si se combina nivel educativo bajo con menos edad.

Al comparar la seguridad de voto el 13 con el destino del sufragio en 2019, está seguro de que irá a votar el 71 por ciento de quienes eligieron entonces al Frente de Todos, el 80 por ciento de los que votaron por Juntos por el Cambio y el 48 por ciento de quienes optaron por otras candidaturas. 

Consultado por este diario, el director del Centro de Estudios de Opinión Pública Roberto Bacman dijo que "para entender el fenómeno desde el punto de vista sociológico hay que estructurar nuevas categorías". Bacman contó que él los llama "votantes en transición", y que esa categoría "está compuesta por aquellos que dicen que están indecisos o no saben o no contestan, los que dicen que van a votar en blanco y quienes están muy decididos a no ir a votar". Según Bacman los tres tipos de personas "corresponden a categorías a las que nunca se les dio gran importancia dentro de las encuestas porque históricamente solo se proyectaban los indecisos". Lo clásico era que quienes se manifestaban indecisos terminaban votando más o menos en la misma proporción que los decididos. O sea que había que distribuirlos proporcionalmente y bastaba con eso. 

Sigue así la explicación de Bacman: "Sin embargo, en las legislativas de 2021 empezamos a encontrar el fenómeno del no voto como señal de alarma. Desde que existen las PASO, había menos gente votando en las internas que en las generales. ¿Por qué? Alguna vez lo investigamos. Algunos contestaban que no les interesaba participar en las internas, o porque si no había internas reales era un trámite burocrático, o porque ni sabían que era obligatorio".

Bacman recordó que en las PASO del 2021 en la provincia de Buenos Aires hubo muy baja asistencia y luego una muy alta abstinencia referida a un solo partido. "Cuando la gente dice que está indecisa, y en ese estado de indecisión esconde, que no es lo mismo que mentir, toda la verdad, es imposible proyectar esos resultados como se hacía antes. Y vienen las equivocaciones importante."

El fenómeno ya apareció en elecciones como las de Santa Fe, o Córdoba, provincias en las que las encuestas estimaban otro tipo de participación y otro tipo de distribución al que finalmente se dio. En Santa Fe, según Bacman, esa situación favoreció a Juntos por el Cambio, y en Córdoba al cordobesismo de Martín Llaryora. 

El sociólogo recomendó prestar especial atención a lo que está sucediendo ahora mismo en el Conurbano. "En la última encuesta nacional, de hace aproximadamente una semana atrás, había un 18 por ciento de este tipo de votantes. El dato estadístico es fuerte, porque stamos hablando de uno de cada cinco votantes está en transición, según la categoría de la que ya hablé. En ese votante en transición pueden esconderse actitudes no captables desde las encuestas, que hacen dificultosa y riesgosa la proyección. Por eso la debilidad de los sondeos, que incluso va mas allá de la metodología de campo, porque ese votante en transición aparece tanto en las telefónicas como en las encuestas presenciales".

Desde el punto de vista sociodemográfico, de acuerdo con Bacman "los que más se destacan son los que residen en el Conurbano, pero pasó también en Rosario, Córdoba y Mendoza, aunque no en Tucumán". 

Recomendó Bacman tener en cuenta, para un análisis serio, que "representan a un votante de nivel bajo o muy bajo, y por eso uno puede decir que esos sectores son históricamente votantes peronistas, incluso en el 2019, cuando votaron por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner a la Presidencia y a la Vicepresidencia".

Cuando se les pregunta qué son, se autoperciben como alejados de los partidos políticos. "El factor más importante es la combinación de enojo y desilusión, y esos factores en votantes que eligieron antes al peronismo se fundan, según expresan, en el hecho de que 'todos los políticos son iguales' o que 'no hicieron lo que prometieron', o simplemente que no ven perspectiva de futuro", señaló Bacman. "No alcanza con que vengan de familia peronista, porque la épica o el recuerdo pueden ir perdiéndose en medio de su situación económica grave".

Un importante dirigente de la Tercera Sección electoral tradujo ese diagnóstico en una misión. "Si no vamos a hablar con los votantes uno por uno no los vamos a poder convencer ni de que el 13 voten ni que voten por Unión por la Patria, y ése es el trabajo que en la Provincia ya están haciendo Axel y cada uno de los intendentes más conscientes de este fenómeno: hay que trabajar sobre la realidad para ganar, no desconocerla."