El empresario Constancio Vigil, de 86 años, murió mientras viajaba rumbo a Miami para ver a Lionel Messi, en el próximo partido que jugará el capitán argentino con su nuevo equipo.
Su deceso fue confirmado por su hijo, Constancio Vigil, en su cuenta de Instagram: "Hasta que nos volvamos a ver", expresó. El empresario volaba desde Montevideo -residía en Uruguay- hasta Florida, Estados Unidos.
"Estaba en plenitud y muy contento por ver a Messi", comentaron sus familiares a Crónica. Se espera que sus restos sean repatriados el próximo miércoles.
De acuerdo a la información, Vigil iba en un avión de American Airlines y al llegar este sábado a las 5:07 a Miami, el personal de la aerolínea constató que había fallecido durante el viaje. Poco antes, se había despertado para desayunar. El empresario viajaba junto a su chofer y tenía en agenda una reunión con Jorge Messi, padre y representante de Leo.
El cuerpo de Vigil fue trasladado al Jackson Memorial Hospital de Miami, donde le realizarán una autopsia. Su segunda esposa, Liliana Pata, y Víctor González, colaborador y socio del empresario, viajarán a los Estados Unidos en las próximas horas.
Tenía seis hijos y 10 nietos. De su primer matrimonio con Ana María Baudrix, nacieron Constancio (59), Pilar (58), Mary (56) y Pablo (52). Con su segunda esposa, con quien se casó en 2007, habían decidido ser padres a través de subrogación de vientres. Así, nacieron Emma Celeste, de 2 años, y Carlitos, de casi un año. Con ellos se instaló en Uruguay donde vivían actualmente.
Solía pasear por Punta del Este, donde tenía una mansión, a borde de un Lamborghini Huracán verde. Y fue uno de los empresarios que se negó a pagar el Aporte Solidario de las grandes fortunas, realizando un amparo judicial.
Editorial Atlántida, Canal 13 y Telefé
Constancio Carlos Vigil había nacido el 22 de diciembre de 1936. Desde 1954, participó de la empresa familiar, fundada por su abuelo, la editorial Atlántida, dedicada a la publicación de diarios y revistas. Dirigió varias publicaciones, entre ellas, el semanario deportivo El Gráfico. También su influencia se vio en la revista Gente. La editorial había sido creada en 1918 por el primer Constancio Vigil, abuelo del fallecido, quien llegó a la Argentina desde Uruguay.
A principios de los 70, habían adquirido parte de Canal 13, donde se desempeñó como director ejecutivo de programación, técnica y operaciones de la señal televisiva. Pero en 1974, cuando el canal fue expropiado y volvió a la editorial.
Atlántida durante la dictadura
Junto a su primo Aníbal, estuvo al frente de la editorial durante la dictadura, en la que las revistas de la Editorial Atlantida jugaron un rol primordial. Fue uno de los principales canales de difusión de las campañas de propaganda oficial, a través de sus emblemáticos títulos Gente y Somos. La colaboración fue tan estrecha que realizaron notas con detenidos en campos de concentración clandestinos. Una de ellas, la realizada a Thelma Jara de Cabezas, por entonces detenida en la ESMA, llegó a la tapa de la revista "femenina" Para Tí, para responder las denuncias que hacían los organismos de derechos humanos.
En los 90, participaría en la fundación de Telefe después de obtener la señal con otros socios. También se recuerda su incrusión por Radio Continental y Azul Televisión. En los 2000 vendió su paquete accionario a Telefónica de España por más de 1000 millones de dólares y se quedó solo con Atlántida, que sostenía sus tres revistas más importantes: Para Tí, Gente y Billiken.
Intimo amigo de Carlos Menem
Vigil cosechó una excelente relación de amistad con el expresidente Carlos Menem. Incluso, solía contar en varias entrevistas que iba prácticamente todos los días a la Quinta de Olivos, donde se quedaba a cenar, a jugar al tenis o a mirar partidos de fútbol.
Por entonces, aademás, quedó envuelto en el escándalo de la importación de autos de alta gama sin pagar impuestos a través de certificados de discapacidad. El caso tuvo mucha repercusón y estuvieron implicados unos 300 compradores, entre ellos, Susana Giménez y Ricardo Darín. Y Vigil fue uno de los condenados por contrabando.
En su residencia de Uruguay -donde se mudó por cuestiones impositivas- tenía un gimnasio donde entrenaba 3 veces por semana con un personal trainer y además, jugaba al golf.